Mi calle es una calle normal de una pequeña ciudad normal. No está situada en el peor sitio, tampoco en el mejor. Llegué a ella hace unos años, cuando nuestro piso anterior nos ahogaba con sus facturas eléctricas imposibles y su falta de espacio. Alguien tendrá que pagar algún día por la proliferación, en un país deficitario de electricidad, de: suelo radiante y vitroceramicas.
Cada vez que llega el frío del invierno me pregunto por el nuevo inquilino de aquel coqueto iglú. Yo llegue a pagar todo mi sueldo entre alquiler y electricidad muchos meses, y aún así, vivíamos congelados.
Ayer me paseaba por las calles adyacentes, y me fijé en que no quedaban casi negocios abiertos. Desde que nos mudamos los únicos que no han cerrado han sido los que pertenecen a grandes cadenas, y los bares ¡como no! Todos los demás han entrado en una suerte de ciclo fatal: Se alquilan, llega alguien ilusionado que pone un establecimiento agradable y pinton; a los seis meses, un nuevo cartel" liquidación por cierre". Y vuelta a empezar...
Me pregunto muchas veces: ¿por que calles caminará el presidente del gobierno? ese que machaconamente repite "lo bien que va la economía". Imagino que se refiere a la suya, y la de sus amigos. Por lo que yo veo, la de los demás es parecida a la mía.
Ayer decían en la radio que debido a la falta de flexibilidad del mercado laboral y sus costes de despido, para una persona que tenga más de cuarenta y lleve más de cinco fuera del mercado, es casi imposible reengancharse ¿Me lo dicen o me lo cuentan? ¿lo sabrá Mariano? Claro que él jamás ha experimentado lo que es el desempleo, ni él, ni ninguno de sus ministros.
Poco puedo añadir. Creo que todos observamos con asombro como los políticos viven al margen de los ciudadanos y sus problemas reales. Supongo que para los que se han acostumbrado al sueldo fijo y a la seguridad que aporta, los problemas de los desempleados y los autónomos les resultan muy lejanos. Es más, algunos no saben ni lo que son, ni lo sabrán.
A mi en Suiza me dieron tres meses para buscarme un trabajo o volver a España. A uno que dio un golpe de estado le han puesto un chalet en Bruselas. A la otra la han peinado y lavado y no la conoce ni su madre, y a otro lo han colocado ya en un organismo internacional. A los de Zapatero los tienen por todo el planeta impartiendo "sabiduría" y "asesorando" a unos y otros previo pago del importe.
Corren malos tiempos para la lírica, y para casi todo...Pero España va bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario