Ospa 23 Mayo

El concierto de ayer noche, comenzaba con una obra desconocida para mi y dado que se estrenaba en España, creo que para muchos. En resumen, podía seguir siendo desconocida y no hubiera pasado nada. Era Leyendas: Un paseo andino de Gabriela Lena Frank, una joven mujer con origenes Judios y Peruanos que marcan el sonido de su obra. A veces me pregunto, si los musicos modernos hacen algo y cuando suena bien dicen "¡Dios, tengo que cambiarlo que suena  melódico!", porque esa era la sensación que uno tenía escuchandola,  en cuanto algo sonaba bien, te metía tres rasgazos y cuatro acordes contrapuntisticos que te dejaban muerto. Bella Bartok ha hecho mucho daño, porque solo él puede ser él. Hubo momentos, sobre todo en el cuarto y sexto movimiento, que incluso me recordaron a Gershwin, no es extraño dado el origen de la autora, pero sonaban, sino copiados, conocidos y poco originales. En fin, que no me gustó nada, quizas en unos años haya encontrado su propio estilo y sea una buena autora, pero por ahora, era un corta pega malo y atono. Lo unico reseñable es el hecho de que consiguiera que toda la seccion de cuerda de la Orquesta, sonara como un grupo Andino, dada la diferencia de instrumentos y el hecho de que no había sección de viento. Por cierto, a la violonchelista con la enorme contractura de cuello le recomiendo el Centro de Fisioterapia de Patrick Cantero, http://www.patrickc.es el mejor fisio en mi modesta opinión de usuaria habitual.

El programa continuó con un bello Concierto para trompa de Richard Strauss a cargo de un magnífico solista, Stefan Dohr, que demostró su maestría y dominio de su instrumento, no sólo durante el concierto, sino en el solo que ofreció después, donde arrancó de la trompa sonidos que parecían susurros. La orquesta estupenda ya en su completo y estupenda la sección de viento.
El programa acabó con una Sinfonia de Mozart Nº36. La orquesta brilló bajo la dirección de un siempre correcto David Lockington, pero a mi no me dió mas. Quizás influyera, que durante todo el concierto, tuve que soportar a una señora jugando con la cadenita de su bolso y haciendo tal ruido, que bien pensé que el Director iba a girarse para dirigirla como a un instrumento más. Desde luego en " El paseo Andino" no se hubiera notado. Volviendo a  Mozart, esta es una de esas obras que da la sensacion de haber hecho, como dicen los maestros, esforzándose poco. Es buenísima, pero le falta el toque de belleza y genialidad de mi adorada 29 o del famosisimo Molto Allegro de la 40. Asi y todo es Mozart y es bello. Por cierto, si yo estuviera hoy en Oviedo, asistiría a la Conferenia de Nerea Barrena en el Auditorio Principe Felipe sobre las Sinfonías Vienesas de Mozart. Es a las siete por si quereis ir a disfrutarlo.