... y llegó el ultimo concierto de la temporada. Los finales son siempre tristes, y esperanzadores, archivamos los buenos recuerdos, y nos esperanzamos con lo que esta por venir.
El de ayer fue un conciertazo, la orquesta brilló, el solista Ning Feng estuvo magistral, y Rossen Milanov hasta nos habló un poquito, además, por supuesto, de dirigir como los ángeles. Ayer fue uno de esos conciertos para hacer afición, esos donde todo sale, y sale bien.
La primera pieza, "fragmentos del Satiricón", de Fernando Buide del Real, daba lo que prometía, fragmentos, imagenes musicales desperdigadas, con calidad, pero que no llenaban. Algo así como un plato de Ferrá Adri. Todo estaba allí, pero en espuma, en aire, en polvo...De todas maneras, se veía una calidad y un conocimiento de los instrumentos y su sonoridad.