... Y hay días en que el vaso se llena, en que alguien copia ideas de mi blog y como es famoso, además, nadie lo notará, en que el millonesimo virus le entra al ordenador y me impide escribir, en que llevar muchos meses en paro empieza a pesar mucho y a dar miedo, en que se acerca mi cumpleaños y veo que hay sueños que se alejan... y entonces decido que tengo que salir a correr. No puedo quedarme en casa sintiéndome mal, tengo que calzarme los playeros y cruzar la puerta, ¿que llueve mucho?, me pongo el chubasquero, porque si hoy llueve mañana saldrá el sol que diría Manolo Preciado E.P.D. Y cojo el muro y el aire empieza a llenar mis pulmones y empiezo a sentirme mejor, me duele un tendón, una rodilla pero los ignoro, porque son mios y no voy a dejar que mi cerebro me boicotee. Nunca he sido aficionada al fútbol, pero me gusta pasar junto a la estatua de Manolo Preciado cuando corro, el nos enseñó que cuando uno se cae se levanta, que no hay vida sin claro oscuros y que lo que hay que hacer es vivir pase lo que pase.
Le saludo y sigo corriendo y para entonces ya nada parece tan grave, los patos se sacuden las alas mojadas en el Río Piles y la lluvia me salpica incesante, siento su frescor y el aire huele a limpio. Admiro los arboles que lucen sus colores de otoño, una explosión de marrones, dorados y verdes que me recuerda que la naturaleza nunca se rinde, que su ciclo incesante continua pase lo que pase. Me acuerdo entonces del poema de D. H. Lawrence, sobre la autocompasión, (es traducción mía);
Nunca he visto un animal salvaje
que sienta lastima por si mismo
Un pájaro pequeño se caerá congelado y muerto de una rama
sin haber sentido jamas autocompasión
Mientras piso charcos y mis calcetines se empapan se me ha olvidado ya casi todo lo que me hacia vieja antes de salir a correr. Solo siento mi cuerpo que avanza con precisión guiado por mi voluntad, me siento una con la naturaleza y doy gracias a Dios porque mis pies estén sanos (tuve una grave lesión y me anunciaron que no volvería a correr), porque ayer me dieron una noticia magnifica sobre alguien que es un pilar en mi vida, por tener una hija que ahora mismo me llama para jugar y no me deja escribir y por tantas cosas hermosas por las que tengo que dar gracias... cuando vuelvo a mi casa casi una hora después, la persona que entra por la puerta vuelvo a ser yo y no mi cara B.
¡Pedid unos playeros a los Reyes Magos y un chubasquero y no os perdáis Gijon en un día de lluvia!
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