viernes, 20 de marzo de 2020

De sueños y recuerdos

 "Un soñador es aquel que solo encuentra su camino a la luz de la luna, y su castigo es que ve el amanecer antes que el resto del mundo"
Oscar Wilde

  ¡Ojala alguno de nuestros lideres fuera un soñador! ¡Ojala alguno hubiera escarmentado viendo lo ocurrido en China! Hubiera sido genial que después de Italia, hubieran tomado medidas drásticas y no hubiesen esperado a que el bicho estuviese ya por todas partes. Duele ver la incompetencia de unos, el oportunismo de otros, y la estulticia de casi todos ¡We need a dreamer!

  Espero que al otro lado del charco aprendan y no esperen, por miedo a un parón de la economía, a que sea tarde. Del caos siempre surgen oportunidades y nos levantaremos de nuevo, pero primero hay que pararlo.

  Ahora estamos en guerra. Esa que todos temíamos, la famosa tercera mundial que no se va a librar como creíamos, sino contra un virus. Una guerra injusta porque no vemos al enemigo, absurda porque muchos siguen sin entender la realidad, y larga porque aunque saldremos de esto, no lo haremos todos y no será en quince días.


 Ser positivos ahora no es una estupidez, es una recomendación médica. Junto a la buena alimentación, el ejercicio y la vitamina C, nos toca ejercitar la sonrisa y mantener la memoria de los buenos momentos.

   No creáis que es fácil. A mi esta crisis me ha cogido en un año malo. Un año donde ya me parecía que me habían sucedido bastantes cosas, y justo cuando me parecía que iba a coger una buena ola, nos ha llegado un tsunami.

  Difícil no pensar cuando se es autónomo, o cuando bajar la basura te pone nervioso, o cuando llevas encerrado siete días en un piso. 

    Decía ayer un psicólogo que durante veinte minutos al día, aislados de los otros, debíamos cerrar los ojos y proyectar imágenes de buenos momentos. Imágenes de cosas que nos han hecho felices, y si es posible, acompañarlo con música. Construir un videoclip de buenos momentos que nos llene de endorfinas y combata el estrés añado yo. 

     En el mío voy a poner, entre otras cosas, cada una de las sonrisas de mi hija, cada campeonato que ha ganado y la cara de asombrada que se me quedó al verla hacerlo. Il mio piccolo grande amore diventa un uragano. Nuestra ultima celebración familiar todos juntos en Carnaval. Lo que sentí cuando miré la pantalla y vi que había aprobado los exámenes. Nuestra ultima excursión por la cuenca de un río hermoso. Sentiré el sol en la cara, mientras me tumbo al lado del Adriático en una piedra cerca del agua.  Mi familia de Suecia y mis noches comiendo manzanas y compartiendo risas con Amelie y Morgan. Recordaré el sabor de esas gominolas en el Sur de Francia, y lo feliz que fui en algunas fiestas populares, y me veré seguro, vestida de animadora bailando feliz en un partido de basket, en esa América que llevo siempre en mi corazón.

   Todas esas imágenes pasan ahora por mi cabeza, junto a otras más, y llevan la música de: Giovanotti, Thompson , Doris Dragovic , Van Morrison , Scorpions, REM, Maná, ABBA el separate Ways de Journey (Imperdibles esos ochenteros que parece que te amenazan mientras cantan), Sam Cooke...

     Cuando salgamos a la luz, será como en una de esas pelis de acción, en que los héroes emergen llenos de polvo y suciedad, con una mezcla de miedo y esperanza. No veo la hora de que eso suceda porque tengo mi propio videoclip de cosas que deseo en mi futuro: comer todos juntos un domingo, abrazar por fin a mi familia de América, celebrar la comunión de mi hija, ir de excursión, ir a merendar chocolate con churros y VOLAR.
































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