lunes, 18 de julio de 2016

El bienio estéril (dixit; José Antonio Primo de Rivera)

  El periodo de nuestra historia que nos toca abordar tras todos los acontecimientos posteriores al 1934 no puede calificarse de muy positivo. Ni el desbordante optimismo del hacendista Sr. Chapaprieta (*1) consiguió convencer a sus inmediatos, que llegaron incluso a obstaculizar sus propias reformas restrictivas. Reformas muy necesarias ya que pretendían controlar el desbocado gasto publico. Evidentemente la mayor oposición vino por parte de los funcionarios públicos.
 
    El Sr. Portela (*2)  también lo intento mediante un enfoque centrista, pero también terminó en rotundo y efímero fracaso. La única actuación que puede ser considerada de alto nivel en dicho periodo, fue la correspondiente al Sr. Jiménez Fernández (*3). Y ya que estamos en este reparto de "premios" se le puede conceder al, ya de sobra identificado, Sr. Gil Robles, la mejor labor derechista del Gobierno al frente del ministerio de la Guerra. Cabe también mencionar al hábil ministro y experto maniobrero Sr. Salmón (*4). Se puede afirmar que gracias al gran sentido político de D. José Mª Gil Robles, las derechas no destrozaron por completo la configuración que el bienio "Azaña", había dado al marco institucional y el impulso político de la Republica.

    Curiosamente, pese a lo mucho que se habla de la historia de España y lo traída y llevada que parece, me ha sido imposible encontrar un juicio completo y ecuánime acerca de D. José María. A priori participio de la opinión de que fue, ante todo y todos, una victima de los sectarismos y fabulaciones de las izquierdas, e incluso de su propia derecha. Su visión política, moderación, inteligencia e indudables dotes de mando no pueden cuestionarse. Tal vez uno de sus problemas fue que tenía equipaje, y que no pudo sustraerse totalmente a los compromisos oligárquicos que le comprometían tan de cerca. Creo poder afirmar sin temor a equivocarme que las derechas de la época, fueron las responsables de su rotundo fracaso, y que desde entonces, haciendo gala de escasa nobleza, han pretendido atribuirlo a una persona que fue atípica en su época y posteriores. Dicen que el tiempo pone a todos en su sitio, y la historia actual, que tan paralela al pasado discurre, le esta haciendo justicia por si sola.
 
    La carencia de política exterior en el periodo comprendido entre 1934 y 1935 tuvo sin embargo dos hitos, que recordaron a los Españoles que el resto del mundo existía: El posicionamiento ante la invasión de Abisinia; y la ocupación pacifica de Sidi Ifni (*5) por parte de D. Fernando Osvaldo Capaz Montes (*6).  Pero estos dos hechos, que no eran menores, pasan casi desapercibidos ante los acuciantes problemas internos. Mientras tanto Europa se convulsionaba y en Austria se producía un claro auge del fascismo, llegando a perseguirse a los socialistas. Los extremismos de uno y otro signo, comenzaban a asomar sus feas cabezas.
 
    En cuanto a si hubo una reflexión profunda acerca de los funestos hechos acaecidos en la revolución de Asturias, podemos decir que por parte de la izquierda no la hubo a grandes rasgos, considerando dicha Revolución un ensayo general que casi se convierte en primer acto. Sin embargo el Sr. Prieto que huyo a París con la ayuda del aviador Hidalgo de Cisneros, si parece ser que tuvo tiempo de pensar y arrepentirse de su actuación.
 
       Su personal enfrentamiento con el Sr. Largo Caballero se enconaba más si cabe cada día. Prueba de ellos son los tres mítines de Mestalla en el verano de 1935. El primero de izquierdas, ya cuasi Frente Popular, mitin que marca el retorno de D. Manuel Azaña, ante una multitud que le aclama. Por el contrario, el segundo marca el pleno apogeo de D. José Mª Gil Robles, quien viajó en avión desde otro mitin celebrado en Medina del Campo, ante otra multitud enfervorizada. Así los radicales deseosos de proclamar su total hegemonía en lo que ellos consideraban su feudo valenciano, montaron un tercer mitin con una tercera multitud a ellos afín y vociferante. Los mítines de Mestalla fueron todo un símbolo, que marcó una época muy determinada, de la encrucijada política en la que se encontraba inmerso nuestro país. ¿Qué decir a su vez de la apoteosis marcada por D. Manuel Azaña en el madrileño Campo de Comillas? Su auditorio, según afirmaciones de la época, quizás un tanto exageradas, congregó a más de doscientos mil seguidores. Estas masivas asistencias a los mítines de los “primeros espadas”, hablan por sí mismos de la politización y atomización a la que había llegado la sociedad española en vísperas de la guerra civil.
 
    Cuando las ideologías se llevan a extremos, da igual que sean de un signo o de otro: los extremos siempre se tocan y siempre son nefastos. La derecha y la izquierda corrían paralelas hacia el más absoluto radicalismo, mientras Gil Robles, trataba de reconducir la situación hacia el centro. Contrariamente, el radicalismo de derechas de D. Miguel Maura, D. Niceto Alcalá Zamora y el del Sr. Portela Valladares, morían antes de nacer. Este “bienio estéril”, fue el caldo de cultivo para  un original intento político; el nacimiento de Falange Española de la mano de D. José Antonio Primo de Rivera.
 
