jueves, 7 de abril de 2016

La derecha se reorganiza...o no.

La sorpresa que causó la república sobrevenida el 14 de abril de 1932 y la posterior huida del monarca, habían implosionado lo que hasta entonces, podían considerarse como personas u organizaciones de derechas (*1). Por aquello de que "para nacer, primero hay que morir"  a pesar del susto, y pasado el duelo, comienzan a reorganizarse partiendo de varios núcleos. Curiosamente a pesar del "desastre" (anunciado) del 10 de agosto de 1932 (La Sanjurjada), esta casi charada, les sirvió de revulsivo para organizarse y a lo largo de 1933 fueron encontrando la fuerza y el empuje necesarios para derribar un fortín inexpugnable: el gobierno Azaña.

Como ya hiciera Don Luigi Sturzo (*2) creando un estado de opinión necesario para organizar la derecha Española, el P. D. Ángel Ayala Arco SJ, (*3) la conduce al ámbito de la democracia cristiana. Este hombre aunaba varias virtudes: su enorme capacidad para contactar con personas de todas las edades y procedencias; su gran inteligencia y clarividencia; y un enorme sentido común ( el menos común de los sentidos). En un acto de malabarismo consigue aunar las voluntades del después card. D. Ángel Herrera Oria (*7 de "la Republica muestra su cáncer") y de D. José María Gil Robles, (*6 "Proyecto de Constitución"). Junto a ellos organiza el embrión del partido "Acción popular" basado en el ya existente "Acción Nacional" y cuyo órgano de difusión comenzó a ser el diario "El Debate".


El 4 de marzo de 1932, nace la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), al calor de Acción Popular y con un líder indiscutible: D. José María Gil Robles. En ella se integra la Derecha Regional Valenciana de D. Luis Lucia Lucia (*4) y de D. José Duato Chapa (*5). En su Congreso Fundacional, la CEDA, contaba ya con unos 750.000 afiliados (*6). En este numero no incluyo a los afiliados de su fiel aliado el Partido Agrario de D. José Martínez de Velasco y Escolar (*7).

Como suele suceder en cuanto se oye la palabra "derecha", comienzan a atribuírsele unas características determinadas. En este caso la CEDA no escapa a la tendencia, y por ignorancia, se la suele considerar como un grupo monolítico monárquico. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que muchos de sus miembros eran monárquicos, pero D. José María Gil Robles, se resistió a hacer declaraciones formales de lealtad republicana, mas por temor a las reacciones de sus partidarios que por sus propias convicciones. Sea como fuere, y aunque fuera con poco entusiasmo, habían aceptado la Republica. D. José María, hace gala de sus grandes dotes de orador y su gran capacidad de organización en el periodo 1932- 1933, viniéndole muy bien para ambas, los errores cometidos por D. Manuel Azaña.
Los monárquicos Alfonsinos, crean en 1931 un núcleo intelectual denominado "Acción Española", al cual se adhieren: D. Ramiro de Maeztu Whitney (*8); D. Eugenio Vegas Latapie (*9); D. Fernando Gallego de Chaves Calleja (Marqués de Quintanar) (*10) y  D. José Calvo Sotelo (*11).
Observando un poco las diferencias entre dichos personajes, es lógico pensar que la ideología de dicho grupúsculo nunca estuvo muy definida. Casi podríamos decir que sería lo que hoy llamaríamos "Think Tank". De todas formas si tenían una línea que oscilaba entre el conservadurismo tradicional, el corporativismo, algunas tendencias que les alineaban con el incipiente fascismo y siempre con un marcado antisemitismo.

Durante el bienio Azaña, la política activa a favor de la monarquía la encabezaba D. José Calvo Sotelo desde su destierro en París, y en nuestra piel de toro, D. Antonio Goicochea Cosculluelas. Este ultimo era un hombre viajado, de profesión abogado y poseedor de una brillante oratoria. En sus inicios, había colaborado muy estrechamente con el grupo Acción Nacional, pero probablemente le pareció poco monárquico y decide crear un nuevo grupo. Ofrece la dirección del mismo a  D. Juan de la Cierva y Codorníu. Este viejo político e inventor declino tal jefatura, ya que según sus propias palabras: “daba por finalizada su carrera política a fecha 14 de abril de 1931”. Así D. Antonio Goicochea se convierte en el líder del nuevo partido monárquico Renovación Española.

