lunes, 7 de enero de 2019

Trotando...

  Mientras voy corriendo pienso en lo mucho que cambiaría todo, si ganase ese premio literario al que me he presentado. Como es casi imposible no me detengo mucho en eso, y  me apercibo de que hay muchas familias nuevas de patos nadando en el río, siempre me pregunto si no tienen frío, y luego me digo ¿como percibirán el frío ellos?
Al rato me acuerdo de mi amiga N. y me digo que su vida, discurre tan placida como ella había soñado, mientras la mía, es demasiado tranquila para alguien como yo. Pienso en perder el tiempo, y me recuerdo que no es mio para perderlo: simplemente pasa ¿Quiero ocuparlo para no darme tanta cuenta de como caen los granos de arena? quizás si. 


   Al rato se me viene a la mente Al Capone. Hace un par de días veía un documental sobre él. Era en Francés y acabé durmiéndome. No porque no me gustara mucho, sino porque el francés de documental ejerce en mi ese efecto. Me pasaba cuando me leía a mi misma "El Africano" de Le Clezio. Su hermosa prosa mejoraba enormemente mi horrenda pronunciación. Luego pienso en que entiendo peor el lenguaje en las películas que los documentales, y al final me digo: ¿que quieres? si no has dedicado una hora a estudiarlo. No es tan así, pero casi. De Capone me impresionó cuando dijeron que lo que más apreciaban de él, era lo fiable que era cuando le hacían un encargo... Habida cuenta del tipo de encargo que le hacían me maravillé, pero luego, pensándolo bien lo entiendo. Un profesional es un profesional, y él, lo era del crimen. América es un lugar donde las personas validas y profesionales son valoradas, vemos que en todas las ramas.

   Me pasa una gorda vestida con un apretado pantalón y me la encuentro semi infartada veinte metros después. El mundo está perdiendo la cabeza con esto del running. Yo hace mucho que solo corro de cuando en cuando. Mis rodillas me lo agradecen, aunque para mi cabeza es lo mejor y por eso lo mantengo. Me hace pensar cosas que de otro modo no pienso. Aunque la mayoría sean tonterías y divagaciones sin mucho sentido.

  Mi cabeza gira entonces hacia la teleología, más concretamente hacía la critica que Hume hizo a esta idea en "Diálogos sobre religión". Curioso que cuanto más lo leo, más creo en Dios. El que alguien se estruje los sesos tratando de probarme que algo no existe, y de racionalizarlo al extremo, me hace creer más. En realidad esa búsqueda ansiosa de "la no existencia" surge de un deseo enorme de estar equivocado. Es como cuando uno se repite todas las razones por las que no va a tener una enfermedad grave. En el fondo, no es más que un vano intento de racionalizar el miedo, y el de Hume y otros, un vano intento por racionalizar su deseo de que el creador exista. 

  Me arrepiento de haber desayunado roscón de Reyes. No por las calorías, no me sobran, sino porque noto un peso a medio digerir que me impide avanzar. Metafórico en mi caso. 

  Veo las luces en las calles y me da pena lo rápido que ha pasado todo. Aunque en realidad mi vida parece el modo caos de SimCity y las Navidades, no iban a ser una excepción. 

   Pienso en ¿como serán las veladas de la revista Furman en Nashville? Hace un tiempo leí en su web que si vivías allí podías asistir ¿Serán todos intelectuales gafa-pasta? ¿Habrán leído a Hume, o solo harán chistes sobre Trump? Sonrío al pensarlo y luego imagino que debe ser divertido vivir en Nashville. Entre la música, los músicos, las bandas y demás, imagino que no se aburren. Claro que siendo honestos yo no es que soporte mucho la música Country pasados diez minutos, pero para un rato calculo que esta bien. Puedo imaginarme con las botas y el sombrero comiéndome una burguer con patatas en cestita. Vuelvo a lo de la revista y conociéndome, si viviera allí no me atrevería a ir. 

  Cruzo un semáforo y corro por la calle que me llevará a casa. No doy más de mi. De hecho mi portal está en cuesta y sudo para alcanzarlo. Correr nunca ha sido lo mío, pero me inspiró mucho Rocky hace muchos años. No tanto la película, sino saber que Sylvester Stallone había sudado su triunfo tanto como el boxeador. Me inspiro en eso cada vez que pienso en desmoralizarme, o cuando miro los playeros como si mordieran. También a veces cuando extiendo el tapete de yoga, o los días que voy al gimnasio. Este año me he tomado muy en serio lo de llegar en buena forma al verano. Otra contradicción, porque no voy mucho a la playa, pero este año si voy, luciré.

   Han empezado las rebajas y se nota. Todo llega y todo pasa. 


   

    

  
   

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