viernes, 22 de septiembre de 2017

Otoño again

Mientras limpiaba la casa pensaba que ya está aquí el otoño de nuevo. Lo noto por la luz que entra por la ventana: es más diáfana y brillante; también en el fresco que se ha instalado ya en las mañanas. El otoño me gusta mucho. Se puede ir a recoger castañas, llega Halloween y luego todo termina con la navidad que es mi época preferida del año.
Ayer una paciente de mi marido le regaló unas manzanas. Ese detalle me hizo muy feliz. Las asé con un poco de azúcar y las tomamos en la cena de postre. Hace poco leí que ser feliz con "pequeñas cosas" se llama "slow life". Lo pienso mientras friego el suelo. Desde luego todo a mi alrededor es bastante "slow" y solo el crecimiento de mi hija no lo es; por desgracia, sería lo único que desearía que lo fuese.
Me preocupa muchísimo la deriva que toma mi país. Siento que los políticos no son conscientes de lo que realmente ocurre, y de lo grave que es: me produce miedo e impotencia.
Escucho la radio mientras friego el baño. Al menos ellos (esradio) también están asustados: "mal de muchos, consuelo de tontos" que diría mi abuela e.p.d.
Me asomo y veo a todos los niños camino del cole con sus uniformes relucientes y recién estrenados. Me pregunto ¿Qué España heredaran? Hay veces en que me abruma pensar que soy la única que ve con lucidez que este país se balcaniza a pasos agigantados.
Detesto limpiar la casa. Me enfurece que siempre haya cosas por el medio: dibujos, juguetes, camisetas de mi marido...Pienso en esos momentos como un modo de hacer ejercicio. Hay que ver el lado bueno de las cosas. Al mismo tiempo medito sobre aquellos que ya no tienen casa que limpiar: Puerto Rico, México... tantas desgracias naturales en tan poco tiempo. Me sobrecoge el poder de la naturaleza y lo chiquitos que somos en comparación.
Curiosa la arrogancia de los hombres: tan enanos y con tanto complejo de superioridad.
Mi más sincero cariño para todos aquellos que, al otro lado del charco, han perdido tanto en tan poco tiempo. Solo puedo rezar por ellos y por sus familias, y eso hago. A veces parece tan poco.
Como siempre me impacta ver que unas noticias desplazan a otras. Si no fuera por el injustamente denostado Donald Trump, ya nadie hablaría de Venezuela. Gracias a Dios el no olvida lo que ocurre allí.
Esta semana he descubierto que el numero 9, que siempre he observado que preponderaba en mi vida, realmente lo hace. En hebreo la letra que lo representa rige la constelación de sagitario que es mi signo. Encuentro en ese detalle la mano de Dios y me emociona. Siempre me sobrecoge descubrir pequeñas pistas de su presencia en mi vida ¡Agradezco tanto tener Fe!
Cada otoño llega cargado de nuevas promesas, este año no promete mucho, pero agradezco lo que tengo. Otros muchos lo han perdido.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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