Al mismo tiempo los "Alfonsinos" y los "Carlistas" hicieron diversos acercamientos, de cuya unión nace una efímera alianza electoral denominada TYRE. Aquí da comienzo uno de esos sainetes tan Españoles donde se producen las más disparatadas declaraciones, comunicados y desmentidos, por parte de las distintas ramas reales desterradas. Aquí me permito añadir, que por algún motivo, la realeza siempre ha dado grandes paginas a nuestra historia. Un recuerdo aquí para el gran Juan Balansó al que hubiera deseado poder escuchar en estos últimos años de nuestra monarquía.

El 11 de junio de 1933, el entonces Príncipe de Asturias D. Alfonso, renuncia por escrito a sus derechos al trono para casarse con una compañera de sanatorio. La señorita responde al nombre de Doña Edelmira San Pedro Robato, es de nacionalidad Cubana, y ambos se conocen tratándose la hemofilia. El segundo de los hijos de Alfonso XIII, D. Jaime, sordo tras una intervención quirúrgica a los cuatro años, había ya renunciado el 23 de junio del mismo año a petición de su padre. Esto dejaba como sucesor al tercero de los hermanos D. Juan. Este se había unido en matrimonio a Dª María de las Mercedes de Borbón y Orleans, emparentando así con la rama Carlista. A su vez el viejo pretendiente Alfonso Carlos, desde Viena, se negaba a renunciar a sus hipotéticos derechos a favor de la rama Alfonsina. Para mejorar la cosa y espesar la trama, se los transmitió posteriormente a su sobrino el Príncipe Francés D. Javier de Borbón- Parma. A lo largo de este periodo los monárquicos de una y otra rama, demostraron la enorme falta de inteligencia que siempre les caracterizó, y desconociendo la teoría de sumas, o la del 50%, perdieron su potencial capacidad de acción, enfrentándose en absurdas luchas internas acerca de quien merecía más la inexistente corona.

Esto ha sido algo que ha caracterizado, (y seguimos así), a la derecha Española. La lucha intestina siempre ha hecho que perdieran de vista el objetivo final.

Como eran pocos, a estos grupos y grupúsculos perdidos en la bruma, se les unió un tercero. En este caso de clara ideología fascista, que va adquiriendo preponderancia con el tiempo como veremos.

"La Sanjurjada" había logrado tapar la total divergencia surgida en la coalición que sostenía el gobierno, pero el trágico suceso de Casas Viejas contrarresto el efecto y sentenció el gobierno Azaña.
Casas Viejas, un pueblo de la provincia de Cádiz, era por entonces uno de los más pobres pueblos Andaluces. A diario se producían desordenes y enfrentamientos orquestados desde el anarquismo, pero fruto de la triste necesidad en que se encontraba el pueblo llano. El 10 y 12de enero de 1933 los braceros, ondeando la rojinegra, asaltan el cuartel de la Guardia Civil, hiriendo mortalmente a varios agentes. La tarde del día 12, llegan refuerzos de la Guardia Civil y del Cuerpo de Asalto reduciendo a los sediciosos. El grupo más exaltado de los mismos corresponde al del viejo Seisdedos, lo integran seis hombres, dos mujeres y un niño que se niegan a rendirse. Toman como rehén a un emisario y finalmente, una compañía de Asalto, siguiendo instrucciones de sus superiores inmediatos, incendia la choza de Seisdedos con las nueve personas dentro.

Me permito decir aquí, que esto es lo que suele pasar cuando se exaltan con fines políticos, los ánimos de quienes no tienen  nada que perder.

Las reacciones no se hicieron esperar y tanto la popular, como la parlamentaria, fueron tremendas. Hubo frases para todos los gustos, pero la que a mi parecer puso fin al bienio Azaña, la pronuncia uno de sus últimos aliados, el ex radical D. Diego Martínez Barrio (*12): “… hay algo peor que el que un régimen se pierda, y es que un régimen se pierda, y es que ese régimen caiga, enlodado, maldecido por la Historia, entre vergüenzas, lágrimas y sangre”.

