viernes, 15 de abril de 2016

Continua la reorganización...

 
    El 27 de julio de 1933, el gobierno de España al rebufo de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, reconoce a la URSS como país. La estrella de Azaña comienza a apagarse y los lectores de: "El Sol", "La voz", y "Luz". Observan como se pasa del exaltado panegírico a los más furibundos ataques. Siendo especialmente hirientes los correspondientes a los días 21 y 23 de julio del citado año. Como todo en la vida tiene una explicación, y la casualidad no existe, (menos en política), esta vez también había una clave oculta. Los accionistas de dichos periódicos habían cambiado, y a mediados del verano del 33 se hacía claro que el "Azañismo" ya no vendía.
 
      Como cuando la fortuna te ignora lo hace con enorme empeño, la caída de Azaña se precipitó con motivo de las elecciones para vocales del Tribunal de Garantías, donde el azañismo es derrotado ampliamente. Lerroux (ver la "monarquía Alfonsina agoniza"), forma gobierno sin los socialistas y, lógicamente, es rechazado por las Cortes. Se forma entonces un gobierno de transición por parte de Martínez Barrio, ( ver "la derecha se reorganiza" ), que convoca elecciones generales de forma inmediata.

       Como la rueda de la fortuna es redonda y gira, por pura física, cuando alguien baja otro tiene que subir. Así mientras la estrella de Azaña se apagaba, la de Gil Robles, (ver "Proyecto de constitución"), comenzaba a brillar con fuerza, y todo hacia presagiar un triunfo arrollador por parte de la derecha.
 
     Nos encontramos en el 19 de octubre de 1933, se celebra en Madrid un acto de enorme trascendencia, que sin embargo, pasa prácticamente desapercibido. En el teatro de la Comedia, (ironías del destino), se celebra el mitin fundacional de la Falange.
 
      En plena campaña electoral, y como golpe de efecto, se produce la fuga de la cárcel de Alcalá y junto a sus guardianes, de D. Juan March Ordinas (*1), que llega tranquilamente a Gibraltar. Recordemos que en las Cortes se había aseverado: "O la Republica acaba con Juan March, o Juan March acaba con la Republica".

      Se producen las elecciones, y dejo que sea D. Joaquín Arrarás, (ver "La parte positiva de la Republica III), quien cuente lo que ocurrió:

      “La votación fue copiosa y tranquila, pues la relación de los desórdenes ocurridos no fue muy extensa. Triunfaron las derechas. ABC hablaba de clamoroso triunfo de la coalición antirrevolucionaria, y el Debate, de triunfo arrollador. El socialismo había sido derrotado en sus feudos Bilbao, Andalucía y Extremadura. La Lliga Catalana pasaba de 35.000 votos en 1931 a 125.000 y ganaba en Cataluña 25 puestos, más dos de  los tradicionalistas y dos de los independientes, en tanto las izquierdas reunían 25. Triunfaban los hombres de la Dictadura: Calvo Sotelo, elegido en La Coruña y Orense, conde de Gadalorce, Yanguas Messia, Maeztu y el hijo del dictador, José Antonio. Y los monárquicos  Goicoechea, conde de Vallellano, Saiz Rodríguez, Pemán y Pradera. Gil Robles salía elegido por Salamanca y León, y Royo Villanova, por Valladolid y Huesca. March triunfaba en Baleares. En Bilbao los nacionalistas se adjudicaron las mayorías. Ningún candidato obtuvo en Madrid el 40 por ciento exigido por ley. Habría que repetir la elección en trece circunscripciones. Para la segunda vuelta empezaron los republicanos negociaciones con los socialistas, encaminadas a concertar alianzas con ánimo de afrontar la lucha unidos. En la CEDA, por el contrario, tenían la preocupación de la plétora. Gil Robles había obtenido un número de diputados que consideraba excesivo para la función que, a su entender, le correspondía en la mecánica política de España. Se decidió ayudar a los republicanos más idóneos.
       En la segunda vuelta (3 de diciembre), volvieron a triunfar derechas y centristas, salvo en Madrid, donde los socialistas consiguieron trece puestos y las derechas cuatro, pese a que la diferencia de votos no fue grande: 177.331 los marxistas y 171.757 los contrarios. Los socialistas se sintieron reanimados por el triunfo en la capital, pero en su periódico declaraban que en la lucha electoral había naufragado la República burguesa, las cifras totales de la elección fueron éstas: derechas y centro, 5.190.881 sufragios, y socialistas e izquierdas, 2.820.189. El nuevo Parlamento quedaba compuesto así: CEDA, 115; tradicionalistas, 20; agrarios, 36; Renovación Española, 15; nacionalistas vascos, 12; nacionalista español, 1; independientes, 18; radicales, 102; Lliga Catalana, 26; republicanos conservadores, 18; liberales demócratas, 9; progresistas, 3; socialistas, 60; Esquerra, 18; ORGA, 6; Acción Republicana,5; radicales socialistas independientes, 3; radicales socialistas, 1; federales, 1; Unión Socialista Catalana, 3”.

