sábado, 4 de abril de 2020

Tocan silencio y en la trinchera lloramos

   Mientras en mi cabeza resuena el sonido del toque de silencio (Taps) , advierto la similitud entre la historia que cuentan sobre su creación y nuestra situación actual: mucha desinformación y poca claridad.En el caso del toque de silencio le aporta romanticismo y sentido, en el nuestro le añade mucha amargura a la situación.

   Como en una suerte de estrés post traumatico, voy pasando por diversos estados, pero generalmente oscilo entre dos: ira e impotencia. 

   Mal vamos cuando el profeta es Sabina con su canción: "¿Quien me ha robado el mes de abril?"


   Me maravillo ante la opinión publica, que se deja contar por los Chinos que "ellos erradicaron el virus porque son más disciplinados". Es aberrante. Generan una pandemia mundial de la que aun no se conoce el resultado final, engañan sobre todos los datos, nos venden las mascarillas y encima nos insultan. Lo gordo es que a todo el mundo le parece estupendo. Ahora mientras nuestras economías caen, ellos se dedican a lo suyo, a seguir creciendo. Como siempre, todo es culpa de Donald Trump, el capitalismo y el PP.

   Lo peor de esta trinchera no es el hecho en si, sino el miedo que uno siente al salir de casa. Bajas a la tienda con miedo, pasas miedo por la familia, te preocupas al bajar la basura, lees las cifras de tus compatriotas caídos en la soledad de su zanja y lloras. 

   Muchos de nuestros mayores nacieron en una guerra, y van a morir en una peste. Muchos lo harán solos, sin recibir el consuelo de sus familiares y amigos, y sin poder decir esas palabras finales que tan necesarias son para muchos. 

   El comunismo nos ha quitado otra imagen más: la de la familia unida en torno a la cama del anciano que parte en paz.

    Nos han robado tantas cosas que uno ya ni las cuenta, pero se clavan como puñales.

    "Allo presidente" se explaya durante horas para no decir nada, mientras se salta la cuarentena. "Lo que sea necesario". Los sanitarios se infectan el doble que en otros países, llevamos tres semanas confinados y las cifras no mejoran, las curvas tienen picos de pronto, los matemáticos calculan y proyectan hacia la nada, el paro sube, pero el pan hay que pagarlo y el alquiler, y la luz...

     Dicen los Chinos que tienen una vacuna, la tendrían ya antes de infectarnos a todos ¿Quien se fía? O quizás es que ya hace mucho que tenían el virus por allí, y han tenido tiempo de sobra. No es difícil volverse paranoico conociendo el percal. Yo no me la pienso poner. Mi cuerpo rechaza cualquier cosa que venga de allí. De hecho no pienso, en la medida de lo posible, volver a comprar nada que llevo escrito "Made in China". Esperaré a que los Americanos o los Israelíes desarrollen una. Dice el gobierno que: "España podría desarrollar una vacuna". El demonio está en los detalles. La misma conjugación verbal lo dice: "Podría". Igual que yo "podría" conocer a Leonardo Di Caprio o mi hija a "Henry Danger" como desea. Por poder...

    Los vecinos se denuncian entre ellos, la policía insta a que se haga. Yo propongo que nos pongan un brazalete rojo con un circulito o algo en él, así podrán vernos más rápido si estamos en la calle. Entiendo las medidas, pero también veo la realidad, y estoy viviendo en un estado policial donde mi libertad individual ha sido conculcada. No solo eso, desde el gobierno, se jactan de que la empresa privada puede dejar de serlo, y nadie dice nada, "porque ahora no toca". Hay que tener "lealtad política" Me parto con la expresión. Lealtad hay que tenerla con los que te pagan el sueldo, con las personas que caen en el barro pisado por mil pies, por los que tiritan en un pasillo abarrotado de hospital sentados en una silla, por los que cantan y aplauden en los balcones tratando de dar sentido a todo esto. 

   Creíamos que lo teníamos todo controlado, que la tercera iba a ir de tiros y misiles, de religión, de Dioses en conflicto, pero va de economía y va de lo de siempre.

  Tanto recordar con documentales la historia del Nazismo, y ahora, por pasear al perro cinco minutos más de la cuenta te ponen una multa o te denuncia un vecino.

  No veo que nadie plantee lo insano que es estar encerrados en un piso meses, hasta los presos tienen derecho a patio y a sol. Estamos todos en el trullo, pero peor. En la tele sonríen mucho y nos ponen vídeos de hacer ejercicio en casa, el colegio nos brea a deberes absurdos, porque no dan clase y no avanzan materia, pero habrá niños que no tengan ventanas, ni comida, o que vivan con sus maltratadores ¿Quien les protege ahora? 

  Muchos de los que han muerto vivieron una dictadura, buena o mala, pero una dictadura. Trabajaron mucho para sacar a sus familias adelante, cuando trabajar duro era otra cosa. Siempre recuerdo a mis abuelos que trabajaban de sol a sol. Lucharon por un país con libertad y donde las personas tuvieran derechos con mayúsculas, y han muerto sabiendo que sus nietos habían votado a los que no compran mascarillas y van a nacionalizar las empresas. Si no viviera aquí me reiría mucho, y pensaría "joderos", pero como la democracia va de que yo me coma lo que otros votan, pues a comer mierda. Y dada la situación económica, el símil no esta tan alejado para muchas personas.

 Nos ha tocado pasar esto con la peor clase política posible. Y hablo de clase politica, no del gobierno. Dan vergüenza todos. De hecho, entre mis resoluciones post Covid, están: no comprar nada que venga de China, y no volver a votar jamás. Y por favor, que se ahorre mi madre el cuento de las sufragistas y las mujeres que lucharon para que yo tuviera voto. 

   Y de pronto hemos aprendido a lavarnos las manos, y a no estornudar a todo el que pasa como un sifón, y el futbol ya no es el Rey, y Rafael Nadal ya no es solo un tenista, y el Rey nos representa hasta a los republicanos convencidos, y uno siente orgullo y llora cuando ve su bandera en los balcones o escucha su himno, y le sonríe al del balcón de enfrente, y Dios es ahora de todos, y todos nos sentimos costaleros.

   Tres semanas sin abrazar a mis padres, sin dar catecismo, sin que mi hija tenga una vida normal, sin que mi marido pueda desempeñar su trabajo, sin, sin, sin,...,.

   















   
    

     
















1 comentario:

  1. Que orgulloso estoy de esa persona que Dios a través de mi adorada esposa me dio, de esa bendición de nieta que a por medio Él me trajo. Viva por MIS tres féminas y por lo principal, por lo personas que son y en toda ocasión muestran.
    Os admira: el padre, abuelo y esposo. ¡Hija cuán grande eres!
    Tu padre

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