 El 25 de abril de 1933 se celebran elecciones, y fueron un nuevo descalabro para D. Manuel Azaña. Los opositores doblaron a los afines al gobierno. Haciendo una vez más gala de su talante democrático, Azaña, tildó a los ayuntamientos donde perdieron las elecciones de “burgos podridos”. Como vemos, la expresión: "o yo, o el diluvio" ya viene de atrás entre nuestra clase política.

Otra de las acciones que precipitó la caída de Azaña, fue la aprobación en las Cortes, de la Ley de Congregaciones, que prácticamente finiquitaba toda actividad docente de la iglesia. Esta Ley, no llegó a implementarse totalmente, pero el daño estaba hecho.
Aprovechando la sustitución por enfermedad del Ministro de Hacienda D. Jaime Carner Romeu (*1 “La parte positiva de la Republica I”) D. Niceto Alcalá Zamora precipitó una crisis. Se forma de inmediato otro gobierno, que hacia el tercero de Azaña. Este fue el que consiguió sacar adelante la ley de reforma electoral de 21 de julio de 1933. Ley que claramente favorecía a los grandes partidos y a las listas de coaliciones. Una pequeña diferencia en el número de votos, se traducía por circunscripciones, en una neta mayoría de diputados. Dicha ley, favoreció claramente a las derechas en 1933, con gran alboroto por parte de la izquierda, sin perjuicio que al cambiarse las tornas en 1936, fuese la derecha la que puso el grito en el cielo. Lo dicho,  España ya era España hace ochenta y tres años.

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(*1) Derecha política: Independiente de las múltiples acepciones que puedan aplicarse a este “concepto”,  por afinidad a la definición del Diccionario María Moliner, transcribo alterando su orden la cuarta y quinta “5 Ala, sector, o conjunto de partidos políticos conservadores, o sea, adictos a la tradición, contrarios a las reformas revolucionarias y preocupados sobre todo por el mantenimiento del orden:  4 Sector de una *asamblea situado a la derecha del presidente y constituido por los miembros de los partidos más *conservadores representados en ella”.  Tanto el concepto como los enunciados nacen de la Revolución Francesa.

 (*2) Don Luigi Sturzo : Presbítero de la iglesia católica y político italiano (Caltagirone 24.11.1871 – Roma 08.08.1959). Fue el fundador del Partido Popular de Italia, y el que le dio la orientación de demócrata – cristiano.

(*3) P. D. Ángel Ayala Arco SJ (Ciudad Real 27.02.18 – Ciudad Real 20.11.1960): Estudio Derecho en Salamanca y Filosofía y Letras en la entonces nueva Universidad de Deusto. Por su formación un tanto limitada, fue un jesuita atípico. Aunque por su innata inteligencia y capacidad ampliamente demostrada, al margen de otros servicios a la compañía, llegó a ser el director del Instituto Católico de Artes e Industrias, el prestigioso ICAI.

(*4)D. Luis Lucia Lucia  (Cuevas de Vinromá  07.07.1888 – Valencia 05.01.1943): Alumno aventajado del colegio “San Pablo” (Fundado cinco años más tarde que la propia Compañía de Jesús y con el visto bueno del propio fundador S. Ignacio, actualmente Instituto  Luis Vives), secundo desde muy joven las campañas de caridad cristiana del famoso P. Vicent. Obtuvo la licenciatura en derecho por la universidad de Valencia. Ejerció como abogado, periodista y político. Evolucionó del tradicionalismo a la democracia – cristiana. Fue Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones (06.05.1935 – 14.10.1935). 

(*5) D. José Duato Chapa  (Moncada 25.11.1899 – Valencia 15.03.1990): Político valenciano que en compañía del anteriormente citado crearon el partido a que se hace referencia. Tras la Guerra Civil se desvinculó de la política activa, pasando a estar muy vinculado a la iglesia católica a través de Acción Católica y Propagandistas, así como una clara vinculación con la figura de D. Juan de Borbón, exilado en Portugal. En el periodo conocido como la “Transicion”, a modo testimonial estuvo vinculado a la democracia – cristiana.

(*6) La población de España Peninsular e islas Adyacentes y posesiones del Norte de África y costa occidental de África, por extrapolación del Censo de 31.12.1930 y el de 1936, se puede estimar en 25.575.000 personas, lo cual teniendo en cuenta que  la mayoría de edad eran los 23 años para los varones y a los 25 para las mujeres, nos indica que el índice de afiliados a dicho partido político era muy elevado.