       
 De los anteriores resultados ignoro, si el “color negro” con el que se definió la reacción es apropiado, puede que fuese más idóneo tildarlo de “ceguera”. A mi modesto entender, las dos interpretaciones son totalmente validas, cuando se habla de bienio negro al hablar de este periodo de nuestra historia. Esta fragmentación del arco parlamentario a “toro pasado” parece ser que no nos enseñó nada.
 
  Alcalá  Zamora, ( ver "llega la segunda Republica"),  ante la situación creada fue aún más inquisitivo, que en el periodo precedente de Azaña. Su animadversión por Gil Robles era publica y notoria. En la época se decía que "le consumían los celos" y se explicaba su sentimiento asociándolo a la perdida de un sueño: el de ser el aglutinador de los católicos bajo el paraguas Republicano. Quizás sea verdad, o quizás como hombre inteligente, sentía una enorme desconfianza ante la figura de Gil Robles, que siendo miembro de la oligarquía dominante, decía estar con la Republica. Sea como fuere, su relación resultó inviable, y unida al ambiente político muy demagógico que se desató,  hizo finalmente imposible el acceso de Gil Robles al poder.
 
   El primer gobierno que se forma tras estas nuevas elecciones con Lerroux como presidente, nos muestra como estaba España, ya que esta compuesto en su practica totalidad por radicales, con la salvedad de : un liberal demócrata (*2); D. Ramón Álvarez – Valdés Castañón (*3); un agrario (*4) y D. José María Cid Ruiz – Zorrilla (*5).
 
   Llegamos al mes de Enero de 1934 y  Martínez Barrio, pasa al Ministerio de la Gobernación, y D. Diego Hidalgo Durán (*6) al de la guerra. Martínez Barrio comienza a dar muestras de clara desconfianza hacia los radicales, y una manifiesta simpatía por la derecha. Esto lleva a una nueva crisis gubernamental en marzo de 1934. Entran en el gobierno: D. Salvador de Madariaga, (ver "Aprobación de la Constitución y giro a la izquierda") para Instrucción, lo que sería enseñanza; D. Manuel Marraco Ramón, Hacienda (*7) y D. Rafael Salazar Alonso (*8), a Gobernación (Interior actual, solamente que disponiendo de muchas más Direcciones Generales).

  Las escaramuzas parlamentarias se suceden, en un clima de tensión que tristemente, no habla de presente, sino de pasado. Los argumentos parlamentarios giran en torno al pasado, y cuanto más lejos, más encono producen, (y no, no hablo de marzo del 2016 sino de 1934).  El gobierno se arrastra hasta llegar a una nueva crisis a mediados de abril, en esta ocasión Madariaga es reasignado a Justicia.

