jueves, 28 de marzo de 2013

El combate

Hay epitafios que están escritos desde la cuna, historias sin final feliz porque no se puede ayudar a quien no se ayuda a si mismo. La vida es un combate de boxeo, el más grande, o luchas o mueres. No hay lugar para la auto compasión, ni para el lamento. Desde que sales del túnel y te calas la capucha, tienes que ser muy consciente del nombre que llevas bordado en la espalda. Ese nombre eres tu, pero también los que están detrás de ti, nunca caminas solo. Aprende a analizarte, tus fortalezas y tus debilidades," la hierba parece más verde en el prado del vecino", pero es la misma que en el tuyo, ¡cuidala!, quita las malas hierbas. Mira al frente, no escuches las voces del publico, están ahí y lo sabes, pero que no te importe si gritan ¡viva! o ¡Fuera!, es tu combate, sabes donde vas y eso no lo van a cambiar los que ahora  gritan pero mañana escupen.Te subes al ring y te sientas en tu esquina, consciente, con la adrenalina recorriendo todo tu cuerpo, con miedo, pero con arrojo. Te pones el protector y sales.
A veces te equivocas, no lees bien el combate o el contrario es mejor, piensas que estás sólo y la desesperanza te puede, pero aprietas los dientes y no te rindes. Luchas, encajas y aguantas, caes y besas la lona, oyes como empiezan a contar y querrías quedarte donde estas y dejar de sufrir, pero sabes que no puedes,  y te levantas. En ocasiones te sientas en tu rincón y la sangre te cae por la cara  y se mezcla con la sal del sudor, te arden las heridas, sientes punzadas de dolor en toda partes y saboreas el sabor metálico de la derrota en la boca. Pero te lo tragas,   dejas que te limpien  y te cosan, dejas que te ayuden, porque en el rincón esta tu gente,  alzas la vista al cielo y te pones de nuevo el protector y vuelves a la lucha, aunque te duela, siempre hay otro round para los que pelean. Pero no te bajas del ring, no tiras la toalla. A veces el otro es muy grande y lucha bien, pero entonces confías en tu entrenamiento. En los años que llevas levantandote y poniéndote el chandal, con ganas o sin ellas, saliendo ahí fuera con la lluvia, con el sol, con el viento pero siempre corriendo, sin dejar de volar, siempre adelante, golpeando el saco aunque tengas los nudillos morados. Y sabes que no corres solo, ahí están los tuyos, los que están y los que se fueron y tu Fé. Te caes mientras corres y te avergüenzas, pero te levantas y sigues. Aunque hay voces que te dicen que castigues al otro en el abdomen porque ahí tuvo una lesión, no cedes, porque tu no eres así. Tu eres un campeón y la grandeza no se demuestra ganando, sino aguantando y venciendo, cuando llegue el momento, con nobleza y dignidad. No hay mayor pobreza que la de espíritu y lo sabes. Que se rebajen los otros a la miseria de la zancadilla, caramelitos para el demonio que se relame con sus bajezas, pero no, ¡tu no!. Un día llega el combate bueno. Aquel en que lees los golpes, aguantas el castigo y encajas, derecha izquierda, ves que no se cubre bien el mentón cuando te lanza el croche, que pierde la concentración cuando tiene que encadenar golpes y te sientas en el rincón, mientras bebes, lo miras y sabes que piensa que ha ganado, y levantas el labio en un mueca irónica mientras golpeas los guantes y saltas de nuevo.  Dejas que te agarre y te lleve contra las cuerdas, te proteges y entonces es tu turno, encadenas una serie de jabs, le castigas el abdomen, bailas, te mueves y lo agotas, sobre todo porque te daba por muerto, no resiste, ves como inclina los ojos y recuerdas a tu entrenador y lanzas tu mejor golpe un croche mortal que le tira en la lona. No se levanta. Y esta vez, es tu mano la que levantan, y el publico te ovaciona, pero sabes que te bajaras, que mañana sera otro día y volverás a entrenar, a ponerte la capucha, a correr y no importara el frío. La vida, es el combate más duro, vence quien  lucha, pierde el que abandona.
Ayer, alguien al que conozco, entregó la toalla, dejó de creer en si mismo y  en quienes estábamos en su rincón. Su epitafio estaba escrito desde el momento en que dejo de luchar.

Edward Everett Halle escribió; " I am only one, but I am one. I cannot do everything, but I can do something. What I can do, I should do, and with the help of God, I will do". "Yo soy solo uno, pero soy uno. No puedo hacer todo, pero puedo hacer algo. Lo que puedo hacer debo hacerlo y con la ayuda de Dios, lo haré".


1 comentario:

  1. Ánimo.Al final vencerás.No sabemos cuanta heridas tendrás cuando llegué,por fin,el momento de la victoria.pero lo que sí es seguro es que llegará y con ella La Paz.

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