    Nadie en su sano juicio puede dudar ni negar, que dicha ideología, debe encuadrarse dentro del pensamiento fascista imperante en la época. Pero sería bueno decir que el calificativo fascista se queda pequeño para describirlo. Como en casi todo "Spain is different" y en este nuevo movimiento se integran dos claros elementos que la alejan del concepto fascista imperante: un marcado romanticismo social utópico y una sincera orientación de centrismo nacionalista por parte de su fundador. Debemos recordar que en estos, sus orígenes, la Falange se había fusionado con los movimientos más obreristas  y más fascistas de D. Onésimo Redondo y de D. Ramiro Ledesma.
El primer Consejo Nacional de dicho partido, se reúne en Madrid del 4 al 7 de octubre, coincidiendo con la “Revolución de Octubre”. La jefatura única recae en el propio D. José Antonio. Siendo su uniforme: camisa azul, su emblema el yugo y las flechas (de los Reyes Católicos) y su bandera, rojinegra, como la anarquista.
 
      En 1935  D. Ramiro Ledesma se separa de Falange. Quizás le resultaba demasiado poco radical. A partir de ahí, su actuación fue la de un clásico agitador social, enzarzándose en continuas luchas callejeras  con los extremistas de izquierdas, de los que poco o nada se distinguía en métodos. Contribuyendo con ello a la obtención de fama de “esquirol” (*7) del más rancio capitalismo.
 
 
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(*1) Aclaración cuarta del precedente: “El post octubre del treinta y cuatro en España”.

(*2) Aclaración sexta del precedente: “El post octubre del treinta y cuatro en España”.

(*3) Aclaración tercera del precedente: “El post octubre del treinta y cuatro en España”.

(*4) D. Federico Salmón Amorín, (Alicante 27.08.1900 – Vilmente asesinado en Paracuellos del Jarama en la madrugada del 07.11.1936). Formado por la Compañía de Jesús y cofundador de la Federación de Estudiantes Católicos, se licencio en Derecho por la Universidad de Valencia, accedió a la abogacía del estado por oposición. Fue profesor de derecho público y director del diario “La Verdad” de Murcia. Miembro de la CEDA. Fue ministro en dos ocasiones: Trabajo, Sanidad y Previsión Social 06.05.1935 – 14.09.1935 y de Justicia 25.09.1935 – 14.12.1935.
Su obra más reconocida, fue la que se conoció en su día como Ley Salmón, la cual incrementó las inversiones de forma racional, creando cientos de puestos de trabajo productivos, dando lugar a lo que se denominó el estilo arquitectónico de su mismo apellido.
 
(*5) Ifni. Capital Sidi – Ifni. Antigua provincia española hasta  el 30 de junio de 1969, momento en el que se produce la cesión al Reino de Marruecos. Físicamente se trata de una franja de terreno situada en la costa atlántica africana (a 172 millas náuticas de distancia de la isla de Lanzarote) y conformada por una superficie, delimitada por un frente litoral Atlántico de aproximadamente  cuarenta y seis millas náuticas y con una profundidad media sobre el continente de catorce millas. Su población bereber,   de religión musulmana  suní.

(*6) D. Fernando Osvaldo Capaz Montes, (Puerto Príncipe – Cuba, 17.03.1084 – Madrid, 22.08.1936), militar que desarrolló la mayor parte de su carrera dentro del cuerpo de infantería, con escarceos, destinado en la policía indígena del protectorado en Marruecos, “africanista”  en el sentido más peyorativo del término, con el apoyo del arma aérea de la marina y de la propia armada, al mando de una harka indígena de menos del millar de hombres, sometió diez cabilas y confiscó numerosísimas armas entre los rifeños, tomando Xauen  en agosto de 1926. Sus “cualidades políticas” fueron muy cuestionadas, ya que al decir de sus detractores, más que un brillante jefe militar, era un “chalan”, que la sumisión de las cábilas, las conseguía por meros sobornos. Independientemente de lo cuestionable de sus métodos y de haber sido “depurado” en base a la Ley “Azaña”, bajo el gobierno Lerroux, volvió al protectorado y cuando ese gobierno decidió la ocupación del territorio de Ifni, fue el encargado de realizarlo, contactando con las tribus y realizando una brillante operación de desembarco, en la madrugada del 6 de abril de 1934. Posteriormente fue gobernador militar y civil de dicho territorio. Ascendió a general en el mismo año. En su honor se rebautizó el accidente geográfico identificado por “Punta Pescadores”, en la isla de la Gomera, por el de “Puerto Capaz”.
Me cabe la distinción de haber podido estudiar el expediente de controversia abierto a raíz de ser propuesto para la Gran Cruz del Mérito Naval.
Independientemente de las afirmaciones realizadas por Dª. Mª. Rosa de Madariaga, objetivamente, de lo que estudié al respecto y de la información familiar que poseo, me decanto más por la moderación que le adjudica Mr. Stanley Payne.

(*7) Esquirol. (L´Esquirol)Termino que surge en la huelga de 1917 en Cataluña, con motivo de la ruptura de la huelga por trabajadores de dicho pueblo, que suplen a los huelguistas de Manlleu. Por extensión, obrero que sustituye en el trabajo a un trabajador en huelga.
 
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 El texto y la investigación que subyace pertenecen a Audrey y yo. Si vas a usarlos, cita la fuente
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


















 

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