viernes, 29 de mayo de 2020

Radio nocturna y reflexiones

  Toda la vida he conciliado mal el sueño. Hace años que di con la melatonina, y eso, unido a unos hábitos que de regulares son monacales, hacen que consiga dormir. Ahora se que puedo culpar a la glándula pineal, y a una escasez de materia prima - serotonina- que la lleva a no funcionar muy allá. Vamós, que mi epitalamo esta entre mal y defectuoso.

  Toda esta confesión viene porque para dormirme escucho la radio. Si la cosa va mal, termino en el horario de la radio deportiva. Llevo años durmiendo escuchando fútbol, y lo cierto, es que no me interesa nada. Quizás por eso, y porque la charla suele ser distendida, me duermo. Como algo me interese, mi cerebro se reconecta y estamos perdidos. Conozco nombres y alineaciones de equipos que no ubico, jugadores que no me interesan, y llevo un año con las discusiones del VAR. Confieso que con estas ultimas me río mucho. No puedo concebir que haya adultos que discutan apasionadamente por algo tan nimio. Pero al final la vida es eso supongo, preocuparse de sandeces hasta que una cosa importante te da un tortazo y dices aquello de: "Cuanto tiempo he perdido sin pararme a oler el café". El efecto coronavirus que ahora parece tener todo el mundo, y que va a durar dos días. "La cabra tira al monte" dijo ayer en una entrevista, un sin pretenderlo profético, Sandro Rosell. Por primera vez coincido con él en algo.


  Sandro Rosell, ex presidente del FC Barcelona. 643 días de prisión preventiva, sin fianza y finalmente absuelto de unos cargos, que como poco, se antojan difusos. Lo cierto es que a mi este señor, no podría caerme peor, pero desde que se ha convertido en una especie de Dreyfus Español, (perdón, Catalán), me interesa un poco más. Su entrevista me gustó por dos cosas: la honestidad emocional, y  por lo incoherente. Me hace gracia, (es un decir), que alguien con estudios superiores e inteligente, diga una cosa y su contraria sin despeinarse, aunque admito que está de moda. Por un lado te cuenta que un "tarado" en la cárcel, le insulto llamándole "Catalán de mierda", y por el otro te dice que es "independentista de corazón". Sandro, te voy a decir algo, son la misma cosa. Ambas conductas son reflejo de una gran estrechez de miras, y un gran racismo. El independentismo es una forma de xenofobia. Es una forma de creer que los demás son menos que tu: más tontos, más feos, menos capaces. Lo que ocurre es que Sandro tiene aspecto de bibliotecario, y como no lo dice gritando, ni añade "de mierda" parece que "independentista de corazón" y desear la independencia de tu país, es menos sectario y corto de miras que lo del otro. Ya lo dice el dicho: "Dios me libre de las aguas mansas, que de las bravas ya me libro yo".

   Tristes procesos de alterizacion que llevaron a muchas personas a las cámaras de gas. PERSONAS.

   Sobre la presunta conspiración que le llevó a la cárcel no puedo aportar nada . Me inquieta pensar que tras caminar diez kilómetros todos los días por un patio, solo haya podido llegar a la conclusión de que la culpa la tienen: "la envidia", o el "fichaje de Neymar". Si él no sabe lo que le ha ocurrido, yo menos. Aunque se me antoja que Brasil no le trae suerte.

 Dos años sin fianza, y absolución creo que explican una parte, y encogen un poco cierta zona del cuerpo. Siempre me ha aterrado pensar que, de la noche a la mañana, puedas verte en una de esas situaciones inconcebibles. Una de esas donde todos tus derechos quedan conculcados, donde nadie te escucha, y donde la verdad no importa. Melodía conocida ¿verdad? Empieza a sonar esa canción.

  Las libertades cuesta mucho conquistarlas, me viene a la cabeza el cuadro de Delacroix " La Libertad guiando al pueblo", y tres segunditos perderlas. Ahora Sandro lo sabe, y muchos lo descubrirán cuando terminen de desperezarse.

   Gracias al Señor Rosell me entero de que en la cárcel sigue habiendo Trinitarios, y que creer en Dios sigue valiendo para algo. Al menos continua habiendo personas que hacen cosas buenas en su nombre. Eso me reconcilia un poco con la vida. 

    Como curiosa de la mente humana, me interesa mucho su discurso. Creo que ha hecho un viaje interior que le ha venido bien, un día quizás descubra que en un mundo globalizado, ser indepe es una gilipichez. Los trabajadores de Nissan en Barcelona, creo que empiezan a comprenderlo. Como digo es incoherente en el discurso, y no se si miente, o se cree sus fabulas, o si es ingenuo, o la ingenua soy yo, o es el perfecto ejemplo de la teoría de la disonancia cognitiva de Festinger. Sea como sea, dice que ahora va a "vivir mejor", va a disfrutar de las pequeñas cosas. Así se lo deseo, no por nada, sino porque si todos hicieran eso, el mundo sería un lugar mejor para todos. 

   PD: Neymar ilustra perfectamente el por qué detesto el fútbol. 

     

    
















    

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