(*7) D. José Martínez de Velasco y Escolar  (Madrid 15.07.1875 – Madrid 22.08.1936): Vilmente asesinado sin juicio previo por la “Checa” de Madrid). Abogado del Consejo de Estado, sirvió como ministro en varios departamentos: Sin Cartera 04.10.1934 – 03.04.1936; Industria, Comercio y Agricultura 25.09.1935 – 29.10.1935; Estado (asuntos Exteriores) 29.10.1935 – 30.12.1935. Asimismo fue Alcalde de Madrid en 1934.

(*8) D. Ramiro de Maeztu Whitney (Victoria 04.05.1875 – Aravaca 29.10.1936): vilmente asesinado en una de las múltiples “sacas” de la cárcel Modelo de Madrid). Primer conde de Maeztu, fue un diplomático y escritor español encuadrado dentro de la generación del 98.

(*9) D. Eugenio Vegas Latapie (Irún 11.06.1907 – 19.09.1985): Licenciado en Derecho y miembro del Cuerpo Jurídico Militar y posteriormente del Cuerpo de Letrados del Consejo de Estado. Fue un político muy activo en los círculos monárquicos y participó activamente en la guerra civil. Perteneció al Consejo de D. Juan de Borbón y fue profesor de D. Juan Carlos, futuro Rey y actual emérito. Posiblemente por la influencia de su madre, maestra de nacionalidad francesa, tenía una manifiesta animadversión hacia el sionismo y todo aquello relacionado con el judaísmo. Estuvo confinado durante un corto periodo en las Islas Canarias.

(*10) D. Fernando Gallego de Chaves Calleja (Marqués de Quintanar),  (Madrid 26.05.1889 – Madrid 26.12.1974): Graduado en la Escuela de Caminos. Escritor, literato, historiador y poeta, independientemente del título reseñado con Grandeza de España, estaba en posesión de los títulos de nobleza de marqués de Velagómez, conde de Cobatillas y de Santibáñez del Río. Fundo con los tres anteriores la revista Acción Española, de clara tendencia antisemita.

(*11) D. José Calvo Sotelo (Tuy 06.05.1893 – 13.07.1936): retenido irregularmente en su domicilio por fuerzas irregulares y de orden público, murió asesinado vilmente de un tiro en la cabeza. Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, con una nota media de matrícula de honor.  Disfrutaba de fama como jurisconsulto. Fue Ministro de Hacienda del 03.12.1925 – 21.01.1930. A pesar de su relativa corta vida (murió a los 45 años), por la trascendencia que tuvo y se le dio a su vil asesinato, se hace fácil confeccionar un perfil bastante aproximado a través de cualquier libro de historia o de la propia red.

(*12) D. Diego Martínez Barrio  (Sevilla 25.11.1883 – Paris 01.01.1962): Político español de muy bajo extracto económico – social, autodidacta, que alcanzo la presidencia del Partido Republicano Radical en la provincia de Sevilla. En el gobierno provisional sobrevenido a la caída de la monarquía fue Ministro de Comunicaciones 14.04.1931 – 16.12.1931; Ministro de la Gobernación (actual Interior con más direcciones generales que en la actualidad) 12.09.193 – 08.10.1933 y 23.01.1934 – 03.03.1934; Ministro de la Guerra (actual Defensa) 16.12.1933 – 23.01.1934; Presidente del Congreso de los Diputados 16.03.1936 – 31.03.1939; Presidente de la República (interino) 07.04.1936 – 10.05.1936; Presidente del Consejo de Ministros 08.10.1933 – 16.12.1933; Presidente de la Republica (en el exilio) 17.08.1945 – 01.01.1962 cargo en el que ceso por fallecimiento.

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El texto y la investigación que subyace pertenece a Audrey y yo. Si vas a usarlo, cita la fuente.





































 

2 comentarios:

  1. Artículo tras artículo, magistralmente ordenados en el desarrollo temporal de los acontecimientos patrios. Nos está conduciendo a rememorar una historia, que por olvidada o queriendo olvidarla, fue la que es y, no otra.
    Le reitero el magnífico de los precedentes, crece Ud. en pulcritud histórica y narratoria.

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