martes, 8 de marzo de 2016

La parte positiva de la República (I)

Como el propósito de esta serie es acercarse de la manera más precisa a la realidad, voy a detenerme hoy en los aspectos positivos que si tuvo la Republica. Es cierto que a toro pasado, cuando ya sabemos que ocurrió con las semillas plantadas, es sencillo juzgarlo todo como un desastre, pero en muchos casos, la intención de la Republica fue acertada en su planteamiento y eficaz en la implantación del mismo. Quizás por estos aspectos positivos que si hubo, produce mayor tristeza la falta de visión de sus políticos, que les llevó a aferrarse al popularismo y oportunismo, en lugar de centrarse en la realización de sus ideas, las cuales hubieran evitado la sima que se abrió entre sociedad y Estado.
Nos encontramos en el mes de marzo de 1932. El competente ministro de Hacienda D. Jaime Carner (*1) , presenta en Cortes un proyecto de presupuesto nivelador. Azaña se muestra muy satisfecho con las reformas en él planteadas sobre Clases Pasivas y reclutamiento de la nueva oficialidad de carrera y complemento. Recordemos que su "poda" había enviado a la reserva a doce mil jefes y oficiales del ejercito y la armada.

Al frente de Obras Publicas, D. Indalecio Prieto (*2),  defiende un presupuesto, que según propias palabras: “había pensado con las miras restrictivas de un ministro de Hacienda”. Pese a ser político su afirmación era cierta.
Una de sus principales líneas de actuación fue continuar con los proyectos hidráulicos de la Dictadura de Primo de Rivera. Curiosamente lo mismo hizo posteriormente la dictadura Franquista, mal que le pese a muchos.
Nombra jefe del Centro de Estudios Hidrográficos al prestigioso ingeniero colaborador de la Dictadura D. Manuel Lorenzo Pardo (*3). Crea la Confederación Hidrográfica del Ebro y orquesta las primeras iniciativas de lo que posteriormente sería conocido como el “Plan Badajoz". Como curiosidad mencionar, que este plan ha sido indebidamente atribuido a la dictadura Franquista, y quizás por ello, forma parte de ese conjunto de medidas que siendo buenas, han terminado por ser demonizadas por el  inconsciente colectivo.
Proyecta el magno trasvase de cuencas que ampliaría la huerta levantina. Crea los Nuevos Ministerios, y los enlaces ferroviarios en la capital. Incluido el llamado popularmente "Túnel de la Risa" (*4) que une la estación de Atocha (Sur), con la de Chamartín (Norte).
Proyecta la Carretera occidental del Guadarrama que, por ser obra suya, se queda sin concluir. Existen tramos ejecutados que aun hoy, se pueden contemplar a través de Google. Los encontrareis inconexos, perdidos entre la sierra ochenta años después,  a mil cien metros- mil doscientos cincuenta entre los pinos de Siete Picos.
Ya España daba muestras entonces de una afición que no la abandonaría. La de gastar dinero publico en obras que por uno u otro motivo, al no ser continuadas, terminaban por convertirse en un despilfarro. Para muestra todos los edificios huecos de Valencia, los aeropuertos sin trafico, los tramos de alta velocidad sin terminar...

España es uno de los países con mas planes educativos del mundo civilizado. Cada gobierno que llega a este país, deroga la ley de educación e implanta una nueva. Como resultado, los Españoles, cada día saben menos de algo, y mas de nada. La afición por la educación en los cambios de Régimen político no es nueva, de hecho, es el modo lógico de crear adhesión y formar al rebaño. Esto lo saben muy bien en Cataluña, cuyos libros de historia ya no se sabe si son: ciencia ficción o relato corto.
Volviendo a lo que nos ocupa, la labor educativa de la República, ha sido muy comentada, pero poco estudiada.
Tras un impulso inicial, mezcla de ilusión y propaganda, la tradición y bondad de la Institución Libre de Enseñanza, encauzó de forma positiva las iniciativas educativas del gobierno. Esta institución reconoció la labor y dignificó las condiciones laborales, y sociales, de los maestros.

