Según un proverbio Chino: "El aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo". Esta bella idea dio origen a una de las más afamadas ideas dentro de la Teoría del caos, el denominado efecto mariposa. La historia como cualquier ciencia empírica, no se escapa al cumplimiento de una serie de leyes y ecuaciones. Así es indudable que ciertos sucesos que se producen al mismo tiempo, aunque la distancia física que los separe sea grande, suelen tener más en común de lo que parece a simple vista. En la era de la globalización esto parece más claro, quizás lo era menos en el 34, pero no por ello menos cierto.
Desde los inicios de la década de los años veinte del pasado siglo, se estableció una durísima competencia entre los fabricantes Franceses e Italianos de aviones militares. En la década de los treinta, los Servicios de Inteligencia Italianos comienzan a tener una enorme presencia en España, encubiertos bajo las funciones de pilotos aéreos, instructores, mecánicos y garantías de la firma aérea Savoia- Marchetti. La gran mayoría pertenecían o eran excedentes de la Regía Aeronáutica y prestaban servicios como comerciales o técnicos en nuestro país.
Nuestra fuerza aérea se encontraba en ese momento dispersa y dividida en dos: la Aviación Militar, dependiente del Ejército de Tierra y la Aeronáutica Naval (antigua Aviación Naval), dependiente de la Marina. Cada una de ellas tenía distintas bases, centros de producción, formación, y claro está, una muy diferente idiosincrasia.
Siempre es más sencillo estudiar una muestra pequeña y diferenciada y luego extrapolarla. Así esos centros se hacen un lugar perfecto para pulsar la situación real de lo que ocurría en España en esa década de los treinta.
Cualquiera que haya tenido la ocasión de conocer a un militar de la marina, sabrá que se diferencia mucho de uno de tierra. No voy a entrar en los motivos, pero así es, y esa realidad ya era cierta en el siglo pasado, quizás mucho más que ahora. Nos encontramos pues ante dos escalas de jefes y oficiales antagónicas. Con ideas liberales o muy liberales por parte de los pertenecientes al Ejercito de tierra, al las que se contraponían las de los pertenecientes a la Marina, procedentes en todos los casos del Cuerpo General. A estos dos componentes debemos añadir, las "maestranzas" de la fabrica de Barcelona y de las bases aeronavales; las del ejército y las de instrucción, con alta implantación de personal afecto a ideas anarquistas.
Un chascarrillo popular dice que a los espías no se les debería asociar con la palabra "inteligencia". Verídico o no, lo cierto es que en el periodo comprendido entre octubre de 1934 y julio de 1936 los informadores Italianos no dieron una en el clavo. Su tendencia a la grandilocuencia, una información muy desinformada, y quizás, una falta de conocimiento real de nuestro país, llevaron a que Mussolini tuviese el convencimiento de que el 2 de octubre de 1935 en España estallaría una revolución imparable. En base a esa errónea premisa, Mussolini da la orden de ataque sobre Abisinia, (actual Etiopia). ¿Su esperanza? que la trascendencia de la Revolución Española sirviese de cortina de humo internacionalmente para su acto de agresión.
¿Cuál era el origen real de esta agresión? El origen esta en 1896 y la justificación se asentó en el
“patrioterismo”, agitado por el “Nuevo Estado Italiano”. Básicamente recuperar lo perdido.
En el año 1896 se había producido la conquista de Eritrea con la ayuda del propio emperador Abisinio Menelik, por parte del cuerpo expedicionario Italiano. Cuando estos se vuelven contra los abisinios, son derrotados sin paliativos en lo que dio en llamarse la Batalla de Adwa acaecida en el mes de Marzo de 1896. La entonces Abisinia se encontraba rodeada de colonias Europeas, las cuales, tras numerosas guerras de guerrillas, les hace reconocer su independencia en el año 1902. Quedando sus fronteras establecidas en sucesivas convenciones firmadas con Francia, Inglaterra e Italia.
La Italia de Mussolini esperaba encubrir esta invasión con la revolución Española que no se produjo, y la justificaba en base a los continuos incidentes fronterizos, que se venían sucediendo desde noviembre de 1934 en la frontera con Eritrea. Otro punto que lo hacía muy vendible era el de la esclavitud, legal en Eritrea y que Italia pensaba abolir tras su paseo militar en Abisinia. Como el fascismo siempre ha sido muy "liberador y civilizador" pero también muy musical, Mario Ruccione compuso una bella y paternalista canción "Faccetta Nera" que hablaba de como Roma, iba a liberar a esa pequeña y oprimida "carita negra". Consideraciones políticas aparte, la canción fue la primera que yo aprendí en Italiano y hasta que me enteré de su trasfondo, la encontraba muy bonita. La realidad tiene la curiosa manía de pincharte el globo, sobre todo con ocho años. Con todo y con eso fueron las primeras palabras que yo aprendí en el que es mi idioma preferido. La culpa la tuvo la televisión y sus películas de sesión de tarde. ¿Quién podía resistirse a unos Italianos vestidos con uniformes de colores cantando algo tan alegre?
La respuesta Europea fue totalmente cobarde y contemporizadora. El gobierno inglés lucho para conseguir la imposición de sanciones a Italia, mientras que en el plano práctico, autorizaba el paso de los transportes militares por el Canal de Suez. Eso, a pesar de tener la Real Flota del Mediterráneo fondeada, en su totalidad en las inmediaciones de la rada de Alejandría.
