martes, 3 de mayo de 2016

El mar de Aral y la falta de contexto

No hay mayor mentira que la de  narrar algo privándolo de su contexto. De esto que afirmo hay numerosísimos ejemplos, siendo uno de los más famosos el de Antonio Nebrija. Cuando en 1492 presentó ante la Reina Isabel la primera gramática del Español dijo: "Siempre fue la lengua compañera del imperio". A partir de ahí los "amigos" del Español, comenzaron a utilizar sus palabras para asociar nuestra lengua con el termino "imperio" y por tanto, para descalificarla a ojos progres. ¿Dónde esta la trampa? en la falta de contexto y memoria. Cuando el humanista Español hizo su discurso no se había descubierto aun América, y por tanto, se puede inferir sin temor a equivocarse que se refería al Imperio Romano y el latín.
¿A que viene esto? A que empiezo a cansarme de la manipulación continua a la que los medios nos someten, al privarnos continuamente de un dominio valido. Quiero pensar que es eso, que sería demagógico y manipulador, y no mera estulticia por su parte...

Desde que tengo uso de razón soy ecologista. Antes de que estuviera de moda, y mucho antes de que Leonardo DiCaprio se erigiera como vocal del cambio climático ,(en el que por cierto no creo tal y como lo narran).
El primer relato que presente a un concurso literario era sobre un ecologista deprimido, y soy activa recicladora y preservadora de mi entorno.
Mi cabreo, porque no puedo calificarlo de otro modo, viene a que cada vez que escucho a un ecologista de pro hablar, o recibo la revista de la WWF me enervo.
Puedo entender que intenten movilizar las conciencias ajenas pintando la cosa muy negra, porque es verdad que en muchos casos lo merece. Lo que no admito es la manipulación.
Dicen que la información es poder, y cada día me convenzo más, que el poder proviene de la memoria, la familia y una buena biblioteca, (previa a los noventa), que te aleje lo más posible de Wikipedia.
Voy a centraros mi enfado porque a mi, si me gusta dar contexto, dominio y coordenadas.
Este mes en el numero 132 de la revista panda de la WWF, debajo de una foto del nuevo gurú de la ecología, Leonardo DiCaprio, colocan un texto: "Desde 1900 hemos perdido el 64% de los humedales del planeta". Hasta ahí bien si damos por bueno el dato, ya que no se aportan estadísticas que lo respalden, el problema empieza cuando la foto que hay bajo el texto, es una imagen satelital del Mar de Aral. ¿Ha desaparecido prácticamente dicho mar? Si. ¿Ha sido por culpa del hombre? Si, pero nos falta mucha historia detrás de eso.
El Mar de Aral fue una de tantas victimas del comunismo Soviético, no ha desaparecido por "las practicas capitalistas", ni por "dar por sentado el planeta", ni por el cambio climático. La catástrofe la causaron unos señores "empoderados", como dicen ahora los "cool", que  decidieron un buen día ir de "chachis" por la vida sin tener ni idea. Cuando digo señores quería decir políticos.
El Mar de Aral esta situado en Asia central entre Kazajistán y Uzbekistán. Era uno de los mayores lagos del mundo con una superficie de 68.000 km2. El gobierno Ruso, decidió dar muestras de su poderío domesticando la naturaleza y se les ocurrió, (que los comunistas son siempre muy de ocurrencias), darle vida a la estepa Rusa. Así en la década de los 60 los ingenieros Rusos canalizaron el agua que alimentaba el Aral , que provenía de los Ríos Amu Daria y Sir Daria, y la desviaron para regar campos de algodón y melones en mitad de la estepa de Asia central. 250.000 hectáreas, el equivalente a Italia, pasaron de ser arena a campos de algodón, los Rusos lo llamaron la "tierra del oro blanco". Su victoria sobre la naturaleza fue pírrica. Destruyeron un ecosistema entero y se quedaron sin mar y sin algodón.
Esa es la imagen satelital que os ofrezco, la más cercana os haría ver barcos varados en mitad de la arena; ancianos que lloran al recordar como de niños se bañaban cada día en el Aral; familias obligadas a emigrar o malvivir tras haber perdido sus medios de vida; cultura y tradición sepultadas por la arena de la egolatría y la ambición.
El Banco mundial entre otros, sufragó la construcción de un dique. Dicha obra ha conseguido que el Aral, dividido en Norte y Sur, sobreviva en su parte Norte. El Sur desaparecerá definitivamente en menos de quince años. Catástrofe ecológica por la que nadie ha pagado.
Creo que está bien contar que no siempre son las "practicas capitalistas" las que destruyen el medio ambiente, y que no hace falta ser una sandia, (verde por fuera, rojo por dentro), para ser ecologista.
En contraposición a tanta tragedia os cuento un pequeño milagro ecológico que espero ver antes de morirme. En el sur de Israel hay un desierto llamado Néguev, (seco o Sur según la traducción literal o bíblica). En dicho desierto el hombre lleva cincuenta años de lucha titánica contra los elementos. Más de cincuenta grados, suelos pedregosos, acuíferos con alta salinidad, bajas precipitaciones y alta evaporación. Sin embargo unos científicos, mucha creatividad, mucho esfuerzo, algo de dinero y mucho amor, han logrado crear un pequeño vergel en mitad de la nada. Las soluciones utilizadas son geniales: ordenadores especialmente creados para ello que controlan la irrigación genética; uso de un riego mixto de agua salina y dulce; riego de las raíces para no quemar las hojas por culpa de la sal y el sol e imagino que algún secretillo más, que como el de la Coca-Cola, solo hace más grande la magia.
Esta maravilla del ingenio humano esta creando vida en lugar de destruirla, creando trabajo,  y preservando tradiciones.
No siempre los sueños de los hombres llevan a la destrucción y yo espero algún día poder contemplar, como el de David Ben Gurion se ha hecho realidad y ha creado un vergel.
Por ultimo, animo a las revistas ecológicas a contarnos alguna vez cosas acerca del milagro de los cultivos en Israel. Ahora que lo pienso, ¿no le contó nada Bar Rafaeli a Leo sobre su país?

 














 

2 comentarios:

  1. Su sentido de la ecología está más próximo al concepto de Ecólogo, que al de “ecologista”, términos que interesadamente confunden muchos vividores y alborotadores. Cierto que para ser Ecólogo se precisa una formación técnico – científica, que permita distinguir el “ruido de las nueces”. Para ser ecologista, mucha ignorancia, mucha jeta y mayor desfachatez.
    Solamente recordar que el volcán Pinatubo, de acuerdo a cuantificaciones dignas de todo crédito (tomadas por satélites), largó más mierda a la atmosfera en 48 horas que todas las siderúrgicas actuales en los últimos DIEZ años.
    El comunismo siempre fue muy “ecológico”. Siempre abonó la tierra con los cadáveres de los disidentes. Mientras los “capitalistas” preveían potenciales averías en las centrales nucleares, ellos irrespetuosos con los “cuerpos” y “almas”, ahorraban las cúpulas de hormigón. Ahí tenemos Chernibyl. ¡Toma ecologismo!

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  2. Siempre es agradable ver que no vivo yo sola en mi planeta del perpetuo asombro. Gracias por su interesantísimo comentario y por leerme.

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