domingo, 30 de marzo de 2014

Varitas y estrellas, Ospa 29.03

Antes de pasar a mi comentario, quería agradecer de nuevo a la organización de la Ospa que hayan programado este magnífico concierto. Nunca creí que iba a conseguir escuchar una de mis obras favoritas, la Suite de Star Wars, en un teatro e interpretada por una orquesta sinfónica. Si, la he escuchado millones de veces en CD, en you tube, en el cine etc, pero no es lo mismo, la música está hecha para ser escuchada en un teatro, para ver a la orquesta, para sentir sus ruidos, los arcos, el viento de los instrumentos, para vibrar con la misma energía...
Ayer el magnífico teatro del Niemeyer , acogía este concierto con un lleno total y lo más bonito, la media de edad era bajísima, había muchisimos niños expectantes por escuchar a Harry Potter o Darth Vader y esa, es una de las cosas más bonitas de la música que no tiene edad. La emoción se palpaba en el ambiente, muchos niños grandes como yo, unos con pins de star wars, otros disfrazados, otros con camisetas (la forma moderna de la auto afirmación y el homenaje) ¡hasta vi un señor de aspecto serio con un anillo de Darth Vader! ¡fue tan emocionante!
Oliver Díaz el director, tan estupendo como lo recordaba de la Osgi, quizás con un punto más de madurez que le hace mejor aún y tan "majo" como siempre, comenzó explicando un poco, como el genial Williams había hecho de Harry potter una obra didactica. Cada personaje va asociado a unos instrumentos y por tanto, resulta una obra muy adecuada para que los niños identifiquen los instrumentos y aprendan su sonoridad y su color.
La Suite de Harry Potter comienza con el sonido que todos identificamos ya con el de la magia, esa celesta que toca una melodía sencilla pero hermosa que se repetirá a lo largo de las tres películas de la saga que Williams orquestó. De los nueve movimientos que nos ofrecieron me encantaron Fluffy y su arpa, el Callejón Diagon y el maravilloso mundo de Harry. No es frecuente escuchar una composición tan larga de arpa en una suite y esa combinación con el contrafagot suena estupenda, realmente sientes que el arpa toca una nana que duerme a un perro. ¡Tal es la magia de Williams!, no solo hace música hermosa y perdurable, sino que convierte la música en imagenes. En el callejón Diagon, las flautas, la percusión y los violines convirtieron el Niemeyer en un mercado con toques Celtas y folk y en el ultimo movimiento, la orquesta en su conjunto brilló, mostrando que el todo es más que la suma de las partes. La orquesta estuvo brillante e inspirada pero ellos y todos, sabíamos que aun no había llegado lo gordo. Por fin, tras unos momentos de pausa, la batuta de Oliver Díaz dió paso al tema principal de Star Wars y ¡que maravilla!, dado que la acústica del Niemeyer no es muy buena para un concierto habían instalado micrófonos, y  a mis oídos llegaron todos y cada uno de los instrumentos mezclandose en esa melodía que me acompaña hace años. Tras el fortissimo de toda la orquesta y los metales llegamos al tema principal, ese que todos identificamos con unas letras amarillas que se deslizan por un cielo estrellado. Es una pieza con una gran riqueza armónica, donde suenan todas las secciones. La melodía principal a cargo de trompas y trompetas, estupendos los músicos en su ejecución con la fuerza y la energía precisas, estupenda la cuerda con sus compases marciales y rítmicos. En fin que puedo decir, ¿que llore? pues si, a veces uno llora de alegría y es por lo que la música es mágica. Cuando la orquesta terminó todo el mundo aplaudió, no importa la norma no escrita de que entre movimientos no se aplaude, queríamos aplaudir y lo hicimos en cada uno de los movimientos de la Suite, la orquesta y Williams se lo merecían. El tema de la Princesa Leia es un tema con un precioso glissando de arpa, es una pieza muy romántica pero con un punto heroico como la propia princesa. Como siempre, Williams, consigue pintar con la música el boceto de los personajes. Tras ella, otro de los más esperados, La marcha imperial, el tema de Darth Vader, es una obra en la menor, Williams escribió en modo menor a los villanos y en modo mayor a los buenos, así estos suenan alegres y melódicos y los otros mas profundos y oscuros. Williams le da a esta pieza un aire militar, lógico dado el personaje que ilustra, se trata de una obra sinfónica clásica que tiene el sonido tipico del autor. La orquesta, la interpretó magníficamente con el tiempo preciso y la energia justa. El Tema de Yoda, tranquilo y sereno, un movimiento en andantino, tan parsimonioso como su personaje, tan sencillo y hermoso como él, zen y brillante en la composición. Precioso el solo de flauta y los violines. El titulo final recupera un poco el sonido del tema principal, en el, uno se imagina a las tropas rebeldes tras ver estallar la estrella de la muerte y siente esa alegría de la victoria épica.
Al fin del concierto casi cinco minutos de aplausos, la gente no quería irse, la orquesta nos brindó de nuevo la marcha imperial y el tendido empezó a iluminarse con sables de luz, ¡fue tan bonito!, casi tanto como ver a los músicos agitando sus arcos al mismo tiempo que las espadas láser. En fin, una noche preciosa que espero se repita en el futuro.
Ahora que se ha demostrado que la música clásica puede atraer a todo tipo de publico, ¿que tal el año que viene El señor de los anillos? o La Ospa más el León de oro interpretando el Duel of fates del episodio I o la música de la Misión (donde por cierto hay una de las mas bellas composiciones para oboe, Gabriel´s oboe)... en fin, ¡Que la fuerza de la música os acompañe!







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