sábado, 2 de marzo de 2013

Sobre el aborto

La nueva reforma sobre la ley del aborto propuesta por Gallardón, ha generado ya, una gran polémica. Como siempre, ya ha comenzado la maquinaria progre a tacharlo de fascista, franquista, misogino y todos esos adjetivos que tienen siempre preparados en la recamara, como viejos humoristas sin chistes nuevos. A mi, el aborto, siempre me ha parecido un tema que invita a una profunda meditación basada en la ética y la moral. Es decir, no me parece que deba estar asociado a la religión o carencia de ella, ni tampoco al concepto de derecho de la mujer. No creo que sea un tema para arrojarse en el Congreso como estandarte de la moderación y el recato o de la modernidad y el avance. No es un tema politico, debería ser un tema humano, ¿que hay mas humano que la vida?


Me resulta curioso que una sociedad, la nuestra, que tiene un sistema educativo, basado en que el tonto apruebe (vease caso reciente de Andalucía), porque eso es "social y progresista", no considere que el tonto tiene derecho a la vida. Es curioso como, la natural selecciòn de la especie que debiera darse en el sistema educativo, es considerada poco igualitaria, fascista y clasista y sin embargo, se considera muy igualitaria una seleccion de otro tipo. Creo que ese es el problema de nuestra sociedad, que se pierde en las palabras y olvida conceptos. Todo tiene la profundida de un charco y se relativiza algo tan enorme como la vida, recubriendolo de palabras de uno u otro signo.
 Los Espartanos, tiraban a los niños malformados desde lo alto de la roca Tarpeya. Hitler decidió crear al superhombre y eliminar a los Judios, en Srebenica se masacro a mas de 400 bosnios... todos estos son ejemplos de que el Estado, siempre ha pensado que tiene derecho a decidir sobre algo tan sagrado como la vida. El aborto no debería ser una Ley, sino una decisión, no un derecho, sino una opción. Yo no quiero que el estado decida sobre la vida, ni sobre la muerte, me aterra que alguien pueda decidir sobre algo tan grave. Creo que debe existir el aborto y que deben existir clinicas para hacerlo, pero también, que debe existir una cultura menos banal acerca de lo que supone el mismo.
El debate sobre el aborto, debería ser un debate sobre valores, no sobre libertades, no un debate sobre la muerte, sino sobre la vida.
Mi embarazo no fue sencillo. Hubo momentos en que pense que nunca iba a ver la cara de mi hija. Momentos aterradores en que temí,que aquella vida que palpitaba dentro de mi, iba a desaguarse con la misma facilidad que lo haría el agua de un fregadero. Me sentí indefensa, todos los médicos me hablaban como si yo no fuera parte de aquello. En el cuarto mes me hicieron la prueba de cribado, esa en la que te dicen si el niño va a ser down o tener malformaciones. Yo confieso que siempre pensé, pese a mis profundas conviciones provida, que no quería traer a este mundo a un niño con sindrome de down, pero tambien se, que desde que sentí por primera vez el aleteo de la vida dentro de mi, me agarré a ella con tanta fueza que mucho malo tendrían que haberme dicho, para que no hubiera querido tenerla. Yo no voy a hablar de derecho del nasciturus frente a derechos de la madre, yo voy a hablar de tomarse la vida en serio. De tomar precauciones, de educar en una sexualidad responsable, de no dar la opción del aborto entre los metodos anticonceptivos, de entender que quitarse un hijo no es quitarse un grano, de no confundir la vida con la religion ni con la progresía, de darle la importancia que tiene al milagro que representa. Me da igual si se piensa que es un milagro divino o humano, la vida es algo tan grande que no debieramos reducirlo a una ley o a un concepto. Creemos un mundo de personas con valores y etica porque una persona asi, decidirá abortar o no, pero cuando lo haga, lo hará desprovista de frivolidad y con la gravedad y responsabilidad que el hecho requiere. 




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