domingo, 11 de mayo de 2014

Eurofan

Mientras planchaba el mandilón de mi hija pensaba en Eurovisión. Siempre he sido una eurofan, solo recuerdo dos ocasiones en que no siguiera el festival, y fueron por causa mayor. Siempre me ha encantado el concurso porque creo que representa lo mejor de nosotros, es decir, la exaltación del talento, del espectáculo, el disfrutar con nuestras diferencias, con nuestros sonidos. Yo soy de esas que obligaría a que todos los países cantaran en su idioma original, pero bueno, puedo aguantarme. Durante algunos años, los del boom económico Europeo, como si fuéramos nuevos ricos, olvidamos nuestras tradiciones. Entonces ver Eurovision o que te gustase, se convirtió en una suerte de factor para ser objeto de burla. Pero ahora, de repente, Europa recupera la sensatez. ¿la prueba?, el hecho de que el año pasado ganara un país de los, digamos, de siempre. Ya estábamos acostumbrados a que en los últimos años, el triunfo pasara de país emergente en país emergente, vamos que yo ya esperaba que nos expropiaran el festival y empezara a celebrarse en Dubai.
Ayer mis canciones favoritas eran la Austriaca, la Holandesa, la Sueca y la Francesa, por divertida y festivalera. Salvo en esta ultima, coincidí bastante con el resto de Europa. Una novedad, porque en los últimos años, nuestros gustos divergían. Creo que ellos han vuelto al redil del que yo nunca salí. También me gustó mucho la actuación de la representante Española, aunque su canción no me daba más. Creo que su puesto es muy digno, teniendo en cuenta, que ni nuestros vecinos nos votan, y que es dueña de una voz bella y potente, y lo demostró. Espero que con ella se hayan terminado los años de las rebajas y las cutrerias....

Ayer triunfó Conchita Wurst y con ella llego la polémica. Yo no voy a entrar. Su canción era mi favorita, su puesta en escena, modelo diva retro misteriosa me gustaba y su voz es maravillosa. Me recordaba a cualquier titulo de crédito de una buena peli de James Bond. ¿lo de la barba?, a mi que más me da.Siempre he pensado que las personas subliman el dolor como pueden, y quizás, la manera de hacerlo de un joven gay, austriaco, de un pueblo pequeño, fuera ponerse su barba por bandera y cantarle al mundo vestido de femme fatale. Durante un pequeño instante, pensé en otro Austriaco pequeño y moreno, con un detalle capilar también muy famoso y me divirtió soñar con que despertara solo para ver ganar a Conchita. Lo mismo debieron pensar los Judíos, porque Israel, le dió doce puntos, numero que habitualmente reservaban para Malta y que dejaron de darnos a nosotros, hartos de nuestra indiferencia festivalera (quizás también de la otra).
El triunfo de Wurst, es también una guantada sin manos, a todos esos que quieren cortarnos la libertad encubriendo su censura en nombre de la decencia. Esos que proclaman que en Rusia no hay homosexuales... en fin. Que por lo visto la moralidad tiene que ver con el sexo y no con la falta de respeto o el escandalo.
Me encantaron los pitidos constantes a Rusia, y que el publico aullara ante la cutre actuación de las gemelas fofas y dentonas que los representaban. Me complace saber, que intentar pasarnos a todos con la madre Rusia por el alma, no sale gratis. Con estos me pasa como con los Chinos, todos son superfelices allí, pero se pasan la vida aquí...
Como amante del arte y una buena perfomance, creo que evolucionaremos cuando dejemos de preocuparnos sobre con quien se acuesta un artista o se deja de acostar. Pero también creo, que seria fantástico que al igual que yo no voy proclamando mi heterosexualidad, los demás, dejaran de escupirme a mi su homosexualidad.
En fin, que un año más pasa Eurovision y me alegra que lo haga a lo grande, con polémica, con enjundia, como el gran espectáculo que siempre ha sido. Igual el año que viene, cumplo dos sueños y visito Viena mientras acudo al Festival como publico. Si un hombre vestido de mujer y con barba ha ganado Eurovision, ¿porque no voy yo a soñar?










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