miércoles, 22 de agosto de 2018

El CSI y los cambios

  "CSI, Las Vegas" fue una serie, que allá por el año 2002 aproximadamente me impresionó. Estaba yo en torno a los ventipocos y no hacia tanto que había estado en los USA, sin embargo, era todo tan moderno que te quitaba el aliento. 
   A mi siempre me ha encantado el genero policiaco, tanto en literatura como en televisión. Desde la maravillosa Agatha Christie pasando por otros tantos que he leído y disfrutado. Todos me ofrecen algo: la equidad. Me hacen pensar que pese a todo, el mal tiene un castigo y no sale gratis.
   

    Hace unas semanas buscaba aburrida algo que ver en la tele. Si el invierno es duro, el verano es la sequía total. Al parecer ningún Español, aparte de mi ve la televisión, y todos se van de vacaciones, toman el sol y están ocupadísimos. Así las cosas los contenidos pasan de malos a paupérrimos. Sin embargo encontré una joya. Las primeras temporadas de CSI y me dediqué a revisionarlas con ahínco.


     Es curioso pero los clásicos no envejecen. Grisson sigue tan fascinante como siempre, Nick tan guapo y "reliable" con ese acento Texano  tan bonito y Catherine con ese tipazo que para mi quisiera.
Pero lo que verdaderamente me impresionó fue ver los casos de nuevo y fascinarme con la sociedad Americana que hace veinte años, estaba ya a años luz de nosotros. No voy a entrar a analizar si en cosas buenas o malas, pero es tan increíble la distancia social. Uno se queda anonadado con: el hombre que quería ser un bebé, y con las tiendas (existen), que venden muebles y stuff de bebés para adultos; los que se visten de peluches para relacionarse; los que practicaban sado maso en un club, y que existiera un club dedicado a eso únicamente; con los chicos jóvenes y la vida tan independiente de sus padres, (tan solitaria y mal dirigida en algunos casos); con la prostitución juvenil; con que casi todas las muertas fueran guapísimas y tuvieran implantes mamarios. Reto a cualquiera a mirar una escena de la serie y encontrar una sola mujer con un cuerpo normal. No me vale el capitulo de la convención de gordos y gordas. La serie muestra extremos porque se supone que las aberraciones y los extremos son los que te llevan a la camilla del forense, pero entre uno y otro visionas la vida normal. Fascinantes los aparatos, los escaners, ordenadores y tecnología que tenían ya hace veinte años, y supongo que no era la mejor al tratarse de servidores de la ley y no de una empresa privada. Yo todavía no he tenido un escaner ni una impresora similares salvo en algún trabajo quizás.

    Mi interés por la química es notorio, y por la ciencia en general, así que la serie fue para mi un continuo suplemento de ideas y pensamientos. Hubo muchas cosas en las que profundicé después de oírlas en ella, y otras que con los años busqué cuando la red de redes nos permitió aprender de un modo cómodo y barato, (seguramente no muy riguroso pero lo bastante para una lega como yo).

    Ahora que la revisito me pregunto ¿Como será ahora la vida en USA? ¿Seguirán a años luz de nosotros? Los vicios aquí existen, pero allí los sofistican todo y sobre todo, algo que adoro de ellos, lo convierten en un negocio. Hace muchísimo que no voy, y cuando estuve en mi luna de miel no cuenta porque era una turista y cuando pulsas la vida es cuando vives en un lugar.
De los USA siempre me ha fascinado su nivel de perfeccionismo en el trabajo, la alta cualificación de aquel que quiere triunfar, y la enorme diversidad de su población. También, ¿por que no? el hecho de que, de todo, hagan un negocio. Es cansino y fascinante a partes iguales.

  No voy a negar que la serie me asustaba en muchos momentos. La mitad de las cosas me impresionaba ¿Como la gente puede llegar a ser tan rara? ¿por que necesitan cosas tan extrañas para ser felices? Pero en el fondo el antropologo que llevo dentro lo miraba con enorme fascinación, y sobre todo aprendí muchas cosas, sobre todo, que tipo de persona no quería ser nunca cuando fuera mayor, y que hay que tener mucho cuidado con los mohos de las casas de segunda mano... y con las paredes de pladur en las que aparecen moscas...

    Para que luego digan que con la tele no se aprende nada.

     














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