Hace un tiempo empecé a estudiar Hebreo. Siempre me han encantado los idiomas y se me dan con cierta facilidad si consigo sumergirme en ellos. Mi habilidad no se basa en el estudio, me cuesta mucho memorizar listas de palabras porque me aburro, sino en escucharlas y oírlas mucho a mi alrededor. Pronto descubrí que no era un idioma sencillo. No solo el tema del alfabeto, sino otras cosas que lo alejaban mucho de mi idioma materno y sus sonidos. Pronto descubrí que mi habilidad natural para los idiomas no bastaba, y que mi cabeza olvidaba hoy lo aprendido ayer. Durante un tiempo lo dejé y hace dos años lo retomé con fuerza. Encontré mucho soporte gratuito en internet y fui avanzando poco a poco. Me ayuda una serie que veo de una familia ortodoxa, de la que entiendo poco, pero que comprendo mucho. Se parecen mucho a la mía, y sus conflictos son tan cercanos que no me cuesta empatizar. Son los "Shtisel". Cuando limpio en casa canto canciones, entre ellas la de la pelicula Frozen y así aprendo el vocabulario, de ese modo, mientras mis vecinos se figuran que estoy loca yo entremezclo el "ojos verdes" con el "suéltalo" en Hebreo y me quedo tan ancha. Los días de la semana los aprendí con otra canción y así, poco a poco, avanzo.
sábado, 29 de septiembre de 2018
viernes, 14 de septiembre de 2018
El dinero, el lobo y otros.
No me cae bien Leonardo Di Caprio. Es un "statement" curioso, habida cuenta de que en realidad no le conozco ni es algo que vaya a suceder, pero no por ello menos real. Le considero un gran actor, uno de los mejores. Pero cada vez que le veo paseando con: cara de triste, vestido como un turista Alemán y al lado de una nueva chica de ese catalogo interminable que posee, me ataca la ira. No puedo evitar acordarme de la Parábola de los Talentos, y me irrita su cara de seta perpetua. Y ya cuando se mete con lo de la ecología me sube la bilis, ¡que se le va a hacer!
El otro día decidí ver una película suya "El lobo de Wall Street". En su día no quise ir al cine porque leí que era una de sus mejores actuaciones, y tras eso y saber de lo que iba, supuse que seguramente habría bordado su papel y opté por no sufrir. Pero esta semana me ha dado por el masoquismo y decidí darle al play.
La vuelta al cole (Audrey)
¡Pues ya me ha pasado la primera semana de cole! El domingo pasado estaba yo tan nerviosa y preocupada, y hoy ya se acabó una semana entera. Me ha gustado mucho volver porque me encanta mi profe que es buenísimo, aunque a veces se enfada y riñe un poco. A mi no, que soy buenísima. Me he reencontrado con todos mis amigos y eso me ha gustado mucho. También estrenar mochila y volver a llevar mi uniforme que me gusta un montón.
Un día por la tarde, mamá quedó con otras mamás y fuimos a andar en bicicleta ¡Me lo pase genial! Además también tuve un cumpleaños, y la semana que viene tengo otro, así que estoy bastante entretenida y no me puedo quejar.
Este año me toca empezar al catecismo. Al principio no me hacia gracia, porque era como ir al cole otro día, pero mamá me dijo que me iba a gustar y la creo. Voy a ir los domingos después de misa en lugar de al coro. Me ha dado pena, pero he tenido que borrarme porque me coincidía el día. No se si me echaran mucho en falta porque tengo la voz bastante mala. Papa y mamá dicen que la tengo especial, pero cuando alguien te dice lo de especial, siempre es algo malo. Tengo un compañero especial y en realidad es bobo perdido.
Hace muchísimo sol, así que os dejo, me voy con mi abuelo a andar en bicicleta.
sábado, 8 de septiembre de 2018
Una de Aliens y colonizaciones
Como ya os comenté hace poco el verano es malo para la televisión. Sin embargo la escasez lleva a la depuración y yo me he visto las tres temporadas de una serie, y lo más importante, he pensado mucho sobre ella.
Os pongo en antecedentes: llegan unos extraterrestres y colonizan la tierra ¿Cual es el giro a la típica resistencia humana tantas veces vista? Que aquí los extraterrestres negocian con una cúpula de humanos elegidos por ellos y al final, los que le hacen la vida imposible a los humanos no son los alíen, sino sus congéneres. Esa escogida cúpula vende a sus congéneres a cambio de tranquilidad, poder y dinero. En realidad son imbéciles, porque cuando te vendes a algo más grande que tu eres prescindible, y cuando lo eres, la tranquilidad dura lo que el otro quiere que dure. No se puede jugar al poker de farol eternamente: o cuentas, o piensas, o tienes suerte.
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