Hoy abordamos un tema que dada mi formación académica, me interesa especialmente: la economía.
Como nada es nuevo bajo el sol, ya entonces, los analistas no se ponían de acuerdo. Pero si creo que al final de este post, quedará demostrado, que las políticas económicas del denominado bienio Azaña (*1), no fueron lo peor de la República.
D. Joaquín Arrarás Iribarren (*2) en el texto que reproduzco a continuación, expresa las opiniones vertidas por el experto hacendista D. Juan Ventosa Calvell (*3): “El gobierno había exportado 10.200.000 libras esterlinas y pagábamos intereses sobre nuestros propios dinero por 20 millones de pesetas al año. Las letras protestadas en Barcelona en el año 1930 fueron 26.307, cifra que en 1931 pasó a 41.028. Bajaba lo que era insólito, hasta la renta por lotería y venta de tabaco. Descendían las reservas metálicas del Banco de España en 262 millones el oro y en 196 la plata, mientras la circulación de billetes crecía en 1.115 millones de pesetas”.
Tristemente familiar, ¿verdad? Casi puede uno imaginar a un ministro actual, ofreciendo este tipo de datos.
Como en todos los casos, siempre hay una opinión opuesta. Ofrezco a continuación el veredicto de D. Antonio Ramos Oliveira, (ver el anterior) : “En el presupuesto, el régimen republicano afirmó su política de moderación y escrupulosidad administrativa. La persona menos habituada a pulsar el movimiento económico y financiero español se persuadía, en el verano de 1933, de que la República había ganado la batalla por el crédito y la confianza en España y fuera de España. Considerable stock de oro hacia España el quinto o sexto país en cuanto a reservas metálicas. El dinero depositado en las Cajas de Ahorro, en los Bancos y en la Caja Postal, que era en el año 1930 de 3.412.500.000 pesetas ascendía en 1931, al año de la República, a 3.571.600.000 pesetas, o sea que había aumentado en 159.100.000 pesetas. En 1932 la cantidad ahorrada en España era, sin duda, mayor que el año anterior. Por referencia al año 1928 el ahorro español acusaba en 1931 y en 1932 una elevación del 34 por ciento. Y quienes calculaban que en los últimos meses del gobierno de Azaña había ahorrados en España unos 3.500 de pesetas no incurrían a buen seguro en hipérbole”.
En este caso creo que no podemos hacer mucho caso de ninguno de ellos, o más bien que por una vez, los dos tenían razón. La economía Española no podía juzgarse en ese momento aislándola de la economía mundial, y para verlo con cierta perspectiva, hacia falta que pasaran unos años.
Quizás por ello, considero más justa la opinión de D. Gabriel Jackson ,(ver el punto *6 de la Republica muestra su cáncer ). Este reconocido Hispanista publica un estudio en 1965, en el cual, sitúa la economía del bienio Azaña dentro de las coordenadas de la depresión mundial y, a pesar de ello emite un juicio muy favorable. Veamos: “En muchos de los aspectos fundamentales para el ciudadano ordinario, la economía española prosperó a pesar de la generalizada depresión mundial. En parte esta prosperidad se debió a un relativo aislamiento; en parte a la política adoptada. De 1931 a 1935 los salarios crecieron ante un índice de coste de vida estable…
Toda la evidencia disponible tiende a demostrar que la agitación social de la época republicana respondía a una motivación más política que social. En los años del ministerio Azaña, la joven República no pudo resolver la cuestión agraria, pero en lo que se refiere a los diversos problemas económicos que se derivaron de la depresión mundial, los resultados del gobierno español pueden compararse con ventaja a los de muchos países de mayor estabilidad y experiencia”
Toda la evidencia disponible tiende a demostrar que la agitación social de la época republicana respondía a una motivación más política que social. En los años del ministerio Azaña, la joven República no pudo resolver la cuestión agraria, pero en lo que se refiere a los diversos problemas económicos que se derivaron de la depresión mundial, los resultados del gobierno español pueden compararse con ventaja a los de muchos países de mayor estabilidad y experiencia”
Siempre he pensado que la economía tiene más de ciencia humanística que de ciencia exacta, (por mucho que fastidie a algunos). Al fin y al cabo, las formulas de los economistas nunca son exactas, la mayoría de las veces no funcionan, y nuestros modelos siempre incluyen una variable "social" o de "error" por si acaso. Quizás por ello siempre me pregunto, ¿por que los ministros de economía no leen un poco de historia? Igual aprendían algo del pasado y arreglaban alguna cosa.
