lunes, 8 de julio de 2013

Soy una trekkie

No se si lo he contado ya aquí, pero soy una enorme fan de la ciencia ficción y los comics. Creo que se debe a que en mi vida diaria, soy más bien poco crédula, vamos, que los círculos del maíz, las pirámides y los extraterrestres no van conmigo. Todo lo contrario me ocurre cuando se trata de comics o scifii, ahí me pueden contar lo que sea, pueden alterar las leyes de la física o desafiar a Einstein y Newton sin que me altere los más mínimo. Ayer fui al cine a ver la ultima película de Star Trek, como Trekkie autentica llegue al cine casi una hora antes, por si acaso, me puse nerviosa y me emocioné cuando vi a la nave Enterprise. Si algo me gusta de esta saga es que en lugar de presentar un futuro donde los defectos humanos nos han llevado al caos y la extinción, nos presenta uno donde se han potenciado los valores positivos; La tolerancia, el honor, la amistad, la decencia...

Yo daría algo por poder tener una amistad tan bella y enriquecedora como la de Kirk y Spock por ejemplo, o porque el mundo fuera un lugar donde no hubiera pobreza ni desigualdades, o donde todos pudiéramos convivir con independencia de como se llame nuestro Dios o en que idioma le hablemos, no digamos un mundo donde aunque tengas una chuleta pegada en la frente (klingons), seas más feo que un cuerno (Ferengi) o tus orejas sean de elfo (Vulcano) a nadie parezca importarle. Es esta, una visión de nuestro futuro totalmente opuesta a la de la genial novela gráfica Watchmen de Alan Moore y David Gibbons, la he releido hace poco de nuevo, siempre me fascina como en una novela gráfica pueden construirse unos personajes tan densos y un mundo tan compacto. Desde el dolor de Rorschach a la impotencia emocional del Buho nocturno pasando por una realidad alternativa que comienza con la victoria de EE.UU en la guerra del Vietnam. Es una obra que habla de la condición humana, del lugar donde reside el poder, (maravillosa la frase de Varys en Canción de Fuego y hielo, "El poder reside donde los demás creen que reside"), la fuerza de la sociedad, la autoridad, los valores. Supongo que Watchmen te hace pensar y Star Trek soñar, quizás el mundo que presenta sea una utopía, pero es el mundo que a mi me gustaría que mis descendientes heredasen. Uno donde los malos son tan despreciables que nadie los cree cuando culpan a los buenos de sus actos y donde los buenos intentan siempre ser justos y decentes a pesar de la dificultad que eso entraña. Curiosamente, o no tanto, el final de esta pelicula de Star Trek, recupera una idea presente también en Watchmen a través de una frase de Nietzsche "Cuando se lucha contra monstruos hay que tener cuidado de no convertirse en monstruo uno mismo. Si hundes largo tiempo tu mirada en el abismo, el abismo acaba por penetrar en ti". Quizás haya esperanza para mi mundo soñado, el Papá Francisco ha escrito en su ultima encíclica "Lumen Fidei" que "la fé no es intransigente", sino luz y esperanza, algo que ilumina toda nuestra vida dándole sentido y coherencia a nuestros actos. No quiero ser irrespetuosa, pero es un mensaje muy Jedi, (otra de mis debilidades Star Wars), en fin, que si os sobra tiempo no dejéis de leer Watchmen, la encíclica del Papa Francisco y de ir al cine a soñar.













No hay comentarios:

Publicar un comentario