El miércoles pasado 21 de octubre de 2015, era el día considerado por la película "Regreso al futuro" como "futuro", quizás por haber entrado en él en cierta forma, esta semana se ha ido sucediendo los acontecimientos extraordinarios, (entre ellos me vi obligada a defender en una conversación informal a Fernando Alonso, al que detesto profundamente), Otro va a suceder ahora mismo. ¡Redoble de tambor! Yo, Republicana convencida, paso a defender los premios Princesa de Asturias.
Por desgracia en esta piel de toro que habito, ser Republicano es una militancia dura, porque en realidad, somos muy pocos los que sabemos lo que es. Ni la bandera que nos asignan, (ese trapo que sale a pasear en cada manifestación anti gobierno, pro palestina y pro aborto), es la nuestra, ni las creencias que nos atribuyen se corresponden, y por descontado, tampoco la mala educación de la que hacen gala algunos, que creyéndose los "más republi tío" no le dan la mano al Rey, o no se levantan cuando entra en alguna parte, o exhiben su cateta tolerancia a el que es, hoy por hoy, nuestro régimen constitucional votado por los Españoles, (por si no se acuerdan algunos).
No es objeto de este post establecer lo que significa ser Republicano. Pero lo dejo dicho para que sabiendo de donde parto, os alucine a donde llego. Todo este párrafo me quedó muy de polígono, pero al fin y al cabo, esos son los que ahora parecen dirigir el cotarro, y hay que adaptarse.
Asturias es una región históricamente deprimida, en lo económico y en lo anímico. Siempre he pensado que nosotros no detuvimos al infiel, sino que los moros llegaron, nos vieron piedra en mano, y echaron a correr. Tenemos un cierto parecido con Irlanda, quizás nuestros orígenes Celtas, o quizás porque anclados en el carbón, sus subvenciones, y la buena vida, nunca llegamos a completar una verdadera revolución industrial y económica. Esa Asturias que alguien definió como "borracha y dinamitera" ve ahora como no tiene casi vuelos en su aeropuerto emblemático, Ranon, o como los trenes, aquellos que Joaquín Sabina, (cuando era el sabina que a mi me gustaba), definía como los "mitológicos trenes que iban hacia el Norte, se dirigen a otros lugares. Trenes que parten con nuestros amigos, primos e hijos, porque aquí no hay trabajo ni futuro para casi nadie. Aquí somos así, generosos y mezquinos, "grandones" y envidiosos, porque aquí todo es casi tan grande como en Bilbao. Vamos, que los Asturianos lo somos, aunque nazcamos en otro lugar, ¡que narices!
Oviedo, hermosa y señorial ciudad, alberga estos días los premios Princesa de Asturias. Ahora la alcaldía esta tomada por un triunvirato raruno, uno de esos que "decide por votación", "consenso", y se pasa el día teniendo ocurrencias. Como ellos son muy "tolerantes" se han pasado meses hablando de "que a pesar de su ideología" estaban colaborando con los premios....Mientras tanto el paro, la corrupción, y los hijos emigrando al extranjero continuaban. Ahora la tolerancia, que solo llega hasta donde les empieza la demagogia se ha terminado, y volvemos a tener manifestaciones en contra de los Premios, exhibición del puñetero trapo que dicen es la bandera Republicana, y no lo es, y todo lo que acompaña.
Lo triste es que esos premios son de las poquitas cosas que nos dan prestigio como comunidad, de las pocas veces que se habla de nosotros para algo que no sea el Sporting, o similar. Es una ventana que este paraíso natural, hermoso donde los haya, abre al mundo para que nos conozcan. Gracias a ella, Woody Allen se enamoro de Oviedo, y como él, tantos otros que vinieron detrás a conocernos.
Como no tenemos industria, el musel esta como está, el aeropuerto no funciona, y no tenemos de casi nada, estaría bien que esos políticos que alguien votó, (espero que les salga un sarpullido por ello), intentaran comportarse y honrar sus cargos. No solo eso, que agradecieran cobrar un salario gracias a personas, que como yo, carecen de uno.
Esas marchas promovidas por destructores de lo establecido, solo nos llevaran a vivir peor de lo que ya lo hacemos, y digo yo, ¿Cuándo nada quede que harán?, ¿se mudaran de cuerpo como los virus que son?, porque claro, destruido el portador, el virus muere...
En fin, ¡Vivan los premios Princesa de Asturias, y lo que los acompaña! Viva el turismo, el prestigio y el dinero que llega a esta comunidad verde por fuera, y tristemente marchita por dentro.
Comparto al 100% todo lo por Vd. afirmado, a los votantes un "sarpullido" y a los votados "botarlos" literalmente al río Nora. "Eso" no son republicanos, son meros "fascistas" con patina propia de demócratas.
ResponderEliminarHay una cita de Churchill, que ahora dicen que es falsa, que dice "los fascistas del futuro se llamaran a si mismos antifascistas". Falsa, o no, es buena y últimamente muy acertada.
EliminarDesde este recóndito lugar de A.C. , te felicito por tu éxito editorial. La perspectiva de este septuagenario, que nunca pudo explicar ni explicarse lo difícil que es vivir y convivir con lo que simplemente defines “alta capacidad”, pero que “A mí no me parece”, nada fácil a pesar de lo sencillo que me lo disteis tú y tus asesores técnicos. Puede que esa tú (vuestra aportación) sea de gran interés a una sociedad desestructurada como la que estamos viviendo acá, pero la necesidad nos obliga a hacer virtud cotidianamente. Los dos ejemplares de los que dispongo los pase a los formandos en educación parbularia y espero contar con sus opiniones a corto plazo.
ResponderEliminarGracias lo primero, por la felicitación y por leer el libro. Decía un sabio Griego que la mayor victoria, es la victoria sobre uno mismo, y es cierto. Lo más complicado es llegar a entenderse, porque solo a través del conocimiento podemos llegar a una cierta serenidad.
EliminarYo se mucho de cabezas que no dejan vivir en paz a los cuerpos que las transportan, y quizás por ello, este libro es tan importante para mi.
Todo superpoder lleva aparejada una gran responsabilidad, y como le pasaba a Batman, un enorme sufrimiento.
Se que es difícil la posición de aquellos, que hacen de argamasa para los ladrillos, de aquellos que intentan sostener edificios que no se sostienen, pero como dijo un gran entrenador de futbol; "Mañana saldrá el sol", y aunque no lo parezca muchas noches, siempre acaba saliendo.
Tu crítica es lo más parecido a un estilete florentino. No quisiese caer en tu "pluma", por eso procuro ser tu amigo.
ResponderEliminarEn la parte que a mí me atañe, me uno al que me precede (a quien desde hace años sigo) y en la formación de los "educandos" que de mi dependen, serán conocedores de: A mí no me parece.
Mi madre siempre me dijo que la esgrima era mi deporte, y siempre pensé que estaba loca. Quizás no lo estaba tanto, aunque use ahora una espada diferente.
EliminarEste estilete florentino permanece siempre en su vaina cuando de amigos se trata, tengo pocos y no puedo perderlos en una mala estocada.
Gracias por leerlo y por darlo a conocer, porque me hace feliz pensar en que puede hacer bien a alguien, que ahí fuera, se sienta como yo me sentí muchas veces.