47 universos

Me sorprendo a mi misma sintiendo una cierta desolación por la muerte de Carme Chacón. Imagino que el dolor nace de que, al igual que yo, era mujer y madre, pero luego recuerdo que poco o más compartíamos. Recuerdo su tono siempre pausado, que me enervaba, y ahora pienso que era el que su dolencia le marcaba, pero eso no hace que me guste más. Sus ideas no eran las mías, y su discurrir tampoco, sin embargo, su ausencia me ha impresionado. Esta bien que sea así. Soy religiosa  y cada ser humano que se va es alguien que deja un vacío. El hecho de que su partida haya causado tanto revuelo, indica que algo debió hacer bien en vida. Desde aquí mi más sentido pésame a todos los que la querían.

Pero este ahondar en mi misma, este descubrirme de nuevo cuando me acompaño hace ya más de cuatro décadas, me lleva a pensar que hay todo un universo dentro de un alma, y que cada una es única. Me lleva a pensar que si yo fuera la cabeza de esa multinacional de la divulgación nihilista en que se ha convertido Roma, yo hubiera salido el día de Ramos al balcón y me hubiera rasgado las vestiduras de dolor. Cuarenta y siete almas, cuarenta y siete universos que se han ido. Personas que estaban celebrando el día de Ramos, y que de haber estado en su casa viendo la tele estarían vivas ¿No merece su ausencia un grito desgarrado? ¿No merecen nuestros hermanos que se mantienen agarrados a una cruz donde llevarla te mata todo nuestro respeto?

Por esos cuarenta y siete , y por todos los que han muerto en el nombre de Dios, desde aquí, mi grito de dolor. Yo si se he que se han ido y yo, como en el caso de la Señora Chacón, si siento el vacío que dejan.

 

Ubi solitudinem faciunt, pacem apellant