A mi hija Audrey le encantan las frutas de aragón, más bien le gustaban al abuelo y ella ha heredado la querencia. Como eramos incapaces de encontrarlas y todo el tiempo nos las reclamaba, llamamos directamente al proveedor, Caro. Quería darles las gracias porque nos vendió una caja a pesar de ser unos particulares. Así debe comportarse una gran marca, mimando al cliente y con responsabilidad.
Ahora solo tenemos el problema de comernos seis kilos de frutas :)
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