   La Ley de Amnistía y la intervención presidencial no son aceptadas por Lerroux, que dimite como Presidente. Le sucede entonces el "gris" radical Valenciano D. Ricardo Samper Ibáñez (*9).
Gobierno que es, al decir de la época, la encarnación de la "mediocridad". 

   Recurro de nuevo a la inestimable ayuda de Ramos Oliveira para que nos ilustre sobre la situación:    “El Partido Agrario destacó a un furibundo Sr. Cid, que se complació desde el primer momento en hacer imposible la vida al personal de Comunicaciones. Decía que en Comunicaciones había soviets. Cid era un monárquico con su descomunal testa repleta de ideas tiránicas, y con mejores cualidades para obispo de la despótica jerarquía española que para gobernante.
       El conde de Romanones indicó a Lerroux que Salazar Alonso haría buen papel en Gobernación, y esta insignificante persona pasó a regir el ministerio de la Policía. Pero Salazar Alonso, típico radical, se esforzaba por crearse en poco tiempo una reputación de antimarxista, y su nombramiento, sobre recibir el consenso de la oligarquía, presagiaba que se declararía la guerra al proletariado en términos desconocidos incluso desconocidos en el periodo electoral.
      En una inconfundible Corte de los Milagros, como era Madrid  bajo Alcalá Zamora y el lerrouxismo, no podía faltar el gobierno del señor Marroco, ministro de Hacienda o curandero del Tesoro, la quinta esencia de la tozudez y la ineptitud.
     Para el Ministerio de Trabajo eligió Samper a un poeta catalán Estadella. Estadella solía contestar en alejandrinos a las reclamaciones que le dirigían los diputados amigos o conocidos.
    El 12 de septiembre, tras un fuerte discurso de Gil Robles en Covadonga (Asturias), cuna de la Reconquista, se planteó la crisis, resuelta el 3 de octubre con tres ministros de la C.E.D.A. y dos agrarios con el nuevo gobierno Lerroux.
    El ministro más destacado, sin duda, era el de Agricultura, Jiménez Fernández, el reformista de la C.E.D.A.”
    

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(*1) Juan March Ordinas Personaje cuya biografía ralla lo mitológico.( Santa Margarita 04.10.1880 – Madrid 10.03.1962). Fue uno de los más importantes contrabandistas del Mediterráneo en el pasado siglo XX, empresario, naviero, banquero y uno de los financieros con los que contaron los militares sublevados en 1936. Se escribió tanto de su vida y “milagros” que se hace difícil discernir donde empieza el personaje y donde su leyenda negra.

(*2) El partido liberal demócrata es  formado por D. Melquiades Álvarez en sustitución de su original partido reformista.

(*3) D. Ramón Álvarez – Valdés Castañón  (Pola de Siero, 11.03.1866 – Madrid, 23.08.1936). Estudio Derecho Civil y Canónico en Oviedo, doctorándose posteriormente  por la Universidad Central de Madrid. Funcionario de Carrera al servicio de estado. Militante político del partido Reformista. Ministro de Justicia, 16.12.1933 – 17.04.1934. Vilmente asesinado tras una de las múltiples  “sacas” de la Cárcel Modelo de Madrid.

(*4) Partido Agrario Español, de ideología derechista, formado en su gran mayoría por la clase política Alfonsina, teóricamente se fundó en Madrid 11.01.1934, aunque venía de antiguo. Sus diputados se vieron obligados a prometer fidelidad a la II República, llegando algunos de ellos a renunciar a sus actas , dado su monarquismo convicto y confeso.

(*5) D. José María Cid Ruiz – Zorrilla (Villamariel 22.04.1882 – Zamora 19.10.1956) Licenciado en Derecho por Valladolid, Abogado del Estado, diputado en cortes del partido agrario y  Ministro de Comunicaciones, 16.12.1933 – 04.10.1934; Ministro de Obras Públicas, 04.10.1934 – 03.04.1935.