Por el contrario, la República Española fue uno de los estados europeos que más se señaló a favor de la agredida Abisinia. El Quijotismo Español no se si me irrita o me emociona, puede que ambos. Lo cierto era que no teníamos el tema pa farolillos, y la ayuda que pudimos permitirnos fue poco más que moral.
Abril de 1936, Semana Santa. Tras una audaz y cruelísima guerra, el Mariscal Pietro Badoglio entra en Addis Abeba. En ese momento la Sociedad de Naciones retira las sanciones a Italia, comenzaba la Guerra Civil Española.
Herbert Lionel Matthews, (*1), corresponsal en Etiopia y España, edita ambas guerras en el mismo libro, en el cual, concede mayor importancia a la guerra Ítalo – Abisinia que a la Española, pues indudablemente, la guerra abisinia fue la última explosión imperialista - colonial de Occidente. La Española daba en cambio origen a una nueva era política. Tristemente fue prólogo de la convulsión de nuestra civilización y el inicio del enfrentamiento largo y doloroso de dos conceptos políticos totalmente antagónicos e irreconciliables, que cuando se consideraban ya caducos, por la negligencia de algunos y el revanchismo trastocado de otros se reavivaron inexplicablemente.
No, no hablo de 2016, hablo de 1936.
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(*1) Herbert Lionel Matthews (New York, NY 08.01.1900 Adelaida (Australia) 30.07.1977) Licenciado por Columbia University de la ciudad de New York. Fue durante muchos años empleado del New York Times y cubrió como reportero la invasión Italiana de Abisinia y la Guerra Civil Española.
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El texto y la investigación que subyace pertenecen a Audrey y yo. Si vas a usarlo, cita la fuente
Magnifica la situación: en el espacio, tiempo y oportunidad, de la brutal agresión perpetrada con toda impunidad por el nuevo Estado Italiano, contra la indefensa Abisinia de 1935. La finísima línea que a modo de asomo perfila, entre el distinto ser y sentir de los oficiales y jefes de ambas fuerzas aéreas. Unido a la parca, pero sugerente cita, del sentir anarquista por el personal subalterno de ambas fuerzas.
ResponderEliminarA juicio del que esta nota redacta: El presente abre a la posibilidad de un estudio histórico y sociológico, que cubre tres claros “frentes” (de guerra hablamos):
a) La errónea e interesada información poseída por el dictador italiano. Facilitada desde España por informantes afines.
b) Las fuentes de información en origen. Las cuales por sí solas representaban de forma inequívoca el sentir de una sociedad fragmentada. Camino del enfrentamiento. La española.
c) Las bases para explicar el posterior posicionamiento adoptado por cualificados jefes y oficiales, tras el 18 de julio de 1936.
Que posea en su casa Diplomados de Estado Mayor, no es demerito, para que un breve entronque de acontecimientos internacionales, se transforme en un excelente y bien documentado artículo.
Efectivamente la invasión de Abisinia ha sido uno de esos episodios negros de la historia. Uno que quizás, pese a su importancia, se ha pasado un poco por alto.
ResponderEliminarPara mi resulta interesante ver como la historia se conecta. Como las casualidades no existen, y como la realidad es mucho más compleja de lo que nos cuentan algunos.
Mussolini ha pasado a la historia como muchas cosas, ninguna buena en mi opinión, sin embargo, creo que la importancia de su figura no ha encontrado aún una biografía apropiada. Los grandes líderes Italianos tienden a tener unos perfiles algo caricaturescos que hacen difícil una semblanza respetuosa. Tenemos como ejemplo actual a Berlusconi. Lo más semejante que se me ocurre a él fue Jesús Gil, y con eso está dicho todo.
Yo viví en el mismo país, (Suiza), y en el mismo cantón al que el dictador huyo por no cumplir el servicio militar, ¡que tiene bemoles! Que le expulso y encarceló por dos veces, pero también donde consiguió apoyos de socialistas y anarquistas. La suya como la de los grandes hombres que marcaron la historia, es una figura compleja.
También me resulta interesante ese falso mito que habla de nuestra semejanza con nuestros vecinos Italianos. En mi experiencia nos parecemos como un huevo a una castaña. Siendo mucho más semejantes a los croatas o a nuestros verdaderos vecinos de Portugal.
Un imperio pesa mucho, y los italianos descienden de algo muy antiguo llamado Roma. Nosotros ya somos terreno conquistado. Creo que tendemos a pensar que nos parecemos porque entendemos su idioma con facilidad, curioso comprobar como a la inversa no sucede. En ese detalle aparentemente nimio, arrancan las diferencias.
Muy atractivo también, el devenir actual de nuestros dos países.
En mi opinión las informaciones suministradas por la inteligencia Italiana no estaban contaminadas, simplemente, interpretaron mal lo que veían. Tampoco era fácil interpretarlo mejor vista la división interna y la tensión. En cuanto al dictador, a él, le venía muy bien lo que contaban y no se lo pensó dos veces. No en vano, había comenzado su carrera como periodista, y ya se sabe “que no se puede dejar que la realidad estropee una buena historia”
Cuando de Ud. se trata, nunca se sabe que son mejores sí los artículos o las respuestas.
ResponderEliminarMuchisimas gracias por leerme y por su amable comentario.
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