miércoles, 16 de enero de 2019

La tesis de Dumbledore

  Dumbledore nunca quiso aceptar el puesto de Ministro de la magia. Pese a haberle sido ofrecido en múltiples ocasiones, siempre se mantuvo firme en su negativa ¿Por qué el que era considerado el mejor y más poderoso mago de todos los tiempos, no quería aceptar el cargo de más relevancia del mundo mágico?
¿Acaso él era diferente de todos los demás mortales? ¿Acaso no fantaseaba con llegar a obtener un reconocimiento de algún tipo? La respuesta era más simple: Autoconocimiento. 

  Dumbledore sabía que: a pesar de ser brillante, inteligente y capaz; el poder le corrompería. Solo una vez lo rozó, y se transformó en alguien que lamentó toda la vida haber vislumbrado. Vio como el poder le convertía en un ser egocéntrico, egoísta y desconsiderado. Uno que solo tenía en cuenta los propios deseos, sin importarle a quien pudiera lastimar. Uno que había olvidado a quien debía lealtad y respeto. Uno que olvidó a su familia únicamente pendiente de sus propios logros y objetivos, pero sobre todo, uno que estaba alejándose de sus propias creencias.

lunes, 7 de enero de 2019

Vuelta al cole (Audrey)

  Podre de fastidio estoy. Mañana tengo que volver al colegio y encima es martes. He perdido uno de mis días de clase de gimnasia, para dos que tengo. Menos mal que tengo entrenamiento después. Tengo lentejas para comer. Hubiera preferido salchichas. Todo es negativo la verdad.
El colegio no me gusta mucho. Me aburro un montón en clase, y me cuesta mucho estar atenta y sin moverme. Como soy muy responsable lo hago todo: me porto bien, atiendo y saco muy buenas notas. Pero es un esfuerzo enorme. Sigo sin entender a que voy. Tuve muy buenas notas, casi todo sobresalientes, por eso creo que no hace falta que vaya tantas horas. Es una idea.
La semana pasada estuve en un campamento deportivo tres días. Les dijeron a mis padres que soy muy buena para todos los deportes. Mamá se emocionó porque ella es un poco mala para casi todos, no se lo digáis. La cosa es que me lo pasé bomba jugando a mil cosas. Hice hasta salto de longitud. 
Hoy fuimos a correr papá y yo, y pasamos a mamá. Me gusta que vayamos juntos, pero ella se queda atrás. Dijo papá que iba concentrada como una profesional. Es verdad, pero va lenta.
No salí de casa más. Me dediqué a jugar con todo lo que me trajeron los Reyes ¡Me trajeron la guitarra! Estoy feliz, aunque es difícil que suene bien. Tendré que poner esfuerzo y paciencia, y no son dos de mis mejores cualidades ahora mismo.
Esta semana cumplo ocho años. Me preocupa porque no quiero crecer tan rápido. Los niños se vuelven cada vez más antipáticos, ya no quieren jugar a las mismas cosas, y parece que tengo más deberes y preocupaciones. Dice mamá que no me tengo que preocupar, que siempre voy a ser su bebé, pero me preocupo. Lo único bueno es que doy una fiesta para mis amigos y seremos un montón. He pedido una tarta enorme y una piñata. Espero que nos lo pasemos genial.


Trotando...

  Mientras voy corriendo pienso en lo mucho que cambiaría todo, si ganase ese premio literario al que me he presentado. Como es casi imposible no me detengo mucho en eso, y  me apercibo de que hay muchas familias nuevas de patos nadando en el río, siempre me pregunto si no tienen frío, y luego me digo ¿como percibirán el frío ellos?
Al rato me acuerdo de mi amiga N. y me digo que su vida, discurre tan placida como ella había soñado, mientras la mía, es demasiado tranquila para alguien como yo. Pienso en perder el tiempo, y me recuerdo que no es mio para perderlo: simplemente pasa ¿Quiero ocuparlo para no darme tanta cuenta de como caen los granos de arena? quizás si.