Mientras España amenaza con convertirse en la dictadura Venezolana que sus habitantes merecen, yo me evado pensando en mis cosas. Sobre la frase que antecede apuntar que no es pesimismo, solo realismo informado y objetivo.
Siempre he sido una enamorada de la moda. Soy la prueba de que para serlo, no hace falta poder comprarse lo que uno admira. Es como un cuadro. No tengo ningún Basquiat pero tengo pegados los que me gustan en mi libreta de "cosas chulas". Con la ropa me ocurre igual. Todos los años en el cambio de estación me cojo el Telva y me recorto lo que me gusta. Este año vamos mal. Las tendencias no son lo mio. Todo muy visto y requetellevado. Prefiero no plantearme que ya soy muy mayor y lo he visto todo. Me consuelo cuando veo que hasta Olivia Palermo parece perdida este año con unos peluches horrendos de colores al cuello ¿En serio pretenden que me ponga un poncho a lo Espagueti Western? Solo me motiva saber que "las sneackers son los nuevos tacones" por ahí vamos bien. Yo llevo toda la vida poniéndome playeros con casi todo, así que me encanta que me den la razón.