Ayer tuve la suerte de asistir a la Eucaristía en el Monasterio de las Pelayas en Oviedo. Ha sido una experiencia maravillosa. Con el enorme respeto que tengo hacia la fé o la falta de ella de los demás, que es el mismo que exijo para mi, me atrevería a recomendar que hasta los no católicos o poco practicantes acudieran a un servicio religioso allí. Los horarios están en la puerta del monasterio y en su web http://www.monasteriosanpelayo.com
La paz y la serenidad que inundan el servicio resultan una píldora contra el estres y la agitación. Uno se siente trasportado ya a otra época cuando sube las escaleras de piedra del monasterio y esa sensación se prolonga cuando escucha la belleza del coro formado por las Pelayas. Solo un pero, desear que el espíritu santo ilumine a muchas más y la fé prenda en otros corazones, para que ese coro no se quede nunca mudo por falta de voces.
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