viernes, 20 de enero de 2017

The land of the free

     Y llegó el día. Hoy por fin se celebra la toma de posesión de Donald Trump, el que se convertirá en el 45 presidente de los EE.UU. Para muchos un día temido, para mi un día esperado. Hace meses publiqué en este blog los motivos por los cuales, yo pensaba que iba a salir elegido el señor Trump, quizás nunca expliqué los que me llevaban a pensar que podía convertirse en un gran presidente y hoy voy a hacerlo para quien me quiera acompañar. Absténgase los miembros de la clá de Obama.

     Hace un tiempo, y perdonarme que no recuerde la fecha ni el evento, Obama celebraba una cena a la que asistían entre otros el matrimonio Trump. Aquí en España nos pasaron en el telediario unas imágenes del evento que me entristecieron y abochornaron a partes iguales. El Presidente de EE.UU, anfitrión del acto además, trataba de humillar en publico a uno de sus invitados, el señor Trump. Me pareció de una bajeza infinita. Creo que cuando uno accede a un puesto como es la presidencia de un país, debe mantener a raya sus filias y fobias y comportarse con la dignidad que el cargo requiere. Para mi sorpresa, hubo muchos que le aplaudieron las gracias. Me pareció imperdonable porque Obama era el presidente, y el anfitrión. Uno no invita a su casa a alguien para humillarle en publico. Es de primero de educación primaria. Me sentí mal por el matrimonio Trump, no porque me caigan ni bien ni mal, no los conozco, sino porque siempre me posiciono de parte del acosado, y en este caso lo fueron. En aquel momento pensé: Si yo fuera tan rica como él, me presentaba a Presidente para fastidiar a este engreído. Fue una idea fugaz, y cuando anunció su candidatura, comprendí que hay personas que pueden cumplir lo que para otros solo son sueños.
Quizás por esa coincidencia, por ese momento en que yo, que he sufrido muchas envidias y acosos empaticé con él, he seguido con sumo interés su evolución y su victoria.
 
      Como estudiosa de la política mundial tengo la peor de las opiniones de la gestión de Obama, sobre todo de su dilapidación del espíritu americano: The land of the free, the home of the brave. Así termina el himno.
 
       En la tierra de la libertad tenían por Presidente a un casi dictador. La prueba de ello es que se niega a aceptar con deportividad su derrota, y cual sheriff de película mala del Oeste, parece decidido a seguir importunándonos a todos con frases tipo: "te estaré vigilando". Da la sensación de que no nos vamos a librar de él, y de que cada cosa que haga Trump, va a llevar debajo en subtítulos la opinión de su predecesor. Eso no se había visto jamás en aquel país, pero claro,  su pandilla de palmeros tiene copados los medios de comunicación, y día si, día también, hacen chistes soeces sobre el futuro presidente. Nunca antes había yo vivido una bajeza similar, pero sobre todo, una degradación tal de lo más importante para mi: la libertad. Al parecer ahora la libertad de voto, la de pensamiento y la de palabra dependen de si llevas la camiseta Obama, o la Trump.
 
        En cuanto a su esposa, la diva del huertecito, su hipocresía me resulta casi vomitiva. Por cierto, me encantaría saber quien ha pagado su cuantioso, enorme, ingente vestuario. Lo digo porque creo recordar que era abogada, y dicho por ellos "en su primer piso pasaban frío porque no podían pagar la calefacción" Entre eso y los créditos universitarios, ¿Cuándo se hizo millonaria? Lo digo porque todos esos cientos de modelitos de marca y diseño Europeo no son baratos y creo recordar que ellos son muy solidarios y "sociales".
 
        En cuanto a su principal obra, el famoso huerto de la Casa Blanca, me parece un insulto para aquellos que no pueden alimentarse bien. En la rica  NY existen lo que se conoce como: "desiertos alimentarios". Estos aparecen en zonas deprimidas donde los ciudadanos carecen de recursos. Sería largo analizar las causas socio demográficas, desde luego la del huerto no debió hacerlo. Para ese tipo de personas, adquirir productos vegetales es imposible. Para empezar las bodegas donde compran, (como aquí un ultramarinos), no los sirven y para continuar alimentarse bien es muy caro. Comprar a diario productos frescos es algo que muy pocos se pueden permitir. En cambio por pocos dólares, pueden comer en uno de esos templos del colesterol que si crecen como setas en sus barrios: Macdo, el del pollo, pizza...
La relativización de poner un huerto y decir: "¡ala! a comer bien" es ofensiva. Comer bien es una cultura. Va más allá de un tomate, es un todo. Se trata de respeto a uno mismo, de conocer recetas, de contar con productos apropiados y de poder adquirirlos.
 En esa ciudad hay niños que con ocho años han visto un tomate por primera vez, y no ha sido gracias a la primera dama, sino a iniciativas vecinales. En resumen, que esta señora con su insultante soberbia, se ha pasado años agitando sus verduritas y diciendo a personas que no podían pagarlo, lo que tenían que comer. Eso si, de solucionar la raíz del problema nada de nada. Porque así eran ellos, demagogia en estado puro.
Solo con que la administración Trump ponga en marcha un proyecto de creación de huertos urbanos en los colegios públicos de NY, habrá hecho más en un día que la del huerto en ocho años.
 
