Ayer tenía yo ganas de ver al famoso Johannes Moser sobre el escenario. Como ya os he comentado, el chelo es mi instrumento preferido y ver a una de sus estrellas emergentes, era un buen incentivo para la tarde noche de ayer.
Moser no defraudó aunque creo que el publico no conecto con su interpretación tanto como habría debido. Quizás sea porque la obra de Dutilleux, "Un mundo lejano", se les hizo en verdad lejana.
Esta obra esta basada en el famoso poemario de Baudelaire "Las flores del mal" y musicalmente, aunque interesante y hermosa a ratos, resulta un poco intimista e impresionista. Si, justo como debería ser para casar con la obra poética que representa, pero requiere un cierto esfuerzo por parte del publico.
La obra es musicalmente interesante y demuestra un gran dominio por parte del autor de los sonidos orquestales, a los que pone al servicio de la atmosfera o el concepto que quiere representar en cada momento: la extrañeza en enigma; la abstracción en mirada; un cierto mareo en oleajes; reflejos sonoros en espejos y una vuelta al inicio con Himno.
Moser estuvo muy bien demostrando una técnica excepcional, mucho vigor y una enorme precisión. Quizás demasiado teatral para mi gusto, que aprecio más a los músicos intimistas, pero eso es algo personal. Una actuación muy buena que se cerro con varias salidas al palco y un bis, que agradezco en el alma que fuera de Bach y no de Britten o similares.
Por cierto que sería genial que la Ospa echase un ojo a la web de Moser, creo que les vendría bien actualizar la suya. ¿Qué tal una imagen de la orquesta interactiva? Que pudiésemos hacer clic en cada músico y enterarnos de su biografía y del instrumento que tocan. Just an idea to play with.
Tras el descanso llegó el particular "Una habitación con vistas" de Strauss. Un joven Richard viajaba en la primavera de 1886 a Italia, y en ese viaje visita varias ciudades. Me sorprende saber que no le gustó Florencia, (mi favorita), y prefirió Roma, (quizás entonces era menos sucia y ruidosa).
Su obra demuestra la efectividad del gran músico Alemán.
El primer movimiento representa un campo, y suena a campo. Sería curioso que alguien desarrollase más ese tema: ¿por que unos determinados sonidos suenan a hierba y otros a mar? ¿No habría otros?
Es un movimiento muy bonito, pastoril y evocador. La orquesta estupenda, disfrute mucho de escucharlos, ya que en la primera obra, eran más bien el fondo que aporta densidad a una imagen.
El segundo movimiento muy chulo. Un andante molto con brio, osea, algo muy animado y lleno de fuerza para demostrarnos el "enamoramiento" de Strauss por Roma. Es cierto que lo transmite, que te inunda con esa sensación que tienes allí de magnificencia, de encontrarte algo extraordinario a cada paso, como si vivieras en un decorado de película en lugar de en una ciudad.
Siempre me maravilla la capacidad de descripción visual de la música, como los grandes autores consiguen hacerte ver, realmente lo que pretendían.
El tercer movimiento, que podría haber sido hermoso porque era una marina, resulta algo largo y aburrido en mi opinión. Tiene sin embargo algunos momentos bellos con la sección de viento liderando, que curiosamente, me recordaron a los "arabescos" de Debussy. ¿Estaré loca, o es que tengo muchas ganas de escucharlos?
El cuarto, basado en la famosísima canción italiana "funiculi funicula" resulta muy alegre y divertido, muy "Napoletano" a pesar de que la canción no lo sea.
La orquesta brillante, especial mención para la percusión (siempre tan compleja en mi opinión por lo difícil que es "entrar a tiempo").
Programa interesante que nos permitió ver a una estrella con gran potencial y disfrutar de la orquesta con un clásico Strauss.
Por cierto, estupendo el director Andrew Grams. Siempre me hace feliz cuando la música hace saltar y bailar a un director de orquesta.
¡Hasta la próxima! donde nos espera la hermosa "Canción de primavera" de Sibelius
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