La semana pasada vi unos fuegos artificiales por primera vez. Nunca había ido porque era pequeña y yo me acuesto pronto, además el ruido no es lo mio, pero este año me hacia ilusión y fuimos a verlos. Me gustaron mucho, aunque me puso un poco nerviosa ver a tanta gente en la calle a medianoche. Era como si fuera de día, pero de noche... tengo que pensarlo porque me descolocó saber que mientras duermo, hay gente por ahí de paseo.
Terminé mi cursillo de animales y me lo pase genial. Me gustan mucho y aprendí un montón de cosas. Además me dieron un diploma de amiga de los animales del que estoy muy orgullosa, casi tanto como de los trofeos de correr.
Tengo muchisisimas ganas de tener un gato, o un perro, pero mis padres no quieren. Dicen que en un piso no se tienen, que hay que tener una casa. Mamá ya tuvo perro en un piso y dice que hay que bajarlos muchas veces a la calle y que: "un día tiene gracia, pero luego es pesado". En fin, que me tendré que aguantar.
Esta semana he ido a jugar con unos niños a un centro de juego. Voy un par de veces a la semana y me divierto mucho. Hicimos galletas, pulseras, jugamos a cosas. Además estoy mejorando con la bicicleta mucho con mi abuelo. Damos un paseo y tomamos un helado sentados al sol. Lo pasamos estupendamente.
No lo quiero pensar, pero mamá ya me compró el kit de cepillo de dientes para el colegio. Se lo vi en un cajón. Es muy divertido, de un tiburón y un pez, pero eso significa que el colegio se me acerca y no tengo ninguna gana de que se acabe el verano.
Os dejo que me voy a jugar un rato.
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