El circo Romano

A mi siempre me ha apasionado la historia. Hay muchas cosas que me intrigan del pasado y ninguna de ellas es ¿como construyeron las pirámides?. Una de las cosas que siempre me pregunté era, ¿cómo los ciudadanos Romanos podían ir al Circo y contemplar la muerte como espectáculo?. Entre las muchas teorías que leí y las propias que elaboré, uno llega a la conclusión de que una sociedad, cuando ya es muy sofisticada adquiere vicios crueles. Cuando la supervivencia esta asegurada, cuando hay comida en el plato, lujo y comodidad algunas personas tienden a aburrirse y ya se sabe que cuando  el diablo se aburre, con el rabo espanta moscas. Siempre pensé que había que ser un malnacido para contemplar la muerte o la desgracia de un ser, el que sea, como si de un espectáculo se tratara y ultimamente, me doy cuenta, de que la televisión se acerca más y más al Circo Romano de lo que debiera. Lo pensaba el fin de semana mientras veía el Mayordomo en el cine, las personas contemplan un monton de atrocidades sin apenas inmutarse, desde el cine hasta en su vida diaria.

En El Mayordomo, su director nos cuenta la historia de la segregación racial en USA a través de la vida de Cecil Gaines, un afroamericano que llegó a ser Mayordomo de la Casablanca y conoció a siete presidentes. Yo viví en Usa, a pesar de que es un país que admiro y al que me iría a vivir mañana, también es un país que conozco y sufrí en carne propia algunos de sus defectos. Mi apellido es Rodríguez y vi como me trataban de un modo distinto si pensaban que era Mexicana o por el contrario Europea, por tanto, se que es un país profundamente racista y que por mucho que disimulen, por mucho que tengan un presidente colorido, el núcleo del país es WASP, (Blanco, anglosajon y protestante). La esencia del racismo radica en la superioridad, en el hecho de que una raza se crea superior a otra por el mero hecho de nacer de uno u otro color. Trabajar toda una vida agachando la cabeza, siendo sumiso, soportando el desprecio y sin recibir gratitud, es una manera sutil y lenta de morir, una diaria renuncia a la dignidad a cambio de existir y poder comer para el que lo vive y un espectáculo denigrante para el que lo contempla.
Aunque conociendo la esencia del problema y habiendo vivido algunas experiencias propias, la película no me gustó porque la encuentro tendenciosa, manipulada y demagógica, pero me ha hecho pensar mucho en lo poco que humanidad define a algunas personas. Parece que algunos humanos, necesitan sentirse superiores a los demás, necesitan reírse o burlarse de alguien para elevarse por encima de su mediocridad, como si insultar al de al lado o desmerecerlo fuera a sacarlos a ellos de su montón de estiércol... y de ahí a la televisión, Rosa Benito, una mujer famosa de casi sesenta años es ingresada en un hospital por un crisis de ansiedad. Lleva haciendo de su miseria un circo muchos meses, exponiendo sus heridas, sangrando y manchando la arena mientras la grada grita ensordecida pidiendo más. Hace dos días la ingresaron, desconozco si con un ataque de ansiedad o con algo peor. Al oírlo me entristecí, me da pena esta mujer. Descubrir con casi sesenta que tu marido es un inútil que te ha llevado a la ruina, que solo tienes deudas y cuernos no es baladí, pero lo triste no es eso, lo lamentable es la reacción de los demás. Los que llevan meses aplaudiendo desde sus asientos el espectáculo, ahora la acusan de mentirosa, de montajista, le dan lecciones de moral y dicen "le estuvo bien por vender su vida" y digo yo, ¿quien miraba ese espectáculo?, ¿quienes gritaban pidiendo más desde sus asientos?, ¿quienes le pidieron al Cesar que bajara el pulgar?
El que contempla el dolor ajeno y siente que tiene una superioridad moral sobre esa persona, es tan racista como el que mira a alguien de otro color y se siente superior, los tiempos no han cambiado mucho.