Basándonos en los post anteriores creo que podemos afirmar que en el año 1932, los mayores problemas a los que se enfrentaba la Republica eran dos: el estatuto de Cataluña, y la reforma agraria.
Nos encontramos con una oposición pública y parlamentaria muy enconadas. Ambos proyectos muy complejos técnicamente, auguraban peligrosas divisiones dentro del seno de la coalición Republicano-socialista, que sustentaba al gobierno. Así ambos se arrastraban literalmente por el Parlamento y la opinión publica sin llegar a ninguna parte pero creando disensiones.
De pronto, el 10 de Agosto de 1932, ocurre un hecho gravísimo que polariza el país, y radicaliza aún más las posturas de una brecha que nos llevaría a un futuro cercano donde hubo "dos Españas". Se produce una sublevación militar encabezada por el general D. José Sanjurjo Secanell (*4).
A pesar de las afirmaciones y basándome en pruebas documentales de la época, los orígenes de la conspiración no están nada claros. Puede sin embargo afirmarse que existían en paralelo dos complots: uno orquestado por los antiguos constitucionalistas D. Melquiades Álvarez González – Posada (*5) y D. Manuel de Burgos y Mazo (*6); el otro, más monárquico y militar, al cual se apuntaron desde su inicio organizativo la oligarquía territorial y la aristocracia terrateniente, que se consideraban amenazadas. Ambos escogieron como cabeza visible al popular general Sanjurjo, el cual, por su probada energía y eficacia les merecía total confianza, aunque de sus pocas dotes provisorías y organizativas ya había también conocimiento. Constan al respecto conversaciones entre Sanjurjo y D. Alejandro Lerroux García (ver La monarquía Alfonsina agoniza), que son precedentes del aviso de D. Francisco Franco Bahamonde (*7) a D. Manuel Portela Valladares cuatro años más tarde.
El alzamiento de 1932 fue confuso y de carácter reaccionario. A priori contaba con la aceptación popular que nacía de la sensación general de los Españoles de que vivían en un total caos. Así debieron pensar aquello tan Español de: "de perdidos al río".
Sanjurjo se planta en Sevilla y se adueña sin ninguna dificultad de la ciudad publicando un manifiesto. En Madrid, al mismo tiempo, unos grupos totalmente desorganizados tratan de tomar por asalto el ministerio de la Guerra, (donde se encontraba Azaña), y el Palacio de Comunicaciones. Los asaltantes del primero fueron rechazados a tiros, los segundos por un agente de la Guardia civil.
Se dice que Azaña fue advertido por la "amiga de cama" de uno de los principales conspiradores. Gracias a eso, pudo contemplar impávido los acontecimientos desde el balcón, como si no tuvieran que ver con él. Dicha confidencia, y según fuentes de todo crédito, fue recompensada con la nada desdeñable cifra de 15.000 pts. de la época. Como dato ilustrativo para poder dar valor a la cifra, comentar que el Diario Ilustrado, costaba en los quioscos de Madrid 10 céntimos de peseta.
La intentona de golpe quedaba pues condenada al fracaso, y adquiría tonos de chapuza cuando las distintas guarniciones no respondieron. El numero de muertos, dependiendo de las fuentes, se cifra entre 27 y 63. (Si, tan exacto como cuando se dan las cifras de los asistentes a las manifestaciones en la actualidad). Sanjurjo fue detenido, juzgado y condenado a muerte. Dicha pena le fue conmutada y dio con sus huesos en el penal Santanderino del Dueso, en Santoña. Como Spain is different, todavía le dio tiempo a casarse en segundas nupcias en los calabozos de Madrid. Por su parte, su hijo Justo Sanjurjo y 145 conspiradores convictos y confesos, fueron desterrados a Villa Cisneros, (actual Dajla, perteneciente al Sahara a día de hoy ocupada por Marruecos).
Repasando el nombre de los desterrados, nos encontramos con la flor y nata de la aristocracia española de la época. El buque que los transportó Vapor “ESPAÑA 5”, siguió la derrota del Vapor “BUENOS AIRES” que hubiese llevado al golfo de Guinea a los anarquistas de 1931. Dos a cero para la Republica, pero que se había ganado enemigos de índole muy contrapuesta y que como sabemos, volverían...