D. Salvador de Madariaga, (*3 de mí escrito: Aprobación de la Constitución y giro a la izquierda),  Ministro de Instrucción Pública de la República, nos ofrece una imagen de conjunto:

“La República tomó  los asuntos educativos con el mayor entusiasmo y decidió gastar generosamente en este Departamento. Lo malo fue que en estas cosas el dinero  no es suficiente y el tiempo es esencial. El problema en sí mismo se habría hecho más difícil por la política anticlerical de las Cortes: las escuelas confesionales se cerraron con lo que entre 350.000 y 700.000 niños cayeron bajo la responsabilidad del ministerio de Instrucción Pública. Los planes  eran ambiciosos. El primer ministro de Instrucción de la República, el maestro catalán Marcelino Domingo (*5) creó 7.000 escuelas sobre el papel, 3.000 en realidad. El segundo, Fernando de los Ríos (*6), sobrino de Giner, elevó el número a diez mil. Se elevaron los sueldos. Se organizaron misiones pedagógicas para llevar la alegría del conocimiento y las artes a las comunidades aisladas que abundaban en la España montañosa. Estaban compuestas de pequeños grupos de maestros y estudiantes con suficiente material teatral, fílmico, artístico y bibliográfico. Esta experiencia realmente creadora constituyo un gran éxito, porque  se mantuvo dentro de sus posibilidades humanas. También se montaron bastantes institutos de segunda enseñanza. Pero aquí, lo mismo que en la repentina expansión de las escuelas primarias, la República se veía lastrada por la misma hondura del mal que trataba de corregir. España vio crecer en el siglo XX e incluso en el XIX, bajo la Monarquía y también bajo la dictadura de Primo de Rivera, algunas de las instituciones educativas más interesantes de Europa. Pero esto sólo podía hacerse muy despacio, al paso del crecimiento orgánico de los hombres e instituciones. La República, espoleada por la competencia de la Iglesia, a la que deseaba arrojar del campo educativo, cometió el error de apoyarse en las cifras. Los edificios escolares eran con frecuencia pésimos y una política de construcciones como la adoptada por la República supuso un cambio favorable. Pero la tendencia a creer que un edificio era una escuela se extendió con resultados fatales. Cuando en la primavera de 1934, el autor de este libro fue nombrado para el ministerio de Educación, puesto que desempeñó durante cinco semanas, descubrió que había en España unos 10.500 maestros sin escuela y más de 10.500 escuelas sin maestro. En otras palabras, la clase de los maestros, lo mismo que cualquier otra de funcionarios, sobrellevaba un tremendo peso muerto. El problema  era, por tanto, no tanto la educación de los niños, sino la educación de los educadores.”

Me atrevo a subrayar ante tan esclarecedor testimonio, que las cosas han cambiado poco. Al menos en cuanto a la educación de los educadores. (Recuérdese la noticia sobre un 86% de maestros de primaria que en marzo del año 2013 , suspendían un test de conocimientos básicos destinados a niños de 12 años).

Hasta ahora no hemos citado la Universidad. Siendo serios y justos, hemos de decir que la Universidad prosperó durante la Republica, siempre dentro de los limites a los que la escasez de medios obliga.
Como dato para sustentar esto, mencionaré algunos de los nombres propios que destacaban en las diferentes ramas. El trio formado por D. Pedro Bosch Gímpera, D. Claudio Sánchez - Albornoz y D. Ramón Menéndez Pidal, sentaron las bases para un gran desarrollo de los estudios históricos: Los físicos – químicos D. Miguel Antonio Catalán Sañudo, D. Enrique Moles Ormella o D. Arturo Duperier Vallesa: Los importantes matemáticos D. Julio Rey Pastor y D. Julio Palacios Martínez. 
Los  discípulos de  D. Santiago Ramón y Cajal que siguieron sus pasos y fueron herederos de su obra: la medicina universitaria tuvo entre otros la presencia de D. Gregorio Marañón y Posadillo, D. Pio del Río Hortega y D. Severo Ochoa de Albornoz (*7).
La siempre básica investigación científica, fue impulsada por instituciones de la índole de la Fundación Rockefeller.
No obstante el sectarismo imperante, continuó: la concesión de cátedras universitarias seguía rigiéndose por los mismos principios de la discrecionalidad política y el favoritismo del que no pudieron librarse tantos científicos españoles. Así los inventores monárquicos D. Juan de la Cierva y Codorníu y  D. Leonardo Torres Quevedo (*7), tuvieron que exiliarse para poder triunfar en sus respectivas actividades y profesiones.
Hay cosas que no cambian.

Próximo capitulo: La parte positiva de la Republica (II)

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(*1) D. Jaime Carner Romeu  (El Vendrell. 22.02.1867  - Barcelona 26.09.1934) Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona. Dirigente de la Lliga Regionalista, de la cual dimite por negarse a la recepción a Alfonso XIII, en su visita oficial a Barcelona del 07.04.1904. Crea el Centre Nacionalista Catalá. En las elecciones de 1931 obtiene escaño de diputado por Tarragona. Desempeña el cargo de ministro en el periodo comprendido entre 16.12.1931 y 12.06.1933, padeciendo un cáncer del que fallece en 26.09.1934. 
 