(*6) D. Diego Hidalgo Durán (Los Santos de Mainimona, 13.03.1886 – Madrid, 31.01.1961, Licenciado en derecho y notario, fue diputado por el partido Republicano Radical, a pesar de ser un católico convencido, participó activamente en la creación de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, fue ministro de la Guerra en un momento trágico, 23.01.1934 – 16.11.1934. Le tocó sofocar la conocida como Revolución del 34 en Asturias.

(*7) Manuel Marraco Ramón (Zaragoza, 15.06.1870 – Zaragoza, 29.09.1956), Licenciado en derecho por la universidad de Zaragoza, y doctor por la Madrid. Empresario agrícola y conservero, desempeño varios ministerios: Hacienda, 03.03.1934 – 03.04.1935; Industria y Comercia, 03.04.1935 – 06.05.1935; Obras Públicas, 06.05.1935 – 25.09.1935.

(*8) D. Rafael Salazar Alonso  (Madrid, 26.12.1895 – Madrid, 23.09.1936). Vilmente asesinado en base a un simulacro de juicio por un tribunal especial. D. Indalecio Prieto, así lo reconoció incluso por escrito. Licenciado en Derecho. Miembro destacado del partido Republicano Radical de Lerroux. Como otros demócratas auténticos, participó en la fundación de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética. Fue  Alcalde de Madrid, 19.10.1934 – 25.10.1935, cargo del que dimitió en pleno escándalo  del “Straperlo”. Ministro de la Gobernación, 03.03.1934 – 04.10.1934.

(*9) D. Ricardo Samper Ibáñez, (Valencia, 25.08.1881 – Ginebra, 37.10.1938 a causa de una complicación de tuberculosis). Abogado y político Radical, tras la dimisión de Lerroux, por la negativa del Presidente de la Republica a firmar el Decreto de Amnistía a los golpistas de la “sanjurjada”. Fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros (28.04.1934 – 04.10.1934), cargo del que se ve obligado a dimitir al perder la confianza de Gil Robles. Anteriormente desempeñó el cargo de Ministro de Trabajo y Previsión Social (12.09.1933 – 08.10.1933). En el año 2008 su nieta D. Elena Enguix presentó una publicación donde justifica o al menos trata de justificar su total grisácea actuación política desde sus inicios hasta el final de su vida pública.

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El texto y la investigación que subyace pertenece a Audrey y yo. Si vas a usarlo, cita la fuente



































 









4 comentarios:

  1. Excelente relato e inmejorables transcripciones. El juicio se hace en primera instancia, nosotros meros observadores.

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    1. Muchas gracias, creo que la imparcialidad es importante en casi todo, pero mucho más cuando se habla de historia.

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  2. Independientemente que sus relatos históricos son de fuente primigenia (estoy seguro son los diarios de su bisabuelo). La forma y el orden en el que los desarrolla, su total asepsia, las llaves aclaratorias de los personajes intervinientes. Hacen posiblemente de éste su trabajo, una de las mejores historias contemporáneas publicadas.
    Le doy las gracias a Ud. por deleitarme con sus escritos y estilo, a su Sr. tío, por darme las estelas que me condujeron a esa fuente de la que con tanta fruición a través suyo estoy bebiendo.
    Quedo a la espera de su próxima publicación.

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  3. Quiero agradecerle su elogio porque en España, no somos muy dados a ofrecerlo de un modo tan generoso.
    No creo en el negro y el blanco, menos en la historia, creo que hay demasiadas gamas de gris como para ignorarlas. Me gusta presentar los hechos y que sea el lector el juez que los juzgue. Yo tengo mi propia opinión, pero si la doy, privo a los demás del disfrute de llegar a tener una propia.
    Mil gracias de nuevo por leerme, por su interés y sus pesquisas, y por hacérmelo saber.

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