lunes, 20 de marzo de 2017

Desesperanza

Aquellas personas que os asomáis a este blog de cuando en cuando, os habréis percatado de que llevo un tiempo sin escribir. Lo cierto es que no me apetecía hacerlo. Aun ahora, mientras escribo este post, me cuesta hacerlo. Tengo un poco perdido el don de la palabra, o por mejor decir, en realidad no me apetece usarlo. Siento que nada de lo que digo o hago sirve para mucho últimamente.
Por resumir digamos que el ultimo año ha sido para mi un conjunto de decepciones difíciles de soportar. Supongo que la capacidad humana para sobrellevar la cruz tiene un limite, y hasta Jesucristo necesito ayuda del Cireneo para llevar la suya. Tiempo de cuaresma que se me antoja infinito.
Hay veces que uno se cansa de nadar, de moverse para nada, de escribir...

Os diré que alguien cercano a mi lleva unos meses sufriendo acoso y esa condición nos es negada. He tenido que escuchar  entre risas frases como: "El acoso no existe en esas edades". No os podéis dar una idea de la desintonía que produce escuchar esas palabras desde la lucidez de saber y ver lo que ocurre. Negar lo evidente es en si misma otra forma de violencia y acoso, si acaso la más grave.
No os diré lo que duele ser tratada con cortesía agresivo pasiva por alguien que te cuenta tu vida y te la retuerce para hacerte pasar por un ser alterado y agresivo. Duelen también los espectadores callados, los que miran y saben pero no actúan. Los que se cobran deudas aprovechando la marea baja. Duele la estupidez cuando es una enfermedad que ambicionas y no tienes, sobre todo porque ves lo mucho que paga tenerla, y lo poco que ofrece carecer de ella.
En realidad no se de que me extraño. Últimamente los valores cristianos escasean, y los que deberían defenderlos son ellos mismos pequeños y miserables acosadores. Personas que se dejan llevar por sus más bajos instintos y tratan de vengarse de quien comete el delito de tener dignidad ¡ Que mala es la envidia!
Un país que tanto se preocupa por el acoso debería saber que: hostigar, perseguir y molestar a una persona lo es por definición. Pues por lo visto no... por lo visto es un punto de vista sesgado de alguien  que no tienen las luces de ver el cuadro completo.
Tampoco ayudan las opiniones de quienes te rodean. Los que "harían esto y aquello", porque no siempre resulta sencillo tomar decisiones ecuánimes y sensatas cuando estas en el ojo del huracán. Sobre todo cuando debes decidir por otro. Yo asumo mis errores, pero no es lo mismo cuando se trata de decidir por un tercero.
A mi que me robaron trabajos, novios y hasta una obra, a mi que me han dado como a un pulpo toda la vida, me toca ahora revivir la historia del verdugo que pasa por víctima.
Es curioso como cuando eres la víctima y exiges derechos, te conviertes en un ser molesto, mientras el verdugo pasa por ser el elemento equilibrado y sano de la ecuación.
No escribo porque nada me interesa ahora mismo. Estoy ahíta. Todo me resulta superficial y absurdo. Estoy gestionando mi rabia y mi decepción como puedo y tratando de que la bilis no me corroa las entrañas. Con eso tengo bastante por ahora.  ¡Que les den a todos!
Estoy viviendo mi particular cuaresma y aunque se que voy a pasarla, como tantas cosas antes, desearía no tener que "pasar", ni "sobrevivir". Lo que quiero es vivir.
Yo creo en Dios, y creo en el Karma. Todo lo que dan les será devuelto con creces. Solo espero estar allí para verlo y ser yo la que se ría.
Hoy entra la primavera, a ver si es verdad,

 

4 comentarios:

  1. Querida amiga la sigo desde hace tiempo. La sensación de soledad en su sentir no es real. Personalmente sigo sus escritos, pero la timidez para salir a la red me impidió, hasta hoy, comunicarme con Usted por este medio.
    Sus magistrales lecciones como madre, crítica musical, analista social, política y económica, así como sus insuperables lecciones de la historia de España me entusiasmaron y me convirtieron en su seguidor.
    La misma capacidad que Usted posee para analizar los hechos históricos y sociales le habrán hecho descubrir cómo se manipula la realidad y al bueno se le convierte en malo y a víctima en verdugo y lo que nos llega se parece poco a la verdad y, sin embargo, es lo que se maneja en nuestro entorno como verdad, es lo que nos dicen que es verdad.
    Su análisis de la historia reciente de nuestro país se parece muy poco a lo que los medios nos comunican, o nos ocultan. Sus documentadísimos comentarios y análisis no se parecen en nada a lo que vemos en los medios normales de comunicación.
    A pesar de todo, la verdad al final siempre triunfa por mucho que se quiera ocultar y manipular.
    Comparto su crisis de fe y también experimento momentos depresivos, pero no podemos dejar que el mal y “los malos” triunfen y con ellos la mentira sea histórica, social, política, religiosa o pedagógica.
    ¡Ánimo! Por favor, siga escribiendo. Siempre he seguido su blog. A partir de hoy intentaré comentarlo, pero sepa que estoy con Usted y sus experiencias.
    Recuerde que, para los creyentes, tras la Cuaresma viene la Pascua.

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    1. Muchas gracias por su apoyo y por sus palabras. Intentaré recordar que tras la lluvia siempre acaba saliendo el sol, aunque no lo parezca a veces.

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  2. No siempre somos capaces de expresar lo que queremos o hacerlo como nos gustaría. El estado anímico y las situaciones de la vida de cada día dejan su “poso” que nos hace “perder el lenguaje” y que nos llevan a la desgana o a no ver e intuir el por qué y el para qué de lo que escribimos.
    No es fácil calibrar lo que pueden influir nuestros comentarios escritos, seriamente pensados y contrastando las noticias, en los demás. De ahí que, a pesar de la desgana, el desánimo, etc. Sea de agradecer lo poco o mucho que siga escribiendo. Siempre es noticia y reflexión interesante y bien recibida por un gran número de personas.
    El hecho de denunciar la situación de acoso y violencia, sufridas por cualquiera, es valentía y el primer paso para poder iniciar un camino (que puede ser largo y costoso en ánimo, esfuerzo y capacidad) de lucha y posibles cauces de cambio o solución. El silencio puede ser señal de cobardía, puede ser también el no saber encontrar cómo decir o qué decir ante esas situaciones y con ello el no saber qué aportar para solucionarlas, puede, además, ser expresión de rabia contenida e incapacidad.
    El comunicar, el decir y el poder conocer lo que se me transmite ya es importante en sí mismo y posibilita la interacción y la interrelación.
    ¡Ánimo y adelante!

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    1. Gracias por sus palabras, es verdad que cuesta mucho decir en voz alta determinadas cosas, pero hay ocasiones que solo queda eso.
      Soy una persona con bastante motivación intrínseca, pero a veces llueve mucho y muy seguido. Escampará.

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