martes, 22 de enero de 2013

Amstrong

Mi abuelo José adoraba el ciclismo. De hecho, se bajó de la bici para morir. En mi cabeza,  nos recuerdo a menudo, mirando ciclismo en la tele. Quizás por eso, siempre he sentido una especial debilidad por ese deporte. He vibrado de emoción con el "¡Venga Perico, tu puedes!" y también cuando el Pirata Pantani, metía la cuarta y subía como una moto. Recuerdo el final del pirata en Rimini. Lloré su muerte. Para mi, era y es, un grande del deporte que no merecía acabar como acabó. No apoyo el dopping, ni las trampas, pero no me engaño,creo que a los deportistas de elite les exigimos metas inalcanzables. Se impone una reflexión general, no señalar con el dedo, no decir ¡que vergüenza! o ¡que decepción!. Ninguno de nosotros, dopados o no, podríamos correr, mucho menos ganar, siete tours de Francia. Tampoco creo que se pueda correr, mas de doscientos km al día, con solo un plato de pasta.  Amstrong, se subió a una bicicleta tras superar un cancer, creó una fundación para ayudar a otros y nos dijo a todos "be strong" y aunque a mi particularmente, siempre me ha parecido algo odioso y prepotente, creo que merece un respeto. Ahora, le eliminaran de la historia del Tour, como si no hubiera existido, al igual que hacían los Egipcios, borrando de sus templos y pirámides, el nombre de aquellos que condenaban al olvido. Pero Amstrong existe y hay muchos como él en todos lo ámbitos del deporte.
Decidamos de una vez, si queremos ver gestas como las suyas, o volver a cosas mas humanas. ¡Pero dejemos la hipocresia!.

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