sábado, 26 de agosto de 2017

Una de libros

     Tengo un verano muy lector. Estoy releyendo por novena vez, (lo sé es una pasada), la serie de Harry Potter. Soy una súper fan de esos libros y una vez al año, más o menos, los revisito. He leído otra serie de libros de ciencia ficción que me ha gustado, pero que estaban faltos de la humanidad que impregna la serie de J. K. Rowling. He revisitado: "Moby Dick"; "Orgullo y prejuicio"; "Una habitación con vistas" y "Terrorismo, terremoto, barbarie y utopía". Leído el ultimo de la Nothomb. Terminado un par de libros de consulta sobre psicología y abandonado por imposible un tercero. Leo muy rápido y como veréis con amplio "scope" de intereses. Un único denominador: el libro tiene que estar escrito con una buena prosa, o enseñarme algo valido que merezca una infecta.
Una vez me hicieron un test y leía casi 500 palabras por minuto con plena comprensión. Es una bendición y una cruz. Los libros no me duran mucho y además, no lo puedo evitar, me gustan los libros de papel no electrónicos. Pese a todo la mayoría de lo que compro es en ebook -  mucho menos bonito, pero más económico en dinero y espacio -.     Cuando trabajaba compraba más libros. Me gustaba pasearme por la librería e ir de estantería en estantería buscando. Por internet se pierde esa magia de tocar el libro, olerlo, mirar las estanterías y ver de cuantos libros consta la serie... Hasta diría que los que leo en ebook me alimentan menos, como si el no poder pasar las paginas y poner mi marcador en ellas, me hiciera perder parte del proceso.
      Si se trata de un autor cuyo idioma puedo leer, (Ingles, italiano, francés o español), prefiero leerlos en VO. Pero a veces son mas caros sin traducir, y entonces me los compro traducidos. No me agrada, sobre todo ahora que hay mucho traductor catalán que no sabe bien el castellano. Es triste, pero al parecer es verdad que son otro país y no hablan nuestro idioma.
Es raro, pero los libros electrónicos tienen varios precios y aunque prefiero la versión original, a veces hay hasta dos euros de diferencia entre una y otra. Eso si, si es alguien cuya prosa es maravillosa como la del francés Le Clézio, hago el esfuerzo. Traducirlo tiene el mismo sentido que traducir a Hemingway: ninguno.
    Os decía en el post anterior que me había encantado la Biblioteca publica de NY. Me gustan muchísimo las bibliotecas, pero no suelo sacar libros en las de mi ciudad. No se si soy demasiado escrupulosa o tengo razones para ello. Vosotros juzgareis. La mayoría de los libros están hechos un asco y huelen mal. Me he llegado a encontrar migas y trozos de comida en más de uno. Por supuesto no falla la típica mancha de chocolate, (espero que sea eso), o de algo parecido al chorizo. Alguno aparece incluso subrayado ¿Puede alguien explicarme que sentido tiene subrayar un libro que no te pertenece? Y a más inri , muchos subrayan a bolígrafo y no a lápiz. El colmo fue uno que me encontré con una lista de la compra apuntada en el margen. Creo que los libros de la biblioteca te conducen a sentir deseos de unirte al CSI para investigar cada mancha, y no a la lectura.
Cuando era pequeña ya tenía el mismo problema lector: la "librofagia". Un día mi madre me apunto a la biblioteca para no arruinarse, lo recuerdo porque me dijo que me iba a encantar la experiencia, y no fue así. Ya entonces prefería que los libros me pertenecieran, aun así debo decir, que los niños eran menos cochinos que sus mayores.
    Al menos estoy contenta de haber podido leer este verano. Ha habido muchos momentos en mi vida en que era incapaz de centrarme en la lectura.
     De los libros he aprendido mucho. Me gustan muchísimo las biografías. La ultima que he leído ha sido una de Houdini el mago. Siempre aprendo de los errores ajenos, y sobre todo, me enseñan a conocerme un poco más a mi misma. De Churchill o Napoleón que son de mis personajes históricos preferidos he leído varias y debo decir que me vinieron muy bien.
      Me fascina que mi hija no muestre ningún interés por la lectura. Es como si sintiera que la dejo huérfana si no hereda ese amor por los libros que yo siento. En el fondo quizás sea mejor que viva y salga de casa, a que sea un ratón de biblioteca como yo.
       No tengo un autor preferido aunque si tengo muchos cuya prosa admiro. Hoy en día me molesta lo mal que se escribe. Los libros son como "Blockbustes": todo ruido y palomitas. No hay contenido real y con leerlos una vez, tienes más que suficiente. En cambio uno puede releer; "Moby Dick"; "Robinson Crusoe"; "Orgullo y prejuicio"; "Hyperion"... y tantos otros sin cansarse nunca.
     Cuando algo esta bien escrito cada vez que uno lo lee aparecen nuevos matices. Cosas que no estaban allí antes, y se revelan de pronto. Uno llega a pensar que autores como Julio Verne, Platón, Marco Aurelio, y tantos otros, eran magos en lugar de escritores, porque hay tantas capas en cada hoja, tantos matices que no se captan en la primera lectura.
 
        Como si esto se tratara de un programa sobre libros, os dejo con un poema de uno de mis autores preferidos: Robert Frost. Poema que acompaña bien este momento que vivo, en el que siento que mi hija crece muy rápido, y ni puedo, ni lo debo detener.
 
Nothing Gold Can stay
 
 Nature’s first green is gold,
 Her hardest hue to hold.
 Her early leaf’s a flower;
 But only so an hour.
 Then leaf subsides to leaf.
 So Eden sank to grief,
 So dawn goes down to day.
 Nothing gold can stay.
   
 
 Nada dorado puede permanecer
 
De la naturaleza el primer verde es oro,
su matiz más difícil de asir;
su más temprana hoja es flor,
pero por una hora tan sólo.
Luego la hoja en hoja queda.
Así se abate el Edén de tristeza,
así se sume en el día el amanecer.
Nada dorado puede permanecer.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario