Netta Barzilai, (נטע ברזילי), como una gran muñeca triste y tierna, nos regala su talento. Confiesa que la distancia social con su madre se la hace muy dura.
Y Sefarad llora lágrimas de miedo e impotencia.
Mi hija recorre fantasmales pasillos en un skate verde, harta de vivir encerrada, pero libre de alma y espíritu.
Y Sefarad llora muertos tan vivos hace apenas unos días.
Contemplo desde la ventana los tejados de mi ciudad, otrora plena de vida y ahora acorralada. Envidiosa de las gaviotas que graznan y se enseñorean de un mundo, que ya no parece pertenecernos.
Y Sefarad llora Netta, porque aquí no hay mayor distancia que la muerte.
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