LLevo días sin escribiros nada, aunque ahora estoy con catarro otra vez, no ha sido por eso. He estado ocupada creciendo y aprendiendo a ir al baño. Todo eso me está gastando mucha energía, lo del baño no lo tengo dominado y lo de crecer no lo entiendo mucho. Ayer le dije a mamá que ¿por que mis manos eran ahora tan grandes cuando antes eran pequeñitas?, ¿por que mi ropa no crece y yo si?, me he dado cuenta que ya no uso la misma ropa que antes, de hecho, aba y mamá me han tenido que comprar cosas nuevas porque crezco mucho. Todo eso me intriga y me preocupa. Ayer fui al podologo, por lo visto heredé de mama unas uñas del dedo pequeño un poco pesadas y tenemos que ir. Pasé mucho miedo aunque mamá me dijo que no hacía nada de daño y ¡tuvo razón! Covadonga no me hizo nada, nada de daño y fue muy simpática conmigo, ¡hasta me puso un poco de betadine en el dedo que me encanta! Luego me llevaron a merendar y me comí una tostada, ¡me encanta el pan con mantequilla!
Se me olvidó contaros que el domingo fuimos a comer a casa de Cote por su Santo. Comí tortilla y un montón de aceitunas y queso, yo creo que mamá y papá no se dieron cuenta de cuantas comí porque no me dijeron nada. Lo pasamos muy bien y coté me regalo unas pinturas guapisimas, para pintar dibujos bonitos.
Ayer por la noche hubo tormenta y me asusté mucho. Le pregunté a mamá porque el cielo se tiraba pedos, me dijo que se llamaban truenos. Hoy por la mañana, después de desayunar, le tiré yo un montón de truenos a ella. ¡Os dejo que me voy a la guarde!
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