Mi amiga Mariajo, me compra todos los meses desde hace más de quince años la revista Cinemanía. De hecho cuando vivía fuera me la enviaba por correo. Soy una gran amante del cine, aunque últimamente me da pereza, porque como casi todo, esta muy politizado y muy sexualizado. No saben que ya está todo inventado y que no hay nada que puedan hacer que no hayan hecho ya los Franceses o Italianos hace mucho. Así las cosas me limito a mirar las pelis que ponen y no ponen, (porque en mi ciudad la mitad no llegan), y a ver como el cine también pierde clase y se llena de mediocridad.
domingo, 28 de octubre de 2018
viernes, 19 de octubre de 2018
El que calla otorga
Hoy me he despertado justo a tiempo de escuchar algo en la radio que me removió. Hablaban de alguien que para mi es una inspiración en la distancia, alguien a quien he leído y del que he aprendido mucho. Lo hacían en unos términos tan despectivos y poco ajustados a la realidad que me dolió profundamente. Quizás porque me recordó muchas otras injusticias que yo misma, o personas cercanas a mi han sufrido.
Dicen que el que calla otorga, otros que el que calla es que no quiere discutir con imbéciles, y otros que el silencio es la más bella respuesta, pero yo creo que a veces uno tiene que hablar para ocupar su espacio y que los envidiosos no te lo quiten. Así de choni y callejero como suena, pero el mundo no esta repleto de seguidores de Platón, sino de siervos de Envidia o Némesis.
Mi semana (Audrey)
Esta semana estoy entre nerviosa y contenta porque llega Halloween. Me encanta esa fiesta. Damos siempre una merienda en casa y ponemos chucherias y dulces. Encima no tengo colegio en cuatro días. Pienso disfrazarme y pintarme la cara. Este año quiero pintarmela yo sola, sin ayuda de mamá. Faltan solo trece días. Los voy contando porque estoy nerviosa. El lunes me va a comprar la abuela en el Lidl un pijama de esqueleto ¡Tengo unas ganas! Además tienen unas camisetas que brillan en la oscuridad y quiero una de calabaza. Entre eso, y que se me mueve un diente estoy feliz. Desde que nos mudamos de casa no se me había caído ningún diente, y mamá me había colocado una puerta pequeñita en la habitación para el Ratón Pérez. Ahí estaba la puerta sin uso ninguno, y ahora por fin va a tener su ocasión. Me ha dicho mamá que no me toque el diente, pero sin que se entere lo muevo porque quiero que se me caiga rápido.
En el cole estoy bien. Ayer escribí un cuento muy chulo para la clase. Me llevó mucho rato hacerlo y estoy muy orgullosa, espero que mi profesor me lo valore.
Hoy tengo baile, he cambiado de academia pero estoy muy contenta, aunque hecho de menos a mi otra profesora. Dice papá que en la vida hay que acostumbrarse a los cambios, pero a mi no me gustan demasiado.
Tengo ganas de que llegue el finde para ir a natación y a jugar al baloncesto. Me compraron un balón y jugamos los tres juntos. Yo creo que soy la mejor pero no se lo digáis a papá y mamá.
viernes, 5 de octubre de 2018
El hombre varado (yo)
Ayer tuve un día de mierda. Uno de esos donde las garras de la envidia se te clavan y arrancan un pedacito más. Otro clavo para el ataúd que diría un amigo. Sin embargo hoy la vida me regalo un momento de paz hermoso: en una capilla, con una vela, con niños de miradas limpias y junto a Dios. Y quizás por eso, porque hoy he tenido ese premio y el email de alguien que me dice que le he ayudado mucho, me ha impactado más la historia de Hassan: el hombre varado.
Un Sirio de 37 años atrapado en el aeropuerto de Kuala Lumpur hace cuatro meses. Sin visado y sin pasaporte. Sin tierra. Irónicamente rodeado de millones de personas que si van a alguna parte.
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