Ayer vi el capitulo final de la séptima temporada de Homeland y hubo varios momentos donde la emoción me desbordó. Esta serie me toca el corazón por razones varias, pero quizás, la mas relevante es: lo difícil que es ser diferente.
La protagonista Carrie es: guapa, mujer, bipolar, muy inteligente e intuitiva. Solo con eso sin enfermedad alguna, lo hubiera pasado muy mal. Pero ella tiene además el handicap del diagnostico. Cuando algo va mal se lo escupen a la cara como insulto, cuando todo va bien, nadie la felicita. La usan para lo que les vale, y la tiran cuando deja de servir. Interesante la reflexión que plantea sobre lo mucho que se les pide a algunos que den, a cambio de nada.
Esta año la serie nos proponía una presidenta muy similar al actual presidente de USA, o eso creen los guionistas porque a mi no me lo recuerda salvo en tener las cosas claras, y un comunismo creciente en el mundo auspiciado por los de siempre, los que gritaban "Sabotage" en los 80. Un comunismo que explotaba con desinformación vía redes sociales, las propias debilidades de un país que olvida que lo que los une, es siempre más de lo que los separa. Aterrador si uno mira alrededor y lee entre lineas.
Me encanta el discurso que da la presidenta ficticia de la serie en el ultimo capitulo, me emociono su claridad de ideas y conceptos, pero fue tan real, que pone los pelos de punta.
Ella, al igual que a quien trata de emular en ficción, era una mujer férrea de convicciones inamovibles, y eso no va bien a los que se acostumbraron a mover los hilos desde atrás. Todos prefieren a alguien más: tolerante, comunicativo y en definitiva manejable. Tristemente, y eso queda claro en la serie, el mundo no está para figuritas de barro sonrientes y agradables, sino para alguien como el general Patton.
A mi me da la sensación de que ahora, todo hay que decirlo con una sonrisa, porque en cuanto alguien es recio, les entra gana de hacerse pis a todos. El mundo se ha vuelto, o lo han vuelto por intereses, muy infantil. Es más fácil manejar a los niños que a los adultos. Les compras algo, les das una piruleta ¡y a jugar!
Cuando uno educa a un niño sabe que mantener la disciplina es básico. Si uno permite que se cuestione todo, al final no se respeta nada. Cuando nada se respeta todo se derrumba.
Ocurre en España hace años. Se empezó a cuestionar el estado y su concepto y nacieron las autonomías. Luego se cuestionó la bandera y se permite que se pite el himno y se pisoteen sus colores.Se permitió el terrorismo más sangriento, y ahora tenemos que aplaudir porque ya no existe mientras pagamos los sueldos de los que antes empuñaban un arma. Se le dijo a todo el mundo que todos podían opinar, y ahora las normas se pisotean. Se permitió un golpe de estado, y se sigue permitiendo, pero nos cuentan que estamos locos porque no hay tal cosa. Se envía como representante de España a Eurovisión a dos nacionalistas que leen libros de odio al país que les paga los gastos. Se cuestiona la religión, porque creer en Dios es Franquista, y cada vez hay menos estructura familiar y más violencia domestica. Ahora hasta se permite que se cuestionen las sentencias judiciales, y una marea siempre del mismo color, se lanza a la calle a gritar enfurecida cada vez que una sentencia sirve para agrandar la brecha.
Todo eso genera: ruptura, tensión, enfado, rabia y odio. Agitar da votos. Contentar con paños calientes mantiene gobiernos, pero cuando uno agita mucho una botella con gas , a veces no le da tiempo a abrirla y le estalla en la cara.
Homeland siempre nos sitúa de frente a la más rabiosa actualidad geo política. A mi siempre me da tristeza la dura vida de los que nos defienden en silencio. Toda esa red de personas, no se si llamarlos espías, que cargan con el peso de toda una trastienda. Victorias que no pueden celebrar, y fracasos que pesan mucho. En esta serie se nos muestra como el "fair play" de los antiguos espías, se está terminando. Hasta eso se pierde y sin reglas solo queda el caos.
Me emociona ese final, tan "puente de los espías" de Spielberg. Esa mirada de Saul tan cansada como sabia que me entristece porque la reconozco, esa Carrie que siempre pierde aunque hace ganar al equipo. Me emociona esa Presidenta que me recuerda la frase: "Dios me libre de las aguas mansas, que de las bravas ya me libro yo" o como dirían en Italia que son más pragmáticos: Lo peor es una "gatta morta". Así es la vida. Los "suavones" y trepas se camuflan y "combayan", y los lideres que van de frente hacen buenas dianas para los demagogos. Hay hoy en día tantos ejemplos de esto, que mejor no darlos.
Es curioso que el cristianismo no esté de moda, cuando ahora todos te piden que pongas la otra mejilla. Yo personalmente soy más de tres colmillos por cada diente. Al menos sabes a que atenerte.
Mejor IMPOSIBLE
ResponderEliminarGracias. Un saludo.
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