Hoy me siento inspirada por George Loinger. Este anciano de 102 años, salvó a más de 350 niños Judíos del exterminio Nazi. Lo hizo gracias al fútbol. Organizaba partidos cerca de la frontera Franco Suiza y quienes iban a por el balón ya no volvían. Alcanzaban así, la mayor de las victorias, VIVIR.
En estos días que Francia llora por la sinrazón del racismo y la locura, conviene recordar a personas, que como, Loinger, arriesgaron su vida por los demás.
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