Este fin de semana en mi ciudad, ha sido suspendido un encuentro de futbol de niños de cinco años. El motivo: la mala actitud de los padres.
Este envilecimiento del comportamiento familiar debería sorprender, pero no lo hace. Hace muchos años que vengo notando un enrarecimiento en las relaciones sociales. Hay un exceso de competitividad; un exceso de "ser" lo que sea, a costa de lo que sea; un exceso de ganas de aparentar; de tener. En definitiva una carrera hacia ninguna parte, porque al final, siempre hay algo más que tener que no se tiene y el vecino si.
En una versión moderna y retorcida del mito de Sísifo, los Españoles se han embarcado en una carrera continua hacia ninguna parte. Ahora todos tenemos que ser: guapos, ricos, famosos, correr más, hacer más deporte, y viajar más.