          Hay un cocinero Español que se pasea por las televisiones lloriqueando por lo malo que es el Señor Trump que lo ha llevado a los tribunales. Mientras pone los ojitos como el gato de Shrek, se le olvida contar la verdad del asunto. Jurídicamente cuando uno firma un precontrato se debe atener a lo que pongan las clausulas de rescisión, en caso de querer revocarlo unilateralmente. Es decir, el cocinero se enfurruñó porque no le gustaron unas declaraciones que su futuro jefe había hecho sobre los Latinos. En lugar de cumplir su contrato, como es lo normal, decidió romperlo "porque tiene dignidad." Al parecer ahora es más digno incumplir tu palabra y comportarte como un niñato que afrontar las cosas como un hombre. Su empleador se limitó a pedir ser resarcido por tal incumplimiento ¿Qué tenía que haber hecho? ¿envainársela?
Y digo yo, no hubiera sido mucho más maduro y digno hablar con el Señor Trump y decirle: Ni todos los negros venden droga, ni todos los Irlandeses son borrachos, los clichés son una cosa muy vulgar. Entre los latinos hay de todo, como en botica: gente buena, gente mala. En fin, lo que viene siendo charlar como personas.
 
           Me gustaría que se publicasen los listados del numero de latinos y negros que encontraron un trabajo gracias a las políticas de empleo de la administración Obama, y el listado de a cuantos emplea el señor Trump en sus negocios. Porque de esto va la cosa: de palabras y no de hechos.
 
          El nuevo presidente es un hombre políticamente incorrecto y de marcada personalidad, pero hasta ahora, eso es todo. El anterior presidente se ha dedicado a hablar mucho, a hacer poco, y a destruir un montón. Por cierto, ahora toca las narices con Guantánamo. Le sugiero que entre allí, les de a todos un pasaporte americano y se los lleve con él a vivir, seguro que les encantará plantar lechugas en el huerto de su esposa.
 
          Este mundo se ha convertido en un lugar donde no se puede decir lo que uno opina si va en contra de la progresía instalada en los medios de comunicación. Ellos dominan el mundo "social". Ahora todos tenemos que ser pro matrimonios gay, aceptar que se adopten niños como si fueran caniches, estar en contra de esto, a favor de lo otro... Eso se llama dictadura. Hasta ahora la constitución de los EE.UU amparaba la libertad de expresión aunque lo que uno dijera no le gustase a nadie  ¿No incluye eso al señor Trump?
     
           ¿Cómo se califica ese mobbing que los artistas le están haciendo? ¿Quién se creen que son toda esa pandilla de divas culonas? Se ve que alguna se quedó con ganas de ser presidenta consorte...
 
             Le deseo lo mejor al nuevo Presidente, ¡ojala que sea el hombre que su hija ve!  Espero que no me decepcione, no por nada, pero me voy haciendo mayor y me gustaría seguir teniendo la capacidad de creer.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Me identifico con su forma de exponer y tratar la “ojeriza” que en ciertos ambientes, hasta antes de ayer “progresistas” hoy “desnortados”, despierta el Sr. Trump y su aplastante triunfo sobre “esos bien pensantes”, pero totalmente “mal actuantes” y peor “PERDEDORES” del “teto” o “teta” de papa – mama (también de mamar) Estado.
    Le sugiero reflexione sobre las raíces de la creación de la Universidad Católica de Fordham, en el Bronx Neoyorkino y la discriminación que llevó a su propia fundación en tan lejana fecha como 1840. Vea así mismo de que Alma Mater procede el denostado, envidiado y no perdonado como ganador de las elecciones Mr. Trump, a quien Dios ilumine y haga buenas todas las ruindades heredades de la era del Mohamed y de su socia la de los “huertitos”.
    En hora buena por su claridad de visión y exposición de conceptos.

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  2. Gracias, lo haré y expondré mi reflexión en un próximo post.
    Un saludo

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