viernes, 27 de febrero de 2015

Reflesiones sobre la tele

Creo haber omitido hasta ahora, en aras de mi credibilidad, el hecho de que me encantan los realities de la tele. ¡Pum! acaba de caerse mi imagen seria y filosófica al suelo. 
Lo cierto es, que en la vida cotidiana, no soy nada cotilla. Peco de escaso interés por las vidas ajenas, hasta el punto, que me obligo a preguntarles cosas a los demás para no parecer indiferente. He comprobado que respetar mucho la libertad ajena, no siempre se interpreta como una virtud, y que corres el riesgo de parecer fría, o acabar teniendo conversaciones muy poco vivas.
Sin embargo, mi interés por el comportamiento humano es desmedido. Me fascina ver a la gente por el agujerito que me regala la tele, y aprender. 

Viendo el Gran hermano he aprendido mucho. He comprendido porque no me relaciono bien con la gente, e incluso, porque he sufrido mobbing en una conocida multinacional. Ha sido más terapéutico y didáctico que cualquier psicólogo, con el plus añadido, de que me sale muy barato.
Esta afición mía por la tele realidad, me hizo un año, ver el gran hermano Italiano, el francés y el español, ¡todo un record para un cerebro! Con el plus añadido, de que por aquel entonces,  tenía la suerte de tener un trabajo muy chulo, que me dejaba poco tiempo para la tele.
Este hobby me ha llevado a sufrir, sino ataques, si incomprensión por parte de mi familia, que parece no entender, como alguien puede entretenerse con "las miserias" de los demás. 
No escribo esto para excusarme por mi pecado, no pienso dejarlo hasta que me aburra. Escribo porque ayer sucedió algo en un realitie que me fascinó. Ayer, en GH vip, España hizo lo que mejor se le da; cambiar de opinión. 
Situación; archiconocida estrella mediatica, polémica, magnética, e indigente cultural, a la que hasta hace poco, la España que ve la tele, idolatraba, (sobre eso no tengo explicacion), pasa a ser odiada durante el trascurso del realitie, porque ¡oh milagro! la gente comprende al fin, que "ella es asi", pero asi de verdad...
 Tras semanas de abucheos y calentamiento global en las redes pidiendo su nominación, (en la casa había miedito a nominar a la líder mediatica), sale por fin a la palestra. Durante toda una semana encabeza la votación, y cuando el presentador anuncia que quedan treinta minutos para que den el resultado, los supporters de la chica le dan un giro al tema, ¡y acaba ganando a los puntos! Eso si, cuando vuelven a conectar con la casa tras el anuncio, vuelven a abuchearla.
En fin, que como conclusión antropológica tengo lo siguiente; En este país, no hay nada que guste más que encumbrar a un ídolo con pies de barro, para luego, destronarlo. Eso alimenta como nada la envidia, y el complejo de inferioridad de todo Español que se precie de serlo. Pero esa tendencia, alterna con otra también muy Española, la de la caridad mal entendida, que lleva a apiadarse del "débil", que por cierto, nunca jamás es el que realmente lo es, sino el lobo con piel de cordero. Dos lloros, un "no puedo mas con mi vida" y los Españoles te votan a su pesar.
Conclusión; Que dejen de hacer encuestas políticas, que el presidente agarre el micro del congreso y nos suelte tres lagrimones pidiendonos caiño, o que el lider de la oposición clásica se afee un poquito, que es demasiado Ken para generar empatía,  y Sauron y compañía, ¡nominados!














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