Como hombre inteligente, Azaña sabe utilizar las circunstancias a su favor. Revestido por el espíritu de Cicerón suprime de un plumazo la Dirección General del Cuerpo de Carabineros y de la Guardia Civil, (siempre haciendo amigos). Por su fidelidad en la intentona golpista se da prioridad a la Guardia de Asalto. Se aprovecha para incautar las tierras de los conjurados. Se aprueba a la "trágala" la reforma agraria para poder expropiar las tierras de los Grandes de España, y para que no faltase de nada, el Estatuto de Cataluña.
D. Niceto Alcalá- Zamora, lo firma durante su veraneo oficial en San Sebastián, y Azaña corre a entregarlo personalmente a Barcelona. Tristemente, la "Sanjurjada", le sirvió para conseguir uno de sus mas sonados éxitos, (si se quiere ver así).
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(*1) Bienio Azaña: bajo este epígrafe suele identificarse el periodo que discurre entre 15.12.1931 – 14.09.1933.
(*2) D. Joaquín Arrarás Iribarren (Pamplona 09.09.1898 – Madrid 08.08.1975).- Periodista e historiador de reconocida tendencia de derechas, con una explosiva mezcla de monárquico – tradicionalista y regeneracionista dentro de la ortodoxia heredada de D. Joaquín Costa.
(*3) D. Juan Ventosa Calvell (Barcelona 07.03.1879 – Lausana 17.08.1959). Abogado y experto en economía. Dirigió con total éxito el Poble Català. Ocupó el cargo de Ministro de Hacienda 03.11.1917 – 02.03.1918; Ministro de Abastecimientos 03.09.1918 – 09.11.1918. Reconocido personaje en el mundo de las finanzas, colaboró en el inicio del régimen franquista a la repatriación de capitales, a pesar de su monarquismo practicante llegando a ser Procurador en Cortes a la vez que pertenecía al consejo privado del conde de Barcelona. Fue un claro y comprometido defensor de los Derechos de la Persona, hoy Derechos Humanos.
(*4) General D. José Sanjurjo Sacanell (Pamplona 28.03.1872 – Estoril 20.07.1936) Inicio su carrera como teniente en Cuba, de donde regresó con el grado de Capitán. Destacando en el conocido como desastre de Annual, en el reinado de Alfonso XIII ocupó importantes cargos, concediéndole el título de nobleza de marques del Rif. Alcanzó el grado de General de División. Independientemente de su hoja de servicios y de su personal valoración, su formación y preparación militar vista objetivamente era muy limitada. Al encabezar el alzamiento del 10 de Agosto de 1932, dio con su apellido nombre a la “Sanjurjada”. Falleció en un accidente aéreo al iniciar el regreso a España, pensando en ponerse al frente del golpe militar de julio de 1936.
(*5) D. Melquiades Álvarez González – Posada (Gijón, 17.05.1864 – Madrid, 22.08.1936) Político y jurista español, fundador del partido Reformista en el que militaron conocidos y reconocidos literatos y políticos españoles de la época. Fue Catedrático de Derecho Romano en la Universidad de Oviedo, decano de su colegio de Abogados. Presidente del Congreso de los Diputados (15.03.1922 – 06.04.1923), Vilmente asesinado en Paracuellos del Jarama, en una de las sucesivas “sacas” de la cárcel Modelo de Madrid.
(*6) D. Manuel de Burgos y Mazo (Moguer, 12.01.1862 – Moguer 22.03.1946). Político que ostento el Ministerio de Gracia y Justicia en los periodos 04.01.1915 – 09.12.1915 y 11.06.1917– 03.11.1917, asimismo fue ministro de Interior de 20.07.1919 a 12.12.1919. Como escritor ocupó su atención la democracia cristiana y los problemas sociales. En opinión de la que esto escribe, su obra tiene una difícil lectura.
(*7) D. Francisco Franco Bahamonde (Ferrol 04.12.1892 – Madrid 20.11.1975). Para bueno o malo, resumen muy difícil de realizar. Dejo a la libertad del lector que juzgue a este personaje como crea conveniente.
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El texto y la investigación que subyace pertenece a Audrey y yo. Si vas a usarlo, cita la fuente.
Su objetividad sigue siendo digna de toda consideración. La opinión que le merece el general Sanjurjo, es de lo más atinado que vi escrito.
ResponderEliminarLa felicito una vez más.
Muchas gracias por su observación, creo que es a lo que debe aspirar todo aquel que hable de historia, a contar lo que ve sin destilar opinión alguna. Los hechos hablan por si mismos, y no nos engañemos, donde unos vemos blanco, otros siempre verán negro. Solo así se explican algunas cosas.
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