A las trece horas del 14 de abril de 1931 Companys proclamaba la República en España bajo la bandera tricolor. Al mismo tiempo, un líder Quijotesco y estrambótico, el teniente coronel Francesc Macía, hacía lo propio con "El estado Catalán" dentro de la "República Catalana". Curiosamente no se hace referencia a su dependencia de la Española, y se menciona una vaga fraternidad peninsular. Cuando Macía es llamado a capítulo por los Ministros de la República, añade que la República Catalana es "un Estado integrante de la Federación Ibérica". Su secesionismo comenzaba a tomar carácter ejecutivo. Dos ministros Catalanes, junto con Fernando de los Ríos, salieron entonces pitando vía aérea para Barcelona, con el fin de terminar con estos desmanes. Las negociaciones fueron complejas. Macía accedió a mantener la dependencia del poder central, pero dentro de un "Gobierno de la Generalidad de Cataluña". Alcalá Zamora, que visitó Barcelona el 27 de abril de 1931, fue recibido de manera apoteósica, y la crisis fue considerada terminada, atribuyéndose el éxito de la gestión al mismo Zamora . Ninguno supo entonces que la cosa no había hecho más que empezar, y que la cuestión semántica nos llevaría hasta donde estamos hoy. Al parecer ya cuentan con franja horaria propia como los Canarios.
En su editorial del 18 de abril de 1931, "El Debate", publicación que aglutinaba a las derechas, acata el nuevo régimen. Comienza entonces la derecha a organizarse bajo el grupo de "Acción Nacional" creado el 19 de abril de 1931 con el patrocinio de: Ángel Herrera, José María Valiente y Alfredo López.
Desde el Vaticano se pide la transigencia con el nuevo régimen al igual que se hiciera con el de Francia. Esta política de colaboración Vaticana, le ocasiona duras críticas al nuncio Federico Tedeschini, ya que primero no se perdía un "sarao" en los círculos aristocráticos Madrileños.
El Cardenal Pedro Segura Sáez, arzobispo primado de Toledo hace un movimiento apoyando a las agrupaciones de derecha. El primero de mayo de 1931, en la carta pastoral, da testimonio de gratitud al Rey Alfonso XIII, recomendando así mismo al más puro estilo paulino, respeto y acatamiento al poder constituido. Por otro lado sugiere a los católicos que se agrupen dentro de la legalidad.
ABC reproduce en su edición madrileña del 5 de mayo de 1931 estas mismas recomendaciones, poniéndolas en boca del mismísimo Alfonso XIII , que teniendo ya su culo a buen recaudo, empezaba de nuevo a opinar.
El remanso de paz con el que la Republica se había instalado en olor de multitudes, iba pronto a terminarse. Los episodios de desorden publico y social ya enunciados, (liberación de presos políticos, caso Macía), habían sido atribuidos a crisis pasajeras causadas por el entusiasmo colectivo, pero antes de que se dieran cuenta, una ola incendiaria se extendió por todas las calles y pueblos de España. El inicio: la fatídica noche del 11 de Mayo de 1931.
Los exaltados siempre necesitan una excusa para convencer al resto de que tienen sobrados motivos de agravio. La excusa en este caso, fue una supuesta provocación por parte de los asistentes a la inauguración del Círculo Monárquico. El principal acusado Juan Ignacio Luca de Tena demostró su inocencia, y prueba de ello, fue el sobreseimiento de la causa abierta por parte del tribunal Republicano que instruyó las diligencias. Pero el show estaba ya servido.
El vox populi hizo circular por las calles de Madrid la falsa noticia de que Luca de Tena y otros destacados monárquicos, habían apaleado a un taxista. En base a ese rumor falso, fueron asaltados los edificios del diario ABC y la residencia de la Compañía de Jesús en la calle de la Flor.
José Antonio Balbotin, poeta y hasta entonces casi místico, perdió el aura zen y se puso a arengar a las turbas desde Gobernación. El consejo de ministros que se hallaba reunido en dicho edificio, se negó a emplear la fuerza publica. No se sabe si eran personas de mucho talante, o eran bobos solemnes, pero el único que previó la posibilidad de que los incendios se generalizasen fue Maura, aunque tampoco hizo nada. Mucho más grave en su caso teniendo en cuenta que su departamento era precisamente Gobernación.
Los incendios se sucedieron y en un comunicado oficial se reconoció la destrucción de seis edificios religiosos, además de incluir que no había ordenes de intervención para las fuerzas de orden publico y bomberos. El gobierno, no contento con no intervenir y arengar desde su pasividad a las masas, traslada la culpa sin sonrojo a los monárquicos: por provocadores.
El fuego de la sinrazón y la infamia se extiende por la piel de toro, llegando algunos gobernadores militares a impedir los auxilios a prestar, casos concretos de: Málaga, Cádiz, Valencia y Alicante.
El fuego de la sinrazón y la infamia se extiende por la piel de toro, llegando algunos gobernadores militares a impedir los auxilios a prestar, casos concretos de: Málaga, Cádiz, Valencia y Alicante.
El 10 de enero de 1932, Miguel Maura Ministro de la Gobernación se permite un comentario que por su trascendencia y porque habla por si mismo transcribo íntegramente: “El lunes 11 de mayo, llamé a los ministros uno a uno; les rogué que me dejasen utilizar la Guardia Civil. Todos me contestan que nos vamos a reunir a las diez y que hasta esa hora no se haga nada. A las diez nos reunimos en la Presidencia. Vuelvo a plantear el problema, y siguen negándose a que se utilice la fuerza pública. Cuando llega la noticia de la quema del convento de la calle de la Flor, pido que la Guardia Civil salga y reprima con energía. Entonces un ministro pronuncia estas palabras: “”Todos los conventos de España no valen la uña de un republicano. Si sale la Guardia Civil yo dimito””. Por abrumadora mayoría el gobierno se inclina hacia mi compañero. En aquel instante dimití yo. Dimití, pero no me marche de la Presidencia. A las 4 de la tarde, otra vez ante los ministros volví a insistir en mi dimisión… Se negaron a admitirme la dimisión… “
Ante lo reprobable y criminal de los hechos, y la cobarde e infame pasividad del gobierno, los extractos moderados comienzan a reaccionar, y no lo hacen de modo favorable. Los intelectuales del grupo "Al servicio de la República" condenan sin paliativos lo que califican como salvajada. Además las declaraciones de Maura tienen un antes y un después. Con ellas se destruyeron las ilusiones de muchos Españoles que creían de verdad en la República, y que tenían esperanzas de un futuro mejor. El total desprestigio para Maura por su cobardía y el primer fracaso de la recién nacida republica fueron las consecuencias de la, por no extenderme en calificativos, pasividad del gobierno.
A la protesta de los Obispos Españoles y el Vaticano, por la manifiesta política antirreligiosa del gobierno, este respondió expulsando de España al mencionado arzobispo de Toledo, quien en aras de la paz, renunció a su archidiócesis.
El 28 de junio de 1931 llegan las elecciones a Cortes Constituyentes, y lo hacen en un clima de inseguridad físico-jurídica y desencanto generalizado. De estos comicios salen los resultados que adjunto:
Partido o
Coalición
|
Núm. de
Escaños
|
Socialista
|
117.-
|
Radicales
|
93.-
|
Radicales
- Socialistas
|
59.-
|
Esquerra
catalana
|
32.-
|
Acción
Republicana
|
27.-
|
Progresistas
|
27.-
|
Agrarios
|
26.-
|
O.R.G.A.
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16.-
|
Vaco
- Navarros
|
14.-
|
Servicio
República
|
14.-
|
Federales
- Independientes
|
14.-
|
Independientes
|
10.-
|
Liberal
- Demócratas
|
4.-
|
Lliga
- catalana
|
3.-
|
Monárquicos
|
1.-
|
Los claros ganadores fueron los socialistas, quienes reunidos en congreso el 10 de julio, acordaron mantenerse al margen del poder, hasta que fuera imprescindible su presencia en el gobierno, bien por falta de cohesión republicana, o por amenaza de las derechas.
El partido de Lerroux de reconocida y admitida filiación masónica, obtuvo unos excelentes resultados. Los comunistas se quedaron fuera del parlamento, y los monárquicos obtuvieron un escaño.
Me gustaría mencionar que con su demagogia habitual, los comunistas utilizaron su falta de escaños para justificar su ausencia en la España del 31. Pero como suele suceder con la Ley del embudo, lo que para ellos era valido, no lo fue para los demás, y pese a contar con un solo escaño la excusa no les sirvió a los monárquicos.
Agradezco continúe con esta interesante sección. Es muy importante, en estos cruciales momentos ,que alguien nos refresque la memoria. Y en el caso de los jóvenes se les suministre esta información. No ceje .
ResponderEliminarReiterarle una vez más, que aquellos que no aprenden de su propia historia, más antes que después, perecen devorados por su propia desidia.
ResponderEliminarGracias por la frescura y claridad de expresión.
Excelentes artículos, que tristemente nos hacen ver la gran similitud con la realidad que estamos viviendo hoy en día.
ResponderEliminarPone Ud. en dedo en una llaga que en este momento nos está supurando. Deseemos las similitudes no nos conduzcan al camino ya recorrido una vez, por cierto muy triste pero ahí presente.
ResponderEliminar¡Muchas gracias a todos por leerme!
ResponderEliminarEs cierto que la falta de miras, la mediocridad y el egoísmo político nos están conduciendo a un lugar muy similar.
Llegados a este punto solo queda esperar un milagro.