jueves, 22 de febrero de 2018

España va bien...

      Mi calle es una calle normal de una pequeña ciudad normal. No está situada en el peor sitio, tampoco en el mejor. Llegué a ella hace unos años, cuando nuestro piso anterior nos ahogaba con sus facturas eléctricas imposibles y su falta de espacio. Alguien tendrá que pagar algún día por la proliferación, en un país deficitario de electricidad, de: suelo radiante y vitroceramicas.

        Cada vez que llega el frío del invierno me pregunto por el nuevo inquilino de aquel coqueto iglú. Yo llegue a pagar todo mi sueldo entre alquiler y electricidad muchos meses, y aún así, vivíamos congelados.

        Ayer me paseaba por las calles adyacentes, y me fijé en que no quedaban casi negocios abiertos. Desde que nos mudamos los únicos que no han cerrado han sido los que pertenecen a grandes cadenas, y los bares ¡como no! Todos los demás han entrado en una suerte de ciclo fatal: Se alquilan, llega alguien ilusionado que pone un establecimiento agradable y pinton;  a los seis meses, un nuevo cartel" liquidación por cierre". Y vuelta a empezar...

domingo, 11 de febrero de 2018

Mi semana (Audrey)

 Estoy de puente de carnaval ¡Por fin! Tenía un montón de ganas, pero no tanto por disfrazarme que si me gusta, como por descansar de ir al cole. Estoy agotada de portarme bien y ser buena. 
Hoy me he disfrazado para ir a ensayar con el coro, me divierte eso de poder ponerme cosas diferentes en los días normales. Sobre todo estoy feliz de librarme unos días del uniforme y las coletas que me pone mamá para que: "no se me ponga el pelo para la cara".
Ayer hice muchas cosas: salí con la bici, nadé, pinte con acuarelas y ensaye con mamá para hacer Parkour. Mamá es graciosa y le gusta mucho aprender cosas raras. Estamos practicando para hacer volteretas, y ayer papá me enseño a dar un salto mortal. El nombre no anima, pero el salto es genial. Igual cuando sea mayor voy de tejado en tejado como Ladybug.
La verdad es que me lo estoy pasando tan bien, que cuando me dé cuenta ya estoy de vuelta en el cole. El tiempo me vuela y no se como lo hace. 
Mañana tengo una fiesta de disfraces. Tengo que decidir de que voy a ir, tengo varias opciones y no me decido por una... ya os lo contaré, pero la cara me la pinto fijo ¡me encanta!
El viernes fui a correr y me lo pasé bomba. Entreno con papá y hacemos cosas divertidisimas. Así gasto mi energía, que por lo visto tengo mucha, y duermo como un plomo.
En fin, os dejo que me voy a comer con los abuelos ¡ Hoy tengo frixuelos de postre!

Viajando

 Siempre me ha gustado mucho viajar. Viajar, - no ir a sitios para poner una foto en una red social, o presumir con la vecina -. Uno de los patrimonios más grandes que mis padres me han regalado son nuestros viajes. A día de hoy creo que me quedan muy pocos países de Europa por conocer, y los que me quedan salvo uno o dos, los doy por vistos por motivos varios. Cuando hablo de conocer, lo digo con cuenta y razón. Soy capaz de pedir un café en varios idiomas, y sobre todo, de entender la idiosincrasia de casi todos los lugares por donde he pasado. Se un poquito de Canadá, tras vivir allí unos meses, y un muchito de América del norte. Me falta por conocer la parte sur del continente, no lo doy por perdido. La vida sorprende gracias a Dios.

   Esta semana lluviosa y fría, me ha dado para recordar mis viajes. Tal vez sea el anhelo de volar un poco a otros lugares; mi deseo perenne, cuasi hambruna, de aprender y conocer;  que las aperturas de JJ.OO siempre me recuerdan que el mundo es un lugar enorme y basto; o que este lugar y sus gentes, a veces me resultan claustrofobicos y poco estimulantes.