viernes, 21 de noviembre de 2014

The Killing

Hace dos días terminé de ver, lo que los Americanos dan en llamar, Season finale, es decir, la ultima temporada de The Killing. No voy a comentar la serie, hay demasiados blogs dedicados a eso, pero me gustaría comentar lo que yo amaba de esta serie. Amaba los diálogos, y lo silencios. Creo que el silencio es hermoso, porque lo contiene todo, y eso lo digo yo, que tengo la necesidad de escribir y llenarlo todo con palabras, pero al final, la mayoria del tiempo, necesito el silencio.
De la serie adoro los dialogos, sobre todo las frases de Holder, el policía ex yonqui, tan grande como sensible, tan lleno de necesidad de encontrar un sentido a las cosas, el hombre de las palabras. Tiene frases memorables, piezas de guión perfectas, palabras que da pena que se pierdan en un capitulo de una serie, porque no son frases para consumir, sino para meditar. Supongo que alguno de sus guionistas se parece a mi, porque este Holder tiene opiniones muy parecidas a las mías sobre muchas cosas, la existencia del gris, que la gente parece obviar en su manía de etiquetarlo todo, y su insaciable busqueda de un sentido. Holder es el constructor de palabras, el que define todo, el que define a su compañera Sarah, la mujer de los silencios. Es él quien le da contexto, el que la explica, y ella es quien le da ese sentido a él, la que entiende que detrás de toda esa palabreria barata, hay un ser asustado que busca. No leer si no habeis visto el final, contiene Spoilers.

 El capitulo final, el ultimo de la serie, es una joya. Firmado por el director Jonathan Demme es un prodigio de escenas geniales, de planos de ese Seattle que es una mezcla de vertedero y lluvia, de gris infinito carente de esperanza, pero que él filma de un modo hermoso. Espacios infinitos, espacios de soledad, parajes que esconden secretos horrendos. Bien lo sabemos los fans de la serie, tras cuatro temporadas.
Demme crea un episodio ciclico, uno que explica, y cierra, que se va para volver al inicio.
Un capitulo donde Sarah Linden por fin deja de correr, por fin encuentra tiempo para mirar dentro de si. Por una vez la escuchamos hablar de lo que siente, por fin esa mujer hermética y empatica, esa mujer que lo mira todo con los ojos de aquel a quien no le queda nada nuevo por ver, los cierra, y se detiene. Sarah es un personaje cuatridimensional; existe. Es tan rígida que siempre parece a punto de romperse, tan cercana a la despersonalización, tan falta de contexto. Por cierto sublimes los actores de la serie, sus tonos de voz, el acento Slim shady de Joel Kinnaman...
El final es hermoso, esa Sarah que tiene que irse para encontrarse, para descubrir que era lo que amaba, que era lo que daba sentido a su existencia. Ese viaje que la lleva de vuelta al inicio. Ya decía Heraclito que en el circulo se confunden el principio y el fin, y Sarah termina en el mismo lugar donde comenzó, pero tras un viaje, uno que por fin la lleva a la meta.
Hace mucho que tengo la convicción de que lo único que da sentido a la vida es el amor, todo lo demás no importa, nada vale sin él.
Creo que es hermoso lo que Sarah le dice a Holder al final. Porque es ella, la mujer de los silencios, la de los ojos que miran sin ver, y porque esa frase solo tiene sentido despues de un largo camino, para Sarah, y para nosotros los espectadores.

"Nunca tuve una casa donde crecer, un hogar. Nunca perteneci a ninguna parte, y toda mi vida he buscado eso, pensando que estaba ahi fuera en alguna parte, y que todo lo que tenía que hacer era encontrarlo. Ahora pienso que quizas ese hogar eramos nosotros. Eramos tu y yo juntos en aquel estupido coche, recorriendo la ciudad. Creo que eso era todo. Lo siento. Debía haber sabido que tu eras ese tipo de persona que siempre se queda. Eras mi mejor amigo"

En fin, que siento que se haya terminado esta serie, pero creo que lo ha hecho de un modo hermoso, uno que a mi, particularmente, me ha dejado muy feliz.












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