viernes, 21 de diciembre de 2018

Estoy de vacaciones (Audrey)

¡Pues ya está! De vacaciones por fin. Ya he cumplido con todo: el belén viviente del catecismo, la función escolar de Navidad, los partidos de baloncesto y los exámenes. Ahora me toca disfrutar.
Tengo dos semanas enteras de vacaciones para hacer lo que quiera: jugar, ver la televisión, andar en bicicleta, nadar, correr y saltar. Estoy muy contenta. 
Me gusta mucho la Navidad, no solo porque vienen los RRMM, también disfruto mucho con el cumpleaños de Jesús. En el oratorio hemos ido encendiendo las velas del Adviento, y el lunes por la noche ya nace Jesús. Es un momento muy emocionante.
También me ilusiona porque voy a pasar más tiempo con mis papas y mis abuelos. Eso siempre me gusta mucho. 
He sido muy buena, así que espero que Papá Noel y los RRMM se acuerden de mi y me traigan algo de lo que les he pedido. Sobre todo la guitarra. No se si seré capaz de tocar algo, pero espero ir aprendiendo. 
Os deseo a todos una Feliz Navidad y que disfrutéis mucho del turrón y los mazapanes.


Feliz Navidad

Solo unas lineas para desearos a todos una Feliz Navidad. Que Dios os acompañe todo el año, y que con el nacimiento del su hijo, renazca en nosotros la esperanza y se renueve nuestra fe.
Paz a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sea cual sea su credo y su color de piel. 
Que todos podamos disfrutar creando bonitas memorias familiares, alejados de lo que es menos espiritual, y refugiándonos en el calor de familia y amigos.


miércoles, 5 de diciembre de 2018

Viajando hasta mi día.

  Mi cumpleaños es siempre un momento complejo para mi. Supongo que la mayoría de las personas hacen su repaso vital con el cambio de año, o quizás no lo hagan nunca, pero yo de un modo inconsciente siempre lo hago un poco antes de mi onomástica. Sin saber bien el motivo me introduzco en un periodo de reflexión profunda, de búsqueda e introspección. Suelo llorar y reír, recordar y olvidar, asumir y perdonar en una especie de entre aguas, de desubicación temporal. 

   A mi, siempre tan exigente y perfecionista, me cuesta aceptar. Sin más. Aceptar lo que no es, lo que no llega, lo que no se consigue, lo que si llega, lo que falta, lo que sobra. Hay días en que me cuesta reconciliarme con el paso del tiempo por mi cara, días en los que me cuesta cargar con mis errores, y días en los que desearía tener menos exigencia y conformarme.