Ayer terminó nuestro viaje.
Un trayecto que nos ha llevado este año a través de la historia de la música. Un viaje donde hemos vivido muchas experiencias, pero sobre todo, donde hemos experimentado mucho, porque esa era la idea supongo que alimentaba la celebración de los 25 años de la Ospa.
El programa de ayer cerraba el ciclo cuadernos de viaje y en él dos nombres: Brahms y Strauss. Escuché a una señora en el descanso decir que para ella, estos dos, eran los más grandes músicos de la historia. Eso me hizo pensar y comprender mi falta de conexión con ellos. Veo que esto es como lo del Madrid y el Barcelona. Yo soy de Mozart y Beethoven no de Strauss y Brahms.
Ya que hablo de futbol me gustaría conectar con una entrevista que leí de nuestro director titular, el Señor Rossen Milanov. No cito textual pero en ella, venía a decir que la OSPA necesita mayor presupuesto, sobre todo, si se quiere representar obras románticas, o tipo la Sinfonía Alpina que conllevan casi cuadruplicar la sección de viento y cuerda. Hablándolo con alguien en el descanso, me decía que "no había dinero para eso" Yo le contesté que para el Sporting si parecía haberlo, y entonces añadió: "Si, pero eso atrae a mucha mas gente". Es una afirmación cierta, pero solo un apunte. A mi hija cuando el Sporting ascendió le hicieron una celebración en el colegio. Durante una mañana jugaron con el himno a todo trapo y vestidos de futbolistas. Todavía estoy esperando que hagan algo similar dedicado a la música clásica. Igual si hubiera más educación musical divertida y lúdica habría más dinero para ello.
La primera obra "Concierto para piano nº1 en re menor" de Brahms es de por si una joya. Pero ayer brillo mucho más con la magnifica interpretación de un carismático Luis Fernando Pérez, que a los mandos de su piano, casi lo hizo despegar del escenario.
"Solo quien alberga el caos en su interior, puede parir una estrella danzarina" Por desgracia no es mío, sino de Zaratrustra y eso fue lo que Brahms hizo con este concierto. En él, vomita los sentimientos que albergó durante cuatro años. Sus miedos, anhelos, dolores, amores, pasiones, desesperanzas... todo esta en esta obra, y se siente con fuerza. Es de las pocas obras del autor con la que a ratos conecto y me emociona, pero como he dicho, no es de mis favoritos, e irremediablemente, pese a la belleza de su música, nos perdemos. Como si me diera la mano a través de una densa niebla. Porque esa es la sensación que uno tiene, como de arrebato, de falta de coherencia estilística. Ahora lloro, y ahora grito, ahora me tiro de los pelos, y ahora recuerdo aquel jardín por el que paseaba con ella...
Bellísimo sobre todo el Adagio y maravillosa interpretación del solista y la orquesta. Ayer me dio por pensar lo mucho que aborrecía tocar el piano cuando iba a clase, entonces, ¿Qué me hace pensar que me encantaría tocar el violonchelo? Estoy llena de contradicciones.
Muchos bravos y aplausos para Luis Fernando Pérez, que sin embargo, nos escatimó el bis. Espero no enterarme que en Oviedo lo ofrece.
Para la Sinfonía Alpina de Strauss llegaron refuerzos. Más de cien músicos abarrotaban el escenario y sobre todo, la cuerda de violines y la sección de viento parecían un ascensor en hora punta.
La obra es muy atmosférica. muy descriptiva y bonita. La capacidad de orquestación de Strauss es extraordinaria y su capacidad para transmitirnos colores y paisajes casi épica.
La pieza resulta muy bonita, tiene pasajes preciosos, pero a ratos, se me hizo pesada. Pero como digo, eso me pasa con Bach, Strauss y Brahms, así que no soy fiable.
La orquesta extraordinaria y el director feliz. Hubo momentos en que Milanov parecía mecerse entre un mar de algas en el fondo del océano. Tantos arcos agitándose, instrumentos de viento tocando, máquina de rayos, percusión, celesta.... ¡La Champions de la música!
Fue hermoso verle dirigir y sentir su alegría.
Y con esto el fin del año de OSPA.
Para mi ha sido una temporada irregular. Con momentos extraordinarios y otros de profundo tedio, en cualquier caso instructivo. Ha habido obras que me ha encantado revisitar, otras que he conocido y me han gustado, y otras que estaba mejor sin conocer. Ha sido en fin un año de celebración de la música, y eso es en definitiva lo que cuenta.
Una petición para la que espero que haya presupuesto. ¡Por favor! que una voz en off recuerde apagar los teléfonos móviles antes del concierto como se suele hacer en otros espectáculos. Ayer hubo tres llamadas y cinco mensajes. Ya que por lo visto, es difícil acordarse de silenciar el maldito aparatito, y todos los que me rodean son importantísimos, ¡recuérdenselo ustedes! porque sino, al final va ha haber que añadir un nuevo instrumento a la OSPA: el móvil.
¡Feliz verano a todos! ¡Nos vemos en Octubre para un nuevo año de música!
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