(*2) D. Indalecio Prieto Tuero (Oviedo 30.04.1882 – México 12.02.1962) de humilde origen, por razones económicas, en su primera infancia, su familia se traslada a Bilbao, donde estudia en un centro religioso protestante. Autodidacta, muy pronto se ve en la necesidad de trabajar en los más variados oficios. Siendo asiduo desde muy joven del Centro Obrero de Bilbao, perteneciente al Partido Socialista. Fue taquígrafo del diario La Voz de Vizcaya y posteriormente periodista del diario El Liberal, del cual llegó a ser director y posterior propietario. Ministro de Hacienda 14.04.1931 – 16.12.1931; Ministro de Obras Públicas 16.12.1931 – 12.09.1933; Ministro de Marina y Aire 04.09.1936 – 17.05.1937; Ministro de Defensa Nacional de España 17.05.1937 – 05.04.1938.
 
(*3) D. Manuel Lorenzo Pardo (Madrid 05.03.1881 – Fuenterrabía 26.08.1953). Dr. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Escuela de Madrid. Trabajo a las órdenes de Torres Quevedo y posteriormente, en distintas confederaciones hidrográficas, siendo un experto en temas hídricos. En 1932 (no se puede determinar la fecha, por destrucción de copias del BOE de su nombramiento).
 
(*4) Llamado así despectivamente por la prensa contraria al gobierno, ya que creían que nunca llegaría a construirse. Estuvo muchos años inconclusa la unión entre ambas estaciones. Actualmente existen tres túneles más paralelos al original.
 
(*5) D. Marcelino Domingo Sanjuán (Tarragona 26.04.1884 – Toulouse 02.03.1939), hijo de un guardia civil sevillano y de una tarraconense, estudio magisterio y ejerció su primera labor docente en Tortosa, donde entró en contacto con ambientes republicanos locales. Durante la restauración y la Dictadura tuvo cierta actividad política, que crece con la creación del Bloc República Autonomista y posteriormente con el Partit Republicá Catalá. En 1923 en compañía de Álvaro de Albornoz crea el Partido Republicano Radical Socialista. Fue ministro de Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes 14.04.1931 – 17.12.1931; de Agricultura 17.012.1931 – 12.09.1933; de Agricultura, 17.12.1931 – 12.09.1933; paralelamente y en algún momento, Industria y Comercio 17.12.1931 – 12.06.1933); de Instrucción Pública y Bellas Artes 19.02.1936 – 13.05.1936; mismo ministerio 19.07.1936 – 19.07.1936 Un día BOE 19/07/1936 y BOE 20/07/1936.
 
(*6) D. Fernando de los Ríos Urruti (Ronda 08.012.1879 – New York 31.05.1949), orientado por su tío Francisco, estudio en la Institución Libre de Enseñanza y posteriormente se licencia en derecho, fue catedrático de la Universidad de Granada. Como miembro del PSOE en el congreso extraordinario de 1920 fue comisionado para viajar a la Unión Soviética a fin de estudiar las posibilidades de ingreso del partido en la Tercera Internacional.
Con un par, en su entrevista con Lenin, le preguntó: cuándo su gobierno permitiría la libertad de los ciudadanos. A lo que se deduce Lenin, contesto ¿Libertad, para qué?.
En el siguiente congreso del PSOE, de los Ríos se opuso  al ingreso en dicha Internacional. Como ideólogo socialista, posiblemente sea uno de los más relevantes, destacando sus propuestas de socialismo humanista, desde perspectivas reformistas, pero no revolucionarias. Ministro de Justicia 14.04.1931 – 16.12.1931; Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes 16.12.1931 – 12.06.1933; Ministro de Estado 12.06.1933 – 12.09.1933.
 
(*7). Dada la magnitud que cada uno de los reseñados alcanzó en sus respectivas especialidades y profesiones, evito realizar cualquier reseña ya que excedería el propósito de esta sección y puede ser fácilmente compilada.


Todos los textos de esta serie histórica, y la investigación que subyace, son propiedad intelectual de Audrey y yo.
Si vas a usarlos, por favor, cita su procedencia.
















3 comentarios:

  1. Como siempre ¡MAGNIFICO!

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  2. Me entusiasman sus conocimientos históricos y prosa expresiva.
    Es un auténtico placer leerla y el método y rigor que sigue.
    La felicito, por diferencia generacional, de “abuelo” a “nieta”

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  3. Muchisimas gracias a ambos. Tenía un profesor de historia, un sacerdote, que decía que la historia había que vivirla como cuando uno hojea la revista ¡Hola!, porque al fin y al cabo, con mayor rigor, los libros de historia lo que nos cuentan son esas cosas: quien se casa con quien, como se sentía, la cara que ponía...
    A lo largo de la vida uno tiene muchos profesores, pocos buenos, pero esos son los que te marcan.
    Gracias de nuevo.

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