viernes, 30 de junio de 2017

Forever young

Corría el verano del 93 cuando una tarde no especialmente calurosa de Julio, aguardaba en la arena la llegada de Bob Dylan. Miré alrededor y vi un montón de hippies trasnochados, rockeros sin causa, y moteros varios. Mi pantalón de marca y mi camiseta así como mi larga melena rubia no parecían casar con el ambiente repleto de camisetas negras, mallas de pantera fucsia y chupas de cuero varias. Recuerdo mirar a mi alrededor y sentirme muy fuera de lugar, como si aquel concierto no me perteneciera, y tampoco ayudaban las miradas de soslayo de los demás, que parecían pensar: ¿Qué pinta esta niñata aquí?

viernes, 9 de junio de 2017

Ospa 8 de junio.

   Y llegó... Como todos los años la temporada de conciertos se termina y a uno le quedan una sensación de velocidad y tiempo no contabilizado que asustan
 
    No ha sido mi mejor año de Ospa, lo confieso. Tuve algún problema logístico al principio de temporada y acabé ubicada en otro lugar. Para alguien de costumbres y que tenía la suerte de tener unos compañeros de asiento estupendos, eso significó una pequeña debacle. Luego los programas. Ya he confesado aquí que  los Brahms, Schumann y Schubert solo me gustan tocados por pequeñas orquestas y que oírlos por una sinfónica me suena a música de ascensor. Lo sé, son preferencias personales muy particulares, pero este año hemos tenido mucho de eso, mucho Strauss, (padre, hijo y espíritu santo), y mucho invento moderno a modo de canapé. Sobre Strauss una excepción: Su excepcional "Así habló Zarathusta".

     Ha sido un año de contrastes porque el ultimo trimestre ha estado lleno de otros autores que me encantan como: Debussy, Prokofiev, Beethoven, Mozart o Shostakovich.
Admito que probablemente mi estado de animo también haya influido mucho en mi poca paciencia musical. Ha sido un año duro a nivel personal y eso te vuelve mas repunante. Todo ello no es óbice, para que haya vibrado con la música y con la Ospa, y por ello, doy gracias como siempre a los profesionales que la integran.

miércoles, 7 de junio de 2017

6J: día D; hora H.

     Todo en la vida se puede reducir a números. Mi parte matemática adora esa concreción y mi parte literaria ama buscar la realidad detrás de las cifras. Si reducimos a números una de las operaciones militares más brillantes y decisivas de la historia moderna nos dejaría atónitos: Casi 200.000 soldados; 5.000 barcos; 1.200 aeronaves; la creación de dos muelles artificiales, Mulberry; carros de combate modificados; planeadores Waco y Douglas C47; estudio climático y de las mareas; una operación cortina lanzada un año antes llamada Bodyguard destinada a despistar al enemigo; la creación de una falsa unidad militar liderada por Patton acuartelada en Kent y para la que se construyeron falsos carros y lanchas; una red de espías dobles suministrando mentiras al enemigo; un sinfín de horas de planificación y hasta un año de ensayos del desembarco en una playa de Devon (Inglaterra). Todo eso tiene un nombre la operación Neptuno, dentro de la operación Overlord y un hito: el desembarco de Normandía. 
Lo demás ya es historia: La playa de Omaha; Juno; Coleville sur Mer; Pointe du Hoc...