Escribo esto casi apenas finalizada la película de Carlitos y Snoopy. La recomiendo vivamente para todos aquellos padres con niños pequeños, y para aquellos fans de este Beagle mítico, que nació allá por el 1950.
En ella encontrareis algunas de las imágenes míticas de la tira cómica, como los vuelos de Snoopy persiguiendo al Barón Rojo, a Schroeder y su piano, o a Lucy en su puesto de psiquiatría. Os la recomiendo porque es bonita de ver, agradable en su contenido y de ella se pueden sacar algunas conclusiones positivas, como la importancia de aceptar a los demás como son, la de no juzgar por las apariencias, o la de no rendirse.
Snoopy siempre ha representado para mi la magia de la imaginación, como subido en su casita roja podía convertirse en un as de la aviación, pasear por la Francia ocupada, ser un gran pintor, o vivir las más variopintas aventuras. Gracias a él decidí que podía ser escritora, porque si Snoopy podía, ¿por que yo no? así son la ingenuidad y la fantasía que uno tiene de niño.
Snoopy es atrevido, sociable, impetuoso y siempre parece tener la solución para todas las cosas, justo lo opuesto al tímido y cuadriculado Carlitos, su dulce y bondadoso dueño. Carlitos es en cambio la encarnación de aquellos valores a los que todos deberíamos aspirar; la fidelidad, la amistad, la nobleza y la generosidad.
Carlitos es un niño que parece no tener mucha suerte, pero que nunca se rinde. En realidad es la representación de la resiliencia, entendida como la capacidad para superar los problemas y adversidades.
Tras ver hoy la película me doy cuenta, que de niña soñaba con ser Snoopy, y que con los años me he ido pareciendo más a Carlitos, y todavía no se si el cambio me gusta, pensaré sobre ello.
Como siempre, la reflexión prima.
ResponderEliminarTomamos en cuenta